Crónica: Trivium + Heaven Shall Burn + Obituary + Malevolence – Madrid – Tsunami metalero en la capital – Febrero 2023

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TRIVIUM + HEAVEN SHALL BURN + OBITUARY + MALEVOLENCE

MADRID – 5 FEBRERO 2023

LA RIVIERA

RESURRECTION FEST

Hasta el habitual tiempo gélido del invierno de febrero se dio cuenta de que esta gira se parecía más a un mini festival que a un concierto al uso, ofreciéndonos un típico día soleado para hacer que la ensoñación festivalera adquiriera más visos de realidad. Con cuatro buenas bandas, el horario del concierto tuvo que ser necesariamente tempranero, y pese a eso, desde bastante antes de la apertura de puertas, un dispar público metalero abarrotó las inmediaciones de la sala Riviera.

Una tarde-noche ecléctica con grupos de muy diversa índole, -con seguidores de cada vertiente-, pasando del hardocore agresivo de Malevolence, al death americano más old-school de Obituary, a los toques más contemporáneos del metalcore extremo de Heaven Shall Burn o más canónico de Trivium.

MALEVOLENCE

Los británicos Malevolence fueron los encargados de abrir la noche, y aunque a estas horas aún no se había llenado la sala, había abundante público que arropó a la banda, vibrando con sus temas llenos de energía y mala leche. La banda se lo curró, se les notaba agradecidos, y tras elogiar la ciudad que habían tenido el gusto de disfrutar unas horas, ofrecieron una buena dosis de guitarrazos y temas hardcore ideales para botar, saltar, hacer circle-pits y walls of death.

Vimos a mucha gente del público calentar antes del concierto, hacía falta, ya que muchos quemaron más calorías que una sesión de spinning, disfrutando mientras la banda atacó con temas como «Malicous Intent», «Life Sentence», «Still waters Run deep» o «Self supermacy». El tema lento «Higher Place» fue su única concesión al sosiego, fugazmente alterado con la garra de «Keep your Distance» y un gran final «On Broken Glass».

OBITUARY

Sin duda los americanos Obituary fueron la propuesta más clásica de la noche, death metal americano, puro old-school del que disfruta la ortodoxia metalera más radical. Las camisetas de Obituary se veían en el público más veterano, que sin duda supieron disfrutar del buen hacer de los hermanos Tardy y los suyos. Donald atacaba fuerte con las baquetas, mientras que su hermano John a las voces dirigía a un grupo rodado y convincente. Quizá John estuvo un poco estático y no especialmente comunicativo, y del mismo modo, aunque tuvieron buen sonido, su voz sonó bastante plana y lineal. No estuvo mal, pero si tuviera que elegir quien fue el menos atractivo de la noche, me decantaría por ellos.

«Redneck stomp» abrió la noche, y me hizo pensar inmediatamente en Donald y su estética asociada a los rednecks, aunque sigue siendo un placer ver su desempeño tras los parches, pura energía. Repasaron su discografía, aunque con un trabajo tan extenso, apenas pudo entrar un tema de cada disco, sonando «Sentence Day», «A Lesson in Vengeance», «Visions in my head», «The Wrong time», «Don’t Care», la versión de Celtic Frost, «Circle of the tyrants», «Dying of everything» y «I’m in pain».

Hizo disfrutar a los más puristas y fue un ligero relax para el resto, que aprovechó para recargar pilas de cara a las siguientes batallas.

HEAVEN SHALL BURN

Despúes de haber visto multitud de conciertos de diverso pelaje, sigo afirmando que los alemanes Heaven Shall Burn ocupan el podium en cuanto a la energía y potencia que transmiten, y sobre todo en cuanto a la efervescencia que genera en el público. Marcus Bischoff es un frontman inmenso, capaz de mantener en máximos la intensidad y atención del público, es simpático, comunicativo, y logra que el público se implique en la explosividad de su música.

