El regreso de Barcelona Rock Fest a Can Zam ha sido algo celebrado, sobre todo por los metaleros catalanes que vuelven a disfrutar en casa de carteles tan increíbles como el de la tarde del viernes, donde el metal nacional de Crisix o Warcry se daban la mano con grandes hitos como W.A.S.P. o K.K’s Priest.
Así que no nos quedaba otra que coger protector solar y una gorra, porque las ganas de disfrutar os aseguro que las llevábamos encima.
MOTOSIERRAS
Como era de esperar, la primera hora siempre cuenta con tan solo un puñado de valientes que empiezan la jornada apoyando a los grupos más desconocidos. Sin embargo esta vez fue el rock and roll desde el mismo corazón de Santako el que hizo los honores de darnos la bienvenida al festival.
Motosierras jugaban en casa, y con ese rock impregnado de toques punk y llenos de emoción nos dejaron una pequeña muestra de su propuesta musical con un set list compuesto de temas propios. Algo arriesgado, pero sin duda triunfador.
RHAPSODY OF FIRE
Los siguientes en aparecer bajo el fuego implacable de las tres de la tarde, haciendo honor a su nombre, eran los italianos Rhapsody Of Fire, que con su épico power metal nos hicieron olvidar el calor.
Contando con un gran sonido la banda aprovechó al máximo el poco tiempo que tenían, por tanto no solo pusieron a la gente a cantar con las clásicas «Unholy Warcry» o «The March of the Swordmaster», sino que como bien presentaba Giacomo Voli, la nueva «Challenge the Wind» impregnó todos los rincones del recinto.
Como era de esperar, uno de los indiscutibles protagonistas, aunque se encontraba muy al fondo del escenario, fue Alex Staropoli a los teclados, mientras Roberto De Micheli y Alessandro Sala se enfrentaban por el puesto de guitarra solista.
KONTRUST
Los austriacos fueron la gran sorpresa de la tarde y es que su particular propuesta causo opiniones bastante contrarias.
Engalanados en trajes tradicionales saltaban al escenario para hacernos disfrutar de una hora de heavy metal lleno de matices, y es que los de Viena mezclan diversos géneros que van desde el heavy metal, rap, música tribal, música electrónica e incluso polca en unos temas que, aunque principalmente escritos en inglesa incorporan textos en alemán, lenguas eslavas e incluso español, a pesar de que «su español sea una m*****» o eso nos dejo dicho su cantante Stefan Lichtenberger.
Otro de los mayores alicientes, aparte de las percusiones de Manuel Haglmüller que acompañan al batería Joey Sebald, es el contraste de voces entre Stefan y la llamativa pelirroja Julia Ivanova. ¿Death vs melódico con toques folk? ¿quién puede pedir más?. Sin duda nos sacaron una sonrisa y nos pusieron a saltar, así que para mi es un 👍.
KORPIKLAANI
Y por el momento seguíamos con el folk, esta vez desde Finlandia y con una banda que ya conocemos de sobra. Y es que los característicos Korpiklaani llaman la atención de todos los presentes con temas como «Aita», «Kotomaa» o «Vodka», que sin duda transmiten muchisimas ganas de fiesta y cachondeo.
A todo esto se suma el peculiar carácter de Jonne Järvelä que no sabes si es que rebosa felicidad o se ha pasado levantando el codo, el buen hacer de Olli Vänskä al violin, siempre con una sonrisa en la cara o el incombustible Sami Perttula y su acordeón.
Una cóctel indiscutiblemente ganador en un festival.
MY OWN GHOST
Entre tanto la Rock Tent empezaba su movimiento esa tarde con My Own Ghost, encabezados por la voz de Julie Rodesch.
Desde Luxemburgo venían presentando su trabajo «Shadow People», una mezcla de hard rock clásico con influencias de estilos más modernos y detalles electrónicos para completar su sonido.
Con letras bastante oscuras que contrastan con la melódica voz de Julie, las guitarras enérgicas de melodías pegadizas de David Soppelsa.
CAVALERA
Era el turno de que los hermanos Cavalera tomaran por completo el parque de Can Zam y es que era una de las primeras bandas del día donde se notaban los nervios y las ganas de las primeras filas. La gente estaba completamente expectante y lo cierto es que de igual medida fue su entrega desde el instante en el que Iggor saltaba al escenario para colocarse en su batería.
Con un español bastante bueno Max nos iba pidiendo cuernos, pogos y demás interacciones durante el concierto, a lo que la gente respondió sin pensárselo.
