DARK TRANQUILITY – ATOMA
CENTURY MEDIA
9 / 10
Independientemente del estilo, es difícil encontrar bandas que no hayan sufrido altibajos a lo largo de su carrera; si nos circunscribimos al death melódico o Goteborg sound es algo más que evidente. Bandas que antes conseguían unanimidad hoy son foco de polémica debido a los vaivenes de su sonido (In Flames), otras como perdieron ese toque especial que tanta atracción generaba (Soilwork), incluso grupos más modernos suenan del todo irreconocibles de disco a disco (Sonic Syndicate), sin embargo, hay un grupo de irreductibles en el que todavía es posible reconocer una identidad, esencia y personalidad constante, Dark Tranquility sin caer en el inmovilismo, ha forjado un sonido propio el que encontrar refugio y en el que huir de decepciones.
Echando la vista atrás, es difícil encontrar un disco de Dark Tranquility que baje del notable, y no es que hayan apostado por lo fácil, ya que puede verse cierta evolución y experimentación a lo largo de sus discos, sin embargo su música se sustenta en unos pilares de lo más consistentes sobre los que probar cosas nuevas sin perder su esencia. «Atoma» es toda una delicia, una oda a la perfección llena de composiciones brillantes que paradójicamente impregnan de oscuridad a base de luz y pasajes melódicos de lo más coloridos. En cada uno de sus últimos discos, sin tener cortes de relleno, era posible encontrar uno o dos hits de esos que perduran a lo largo de los años y que pasan a formar parte fija del repertorio en directo, escuchando «Atoma» esto se magnifica, hay 5 o 6 cortes que son un bombazo.
Dark Tranquility ha encontrado una fórmula de lo más efectista gracias a los registros de Mikael Stanne, empezar el tema con la voz limpia y grave, para paulatinamente ganar en agresividad al tiempo en que la voz recurre a los registros más Death… lo hicieron hace mucho con «There in» en «Projector», lo clavaron con «Misery’s Crown» en «Fiction», y de nuevo lo bordaron con «State of Trust» en «Construct»….. aquí vuelven a la carga con «Atoma» o «Our Proof of Life» (menudos guitarrazos)… y todo mezclado con temas más rabiosos en los que no hay espacio para pasajes sosegados, pero sí para dotarlos de una musicalidad envidiable, en este sentido destaca un magistral «When the world screams».
Lo dicho, si hay momentos en los que pierdes la fe, recurre a Dark Tranquility. Lo mejor del año.
Juan José Díez
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