Crónica (sábado): Parkway Drive revienta el Resurrection Fest con un show perfecto

RESURRECTON FEST

SÁBADO -1 JULIO 2023

VIVEIRO

Las fuerzas con las que se aborda un día de festival son directamente proporcionales a la duración del mismo; en este cuarto día del Resurrection Fest la batería ya empezaba a estar en rojo para muchos de los asistentes, sin embargo, el cartel de este último día de festival hizo que todos sacáramos fuerzas de flaqueza para disfrutar una vez más del buen metal y el buen ambiente.

SPIRITWORLD

Curioso lo de esta banda de Las Vegas, la primera sensación que tienes al verlos, ataviados con grandes sombreros tejanos e indumentaria propia de cowboy, es que vas a ver a una banda de country o algo similar, sin embargo, cuando su música empieza a sonar, notas que es algo muy diferente, es un trampatojo musical que sorprende por su contundencia, es como Ghost, pero al revés. Los suecos llevan una imagen impactante y oscura que no corresponde con lo blandito de su música, Spiritworld es justo lo contrario.

Y así la carpa disfrutó de su particular aquelarre con mucha caña. Como ocurrió con otras muchas bandas de este Resurrection Fest, este era el último concierto de la gira, y se dejaron hasta la última gota de sudor para convencer a una audiencia todavía discreta.

Divertidos, cañeros y sorprendentes.

RISE OF THE NORTHSTAR

Hablando de trampantojos, también es curioso lo de los franceses Rise of The Northstar y su indumentaria y temática puramente japonesa. Su particular hardcore sonó con fuerza en el Main Stage, aunque lo hizo con un sonido claramente mejorable, eso sí, de potencia e intensidad estuvieron sobrados, logrando que la audiencia se implicara y botara con fuerza.

«The Anthem», «Showdown», «One Love», «Rise», «Samurai Spirit», «Nekketsu» o «Again and again» (el mejor tema de su concierto) fueron algunos de los temas elegidos. Bien, pero el sonido deslució su actuación.

SOULFLY

Pese a tener una actuación tempranera, sorprendió la masiva audiencia que asistió al concierto de los Cavalera (Max, padre a las voces y guitarras, y Zion, hijo, a la batería), el Main Stage estuvo llenísimo mientras Soulfly atacó de forma impenitente con su metal lleno de raíces indígenas.

Cavalera nunca podrá dejar atrás su pasado con Sepultura, su música siempre es deudora de la banda que lo encumbró al estrellato, sin embargo Max actúa con una coherencia brutal, podría optar por lo fácil y llenar su setlist de los temas de Sepultura que adora la gente, sin embargo, todo lo que sonó fueron temas de Soulfly a excepción de «Refuse/Resist», donde comentó que cuando escribió ese tema, Zion estaba todavía en la barriga de su madre.

El público botó de lo lindo y el poso que dejó fue mayoritariamente positivo.

ARCHITECTS

Architects es una de esas bandas tan peculiares, tan originales y con un sonido tan propio, que necesitan que todo el sonido esté pulcro para disfrutar de todos sus matices. Aunque no perfecto, estuvo bien, y Sam Carter y los suyos ofrecieron un gran concierto, donde el único «pero» que se puede encontrar son las paradas permanentes entre tema y tema, pero más allá de eso, fue un show lleno de buenas vibraciones, con un Sam dando efusivamente las gracias y comentando lo mucho que significaba para ellos ver a una multitud tan entregada.

Sam pedía circle pits, crowd surfing, o que la gente se agachara para luego irrumpir en un bote masivo, el público obedecía marcialmente, y la intensidad crecía y crecía, y así temas como «Nihilist», «Giving Blood», o «Deep fake» sonaron potentísimos, aunque los grandes momentos de la noche estuvieron protagonizados por hits como «Doomsday» (que explosividad transmite este tema), «Royal Beggars» o «Animals» que fue repetido 2 veces en un final extraño que no entendí del todo -se hizo como si se rebobinara para atacarlo de nuevo-

Concierto con mucha pegada y con un espíritu de comunión bastante notable.

PARKWAY DRIVE

Lo de los australianos Parkway Drive fue una auténtica barbaridad, faltan adjetivos para describir fielmente lo vivido en este espectáculo TOTAL. Sin ningún género de dudas fue el mejor concierto del festival, el mejor cabeza de cartel, y el que mejor sonó. Su actuación fue el paradigma perfecto de lo que debe ser un concierto de metal. Temazo tras temazo teñidos de excelencia, explosividad, contundencia y cercanía.

Winston McCall es un frontan magistral, encandiló al público con su cercanía y su entrega, y lo vivido en Viveiro fue un romance perfecto. El fuego fue una vez más el protagonista escénico que convirtió, si cabe, en más ardiente un concierto que ya combustionaba con fuerza.

Parkway Drive sabe como ejecutar un concierto para que el público vibre y no haya ni un segundo de relax, y con temazos como «Glitch», «Prey», «The Void», «Soul Bleach» o «Vice Grip» , «Dedicated» es fácil lograr que la audiencia explote, y si no, pues te sorprende caminando al centro de la audiencia para atacar un «Idols And Anchors» en mitad de la multitud y de un gran circle pit, momentazo sublime que no fue el único, ya que la aparición de la sección de cuerda para atacar otros temas como «Shadow Boxing» o «Darker Still» es de esos detallitos que se agradecen, podían optar, como muchos otros, por llevar esas partes grabadas, pero no….respeto absoluto y apuesta total por la excelencia del directo.

Lograron borrar de un plumazo el cansancio acumulado, y allí se botó, se gritó y se vivió con ganas, y los saltos logrados en «Bottom Feeder» hicieron temblar a media Galicia. Para los bises, «Crushed» (PO-TEN-TÍ-SI-MO) y un «Wild Eyes» super coreado y que logró fortalezer aún más ese fuerte vínculo de Parkway Drive con su audiencia.

Lo mejor del festival.

Y justo después de su concierto, llegó el fin de fiesta del festival, con una especie de corto proyectado sobre las pantallas del escenario, donde un astronauta intenta reparar un satélite para que la música se siga transmitiendo y que acabó desembocando en una orgía de fuego en el escenario y fuegos artificiales sobre la multitud a ritmo de la música de los cabezas de cartel -a excepción de Ghost, ¿por qué será?-. Fin de fiesta perfecto para una edición de festival irreprochable.