SONATA ARCTICA + LABYRINTH
Madrid – 12 Marzo
La Riviera
Vista la buena afluencia que tuvo este concierto, queda patente que el Power Metal sigue manteniendo su tirón entre las masas, y aunque es evidente que a quien más llama es al público joven, en La Riviera se dieron cita metaleros de varias generaciones. Sinceramente, pensé que era un estilo en decadencia, y que esta sala se iba a quedar grande. Me equivoqué de largo, tengo que reconocerlo.
Debido a la tempranera hora de comienzo, no pudimos asistir al concierto de Triospehere, y mira que lo lamentamos, pero no pudo ser. Nos contaron que pese a disponer de un tiempo bastante reducido, gustaron y tuvieron buen sonido.
LABYRINTH
Estos italianos siempre han estado a la sombra de sus paisanos Rhapsody, podríamos decir que son los segundones del Power de allí, sin embargo, hoy por hoy habría que discutirlo, porque si bien, Rhapsody sigue sonando grandilocuente y su música no se puede comparar con la de Labyrinth, lo cierto es que en cuanto a conciertos, los segundos ganan por goleada. Al menos, tocan, tocan y tocan, se recorren el mundo y se lo curran por los festivales, mientras que lo de Rhapsody es más parecido a la coherencia en un concierto de Manowar: algo anecdótico.
Pese a que realizaron un buen concierto, -todo sonó bien, y la banda estuvo simpática-, lo cierto es que tampoco hay mucho que rascar, la música de Labyrinth tiene tantos matices de sabor como un bocadillo de choped… es, pim, pam, pim, pam, un sota caballo rey, power metal un poco del montón, y lo siento si hiero algunas sensibilidades, pero aunque hacen lo suyo, y no se les puede reprochar nada en cuanto a entrega, resultan más aburridos y predecibles que un domingo de misa. Lo cierto es que por momentos tenía la sensación de estar escuchando una única canción de 30 minutos.
Mucha rapidez, riffs vertiginosos pero planos, doble bombo va, doble bombo viene, algún que otro agudo fuera de lugar, y así fueron sonando «The shooting star», «In the shade», «A chance», «New horizons», «Sailors of time» (puede que la mejor de la noche), y como punto final «Moonlight»
Sin sorpresas. Lo esperado. Dudo que nadie se llevara a engaño. Como pega, y considerando la cercanía del 11 de Marzo, hubiera sido un detalle que hubieran tocado «Infidels».
SONATA ARCTICA
Con Sonata siempre hay espacio para la sorpresa. Considerando visitas pasadas a nuestro país, uno siempre tiene la duda de si la garganta de Tony Kakko estará la altura. No sería la primera vez que tienen que suspender una actuación por que su voz no daba para más. Pero no, afortunadamente esta vez no ocurrió nada indeseado, y démosle al César lo que es del César, cantó magistralmente.
El resto de la banda le fue a la zaga, hicieron muy bien su papel, y Elias Viljanen, al que todavía no había tenido la oportunidad de verle, me sorprendió muy gratamente. Con un espíritu más mediterráneo que finés, desbordaron simpatía y se mostraron bastante cercanos al público, mención aparte merece el momento broma en que se marcaron un trozo de un rap.
Por lo demás, un concierto plagado de sus clásicos, sonido pulcro, y un banda muy rodada que clava cada canción. Desde la intro, «Everything Fades to Gray», hasta el punto final con «Vodka (Hava Nagila)», mantuvieron la misma intensidad y la misma calidad de sonido, limpios, concisos y precisos. Sonaron «Flag In The Ground», «The Last Amazing Grays», «Juliet», «Replica», «Blank File», «As If The World Wasn’t Ending», «Paid in Full», «Victoria’s Secret», «The Misery», «FullMoon», y «In black and white»
Para los bises, «Caleb», «Don’t Say a word», y la mencionada «Vodka».
Lo mejor, la voz de Tony. Lo peor, la poca variación entre las composiciones. Al igual que Labyrinth, lo esperado.
Texto y fotos: Juan José Díez