Los verdaderos Sepultura estaban en Barcelona, al menos así se autoproclamaron, y por tanto nuestro trabajo esa hora era únicamente disfrutar de temas como «Morbid Visions», «Crucifixion» o «Troops of Doom».
MASSIVE WAGONS
Volvíamos a la Rock Tent para que el rock de Massive Wargons nos pusiera a todos a bailar, y es que la energía desmedida de Baz Mills nos arrollaba con temas tan divertidos como Pressure o A.S.S.H.O.L.E.
Un claro mensaje para todos aquellos que deciden no dejar de mirar aquello que no les gusta con Fuck the Haters, para llegar con House of Noise y Bangin in Your Stereo al final de un concierto que se nos pasó volando.
PRIMAL FEAR
Otros de los grandes esperados en la tarde del viernes eran los alemanes Primal Fear y su carismático frontman Ralf Scheepers, grandes referentes dentro del power metal.
Con el sol ya de bajada a estas horas de la tarde la gente se iba uniendo, y lo cierto es que Primal contaron con un recinto bastante lleno. Lo cierto es que a los metaleros no nos asusta el calor, y eso quedó más que demostrado.
Abriendo con temas más clásicos como «Chainbreaker» o «Rollercoaster» llegamos hasta la actualidad de la banda, donde nos presentaban «The World Is on Fire» de su último disco.
Con Tom Naumann y Alexander Beyrodt hermanados a las guitarras, el bajo de Mat Sinner, la bateria de Michael Ehré y los agudos de Ralf Scheepers la banda nos hizo disfrutar de una hora bastante potente con un muy buen sonido. Pero claro estaba que Primal Fear no podía irse de Barcelona sin ese gran himno que es «Metal is Forever», al que sucedió la épica «Final Embrace».
CRISIX
Y sí, volvían a casa. Y es que, a pesar de las críticas (de unos pocos, pero que hacen mucho ruido) de las últimas semanas, Crisix se subían al escenario principal del Rock Fest en sustitución de Ángeles del Infierno que cancelaron su actuación en el festival por problemas logísticos.
Los de Igualada jugaban en casa, y quedó demostrado que eso «ens agradava moltíssim», ya que la gente colmó la explanada para recibir thrash metal del bueno. Y es que si hay dos grandes referentes a nivel internacional del thrash de nuestro país, uno de ellos son Crisix (los otros claramente Angelus Apatrida, que también forman parte del cartel).
Una de las cosas que más me gusta, además de la increíble voz de Julio, algo que es inimitable, es que se dejan la piel y el alma en cada uno de sus conciertos.
Marc, Albert y Dani, la alineación de las cuerdas no paraban quietos nada más que para apoyar con los coros a Julio. que no dejaba de subir y bajar de las tarimas del escenario.
«Leech Breeder», «Get Out of My Head» o el tema dedicado a Bola de Drac «Frieza The Tyrant» hicieron temblar los cimientos de Can Zam, lo que era el objetivo principal de la banda esa tarde. Y con su ya clásico medley «Fight for Your Right / Walk / Antisocial» nos dejaron descubrir las diferentes facetas de sus miembros cuando se intercambiaron los instrumentos y tomaron cada uno un rol diferente..
Icónico momento el que, con un par, Javi Carrión se pone en manos del público, literalmente, para tocar la batería subido entre sus seguidores. Que gusto da ver bandas tan entregadas y con tanto talento, y más sabiendo que son de la tierra. Igual no hace falta que nos pongamos a buscar tan lejos el talento y apreciemos un poco más lo que tenemos aquí
COBARDES
Lo cierto es que competir contra Crisix en Rock Fest es un poco complicado, así que los Navarros Cobardes contaron un número reducido de personas y mira que la propuesta de rock urbano que nos trae Javier Janices ‘Cordobés’ es mucho más que interesante.
Junto a Iñigo Idoate a la batería, Iñigo Álvarez, a la guitarra, e Iban Sánchez al bajo, Javier nos hacía llegar con su voz temas tan increíbles como «Quinientas mil mañanas», uno de los singles de su último disco Que empiece el baile, o «Maldito Abril», que se llenan de sentimiento con esa voz rasganda que transmite mucho más que las propias letras.
Se me queda la espinita de verlos como dios manda, en una sala para ellos solos, con su público, su gente y un ambiente más relajado porque no tengo dudas que lo que tienen vale la pena.