Empezar el show con «Hunters will be hunted» es toda una declaración de intenciones, un hit de esos que llaman «bombásticos» para empezar y poner a «on» el interruptor de un público, que se entregó a la causa desde el primer minuto. Todo sonaba a las mil maravillas, y tras «Brint the war home» llegó el electrónico «übermatch», otro tema ideal para quedarse sin cervicales, pura energía… a estas alturas ya se sentía el calor, el sudor y las ganas de más caña.

En los conciertos de Heaven Shall Burn, el sonido es algo primordial, ya que es necesario, casi obligatorio, que todo suene en su sitio para que entre tanta agresividad las omnipresentes melodías y los coloridos riffs no pasen desapercibidos. Así fue, y el sonido permitió disfrutar de la calidad de las composiciones. El desempeño del dúo de guitarras (Alexander Dietz y Maik Weichert) estuvo a la altura, al igual que la base rítmica machacona de Eric Bischoff y Chris Bass. Y como ya hemos dicho, muy bien Marcus comandando una banda que es imposible que lo haga mejor, fue tal la energía que la inicialmente impoluta camisa roja de Marcus acabó inundada en sudor, esto es metal del que se vive, se trabaja y se siente….

No hubo ningún bajón, y sus temas no incitan a ello, pero con algunos se enfatizan todas sus virtudes, y así cortes como «Voice of the voicelss», «Black Tears» o «Endzeit» son toda una experiencia. Una vez más conciertazo.

Hunters Will Be Hunted
Bring the War Home
Übermacht
Voice of the Voiceless
My Heart and the Ocean
March of Retribution
Thoughts and Prayers
Behind a Wall of Silence
Profane Believers
Black Tears
Endzeit
Numbing the Pain
Tirpitz

TRIVIUM

Los americanos Trivium son los Iron Maiden del metalcore, han logrado que la gente tarareé las partes instrumentales de sus canciones, y se nota que a ellos les gusta que la gente lo haga, y animan a ello. Pese a que a priori la música de Heaven Shall Burn se presta más a la locura del público, fueron Trivium los que lograron la mayor efusividad de la gente, con múltitud de crowdsurfing, circlepits, wall of deaths y botes desmedidos a ritmo de sus potentes riffs.

También elogiaron Madrid, del que dijeron que habían disfrutado de su centro y sus tapas, ellos disfrutaron de Madrid por el día e hicieron disfrutar a Madrid por la noche, empezando por lo visual de su escenario de inspiración oriental, y acabando por una colección de canciones que cada vez adquieren más dimensión de himno intergeneracional. Todo sonó muy bien, desde los solos inmensos de Corey Beauliey a las bases de Paolo Gregoletto o Alex Bent, y como no, la guitarra de Matt Heafy y su voz, que cada vez suena menos gutural, pero que aún así convence.

Muy comunicativo, cercano y simpático, conectó con un público que respondió incondionalmente a sus arengas, haciendo que cortes como «Rain», «Strife», «Catastrophist» y tantos otros sonaran totalmente ardientes. Hubo tiempo para recordar las 20 personas que fueron a su primer concierto en Madrid en 2005 (un servidor entre ellos y como muestra las fotos que hice antaño), y como se sorprendió al ver que la gente cantaba las partes de la guitarras…. desde entonces han pasado 18 años, han parido múltiples discos, han perdido pelo, pero han ganado una consistencia musical y una madurez que los hace una de las bandas más interesantes y accesibles dentro del espectro del metalcore.

Fotos de Trivium en Madrid en 2005

Magistralmente elegido el final del show con las brutales «In Waves» y «Pull harder on the strings of your martyr», dos cortes ideales para dejar un gran sabor de boca. Tuvo todo lo que se le puede pedir a un concierto de este tipo, buen sonido y una entrega pasional del respetable.

Rain
Sever the Hand
Strife
Black
Feast of Fire
A Gunshot to the Head of Trepidation
Catastrophist
Throes of Perdition
Until the World Goes Cold
To the Rats
The Heart From Your Hate
Capsizing the Sea
In Waves
Pull Harder on the Strings of Your Martyr

Texto: Juan José Díez y Sonia Alcalá

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