Witchcraft – Black Metal

0

WITCHCRAFT – BLACK METAL

NUCLEAR BLAST

6/10

Si me dices que este disco es insufrible voy a tener que darte gran parte de razón sobre ello. Dudo que nadie esperase que todo un Magnus Pelander se atreviera a realizar un disco a voz y acústica, a pelo, y lo titulara Black Metal. Pero lo más impresionante de todo es que Nuclear Blast, una de las más grandes discográficas de heavy metal de las últimas décadas le haya dado el visto bueno. Relájate y escúchalo, pero evítalo si sufres de depresión. Aquí hay el espíritu del Nick Cave oscuro y desnudo, momentos de Cohen pero ante todo se parece a los discos del último Johnny Cash y sus American Recordings. Suspiros, el sonido del cambio de traste o alguna cuerda rebelde se dejan escuchar. Tampoco los tempos son respetados en su totalidad, y la suma de todo es parte genialidad parte aburrimiento monumental. O te encanta u lo odias, aunque estoy seguro que la balanza se decantará por la segunda opción. Afortunadamente es sólo media hora.

Debo subrayar la belleza de la melancolía de “Elegantly Expressed Depression” pues me parece un tema impresionante y digno de estar en cualquiera de sus discos anteriores. Hay una cierta épica vikinga que hace que el corte brille como el que más. Luego ya es todo de más difícil digestión. Cuesta entrar en “Sad People” y en sus eternas pausas y quejidos, pero puede terminar por atraparte. El espíritu del Cash de última época es el que luce en la cortita “A Boy and a Girl”. Ojo que en “Grow” la cosa se enfila hasta los ocho minutos de canción. Podríamos encontrarle algún parecido con algún material reposado de White Buffalo pero aquí la cosa sí se hace monótona. Y hablando de Jake Smith es “Free Country” el tema que más se acerca a su universo musical, pero sin tomar antidepresivo y abusando de los suspiros largos.

“Sad Dog” me parece la composición más inspirada junto a la primera. Sigue el mismo repiqueteo de arpegio y un poco la sensación de bucle se instala. Aquí la novedad es la presencia de un piano que repunta lo más cercano a un riff que hay en el disco. El adiós lo pone “Take Him Away” de inicio tosco y en el que el artista se toma su tiempo. Cuidado porque aquí hay momentos que puede parecerse al Kurt Cobain del Unplugged, y después de eso la cosa no terminó nada bien… Una voz muy expresiva y en la que el dolor y el hastío se palpan.

Este disco es un suicidio y la música es perfecta para acompañarlo. Pero me parece soberbio que artista y compañía se atrevan a tomar riesgos de esta manera y se permitan el hecho de sacar un álbum como este al mercado. Puedes verlo como una gran broma, como el lamento de la depresión hecha música o como una genialidad minimalista, y es un poco de todo, pero también se hace monótono y largo aun ser poco más de treinta minutos. En cada disco de Witchcraft vemos una de las caras del sueco líder, y a pesar de que esta podría habérsela guardado para si mismo conocemos un poco más lo atormentando del personaje.

6.0
  • Nuclear Blast 6
  • Nota de los lectores (0 Votos) 0
Compartir

Deja un comentario