KK’s PRIEST
Si hace apenas 10 días estábamos disfrutando de la visita de Judas Priest por nuestro país, ahora era turno de completar la cita con KK’s Priest, capitaneados por el inigualable KK Downing a la guitarra y Tim «Ripper» Owens a la voz.
Y es que lo cierto es que lo que atrae a un mayor número de fans es poder disfrutar de la antigua banda del guitarrista, osea que son los temas de los Judas los que protagonizan el concierto.
Unos tímidos tres primeros temas propios, «Hellfire Thunderbolt», «Strike of the Viper», y «One More Shot at Glory», caldeaban el ambiente acompañados por una puesta en escena cuidada, con humo, fuego y mucho cuero.
Pero lo cierto es que cuando Ripper reclama su nombre es cuando empieza la fiesta de verdad, y es ahí cuando generaciones y generaciones se unen como un mismo trueno bajo temas como «The Ripper», «Night Crawler», «Burn in Hell» o «The Green Manalishi».
Sabemos que Ripper no es Halford, y que las comparaciones son tremendamente odiosas, pero lo que está claro es que el nivel vocal del cantante es bastante envidiable, y junto con el virtuosismo de Downing el espectáculo está más que servido.
A pesar de formar parte de la banda es verdad que el resto de sus miembros quedan bastante en segundo planto, tomando solo cierto protagonismo en algún solo o momento concreto.
«Breaking The Law» himno de himnos para cualquiera que se haga llamar heavy llenaba Can Zam, Santa Coloma y posiblemente gran parte de Barcelona.
WARCRY
Ocho años han pasado desde al última visita de Warcry al Rock Fest, algo que según Víctor no debería volver a repetirse. Y no solo porque lo pida la banda, si no porque el publico allí presente se entregó con ellos al máximo, dejando claro que el power metal nacional de los asturianos atrae a muchos.
Con «A por ellos», tema de su último disco, llegaban a Can Zam con ganas de entregarse al máximo a ese público fiel que siempre los acompaña y canta con ellos sus grandes himnos (que no son pocos) como «Capitán Lawrence», «Tu mismo», «Solo sé» y «Hoy gano yo».
Después de aquel parón de hace unos años la banda volvió con una energía increíble que no solo queda reflejada en los discos si no que la transmiten en cada directo, atrayendonos poco a poco para que nos dejemos el cuello con ellos mientras Roberto y Pablo se intercambian posiciones, la batería de Rafa nos hace temblar y el teclado de Santi nos pone los pelos de punta.
Lo de Víctor está claro que es de otro planeta. Una voz tan particular, reconocible y que transmite tanto, pocas veces podemos escucharlas.
Creo que uno de los momentos más épicos fue cuando Santi, solo en el escenario con su teclado, comenzaba a tocar las primeras notas de «Ardo por dentro» una canción que puso a todo Can Zam a saltar y a cantar con ellos.
Lo cierto es que Warcry siempre es ganar. Así que esa noche de viernes ganaron ellos y ganamos nosotros mientras los heavys alzaban su voz.
W.A.S.P
El plato fuerte de la noche llegaba con la mítica banda estadounidense W.A.S.P, encabezada por el icónico Blackie Lawless.
Ya habíamos visto que en los últimos conciertos Blackie actuaba sentado en una silla, y estábamos expectantes de ver si en Barcelona esta vez sería o no diferente. Y lo cierto es que no lo fue. La edad no perdona.
Y esto me lleva a hacer una reflexión sobre cuando debe o no retirarse una banda. Obviamente la música es algo tan agradecido que permanece en el tiempo de manera imborrable, algo que puedes disfrutar igual aunque hayan pasado 30, 40 o 60 años desde que se compuso y se grabó. Pero ¿es necesario llevar a cabo un concierto cuando su principal atracción apenas llega a las notas como antes y lo hace desde una silla? Yo creo sinceramente que no. Ya no por nada, si no porque a veces es mejor dejar un recuerdo épico en tus fans antes de que te vean en ese estado.
Aún así Can Zam, lleno hasta los topes, disfrutó y saltó todo lo que Blackie no pudo con temas tan míticos como «Blind in Texas», «L.O.V.E. Machine», «Chainsaw Charlie» o «Wild Child».
De hecho la banda hizo sonar hasta la cover «The Real Me» de The Who mientras Doug Blair y Mike Duda se encargaba del movimiento en el escenario.
«I wanna be somebody» colmaba una actuación un poco menos espectacular de lo que debería haber sido, pero sin duda completaba una primera jornada llena de puro metal.
Por Irene Kilmister.