CRÓNICA: Tierra Santa desembarca a orillas del Manzanares – Madrid (Septiembre 2022)

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TIERRA SANTA

La Riviera – Madrid

24 de Septiembre 2022

25 años no se cumplen todos los días. Lo escribe quien, cuando nació, ya llevaba dos de retraso a los riojanos que el pasado sábado hicieron arder la Sala de La Riviera en Madrid. Un concierto plagado de sorpresas, colaboraciones, muy buen sonido, fans fieles y entregados y sobre todo, un amplio repaso por lo que ha sido este cuarto de siglo para Tierra Santa.

Dos minutos antes que que dieran las nueve menos cuarto unos latidos inundaron el ambiente de la sala madrileña, mientras las palmas de los asistentes iban en aumento junto con algún que otro silbido, mientras los músicos tomaban posición en el escenario.

El inicio de este recorrido empezaba con Pecado de Ángel, curiosa forma de recordar los 25 años, ya que es el último trabajo de la banda. Sin embargo, lo veo acertado, ya que es una canción cañera que contiene toda la esencia de Tierra Santa, recordando a aquellos tiempos de Tierras de Leyenda, segunda en sonar. Dos canciones muy cañeras, muy guitarreras y que nos pusieron a cien desde el minuto uno.

Tras ese viaje al pasado, tocaba nuevamente volver a presumir de su última publicación, esta vez con Por el Valle de las Sombras. Quiero resaltar que el sonido de la banda fue exquisito durante todo el concierto, cada instrumento al volumen necesario para no opacar al resto, ambas guitarras muy bien empastadas y la voz de Ángel muy melódica en todo momento, manteniéndose en su rango pero sin desafinar.

Ya se iban quitando los nervios iniciales cuando tocó una de las más cañeras de la noche, Apocalipsis, acompañada por la coreable y coreada Indomable, que con la presencia de Igor Diez (Sutagar) al bajo, iba a ser, como no podía ser de otra manera, de las más esperadas de la noche.

Momento de bajar las revoluciones con El Poder de la Tormenta, donde los teclados del navarro Juanan San Martín gozaron de protagonismo durante toda la canción. Otra presentación de su nuevo disco, canción muy melódica pero algo más lenta de lo que acostumbran. Calma que se iba a esfumar con Pegaso, canción que siempre me ha recordado a Iron Maiden, y Sangre de Reyes, otro de sus clásicos. En esta ocasión un compatriota suyo se pondría los hábitos de frontman de manera sublime, Jorge Berceo de Zenobia estuvo increíble. Hay que recalcar que, puesto que Ángel además de cantar, toca la guitarra como nadie, no tiene esa facilidad para moverse por el escenario como desearía, por lo que ver a Berceo de lado a lado, agitando los brazos e incluso saltando fue una ráfaga de aire fresco que nos animó a todos, más aún tratándose de semejante temazo.

Con Ángel otra vez a las voces, El Dorado serviría de calentamiento para otro cañonazo de la noche como fue Alas de Fuego, con unas proyecciones muy adecuadas en la pantalla trasera. Coreada y cantada que con solo recordarlo se me eriza la piel.

Nuevamente Ángel se quitaba protagonismo para presentar al segoviano Óscar Sancho, quien vestido con una túnica morada se comería el escenario. Fue el único en recordarnos que estábamos ahí esa noche celebrando el 25 aniversario de la banda, y es que eché en falta algún discurso por parte de los miembros de Tierra Santa, más aún sabiendo que la noche iba a quedar grabada para la posteridad. Óscar supo, como sabe hacer él, manejar las masas con la palma de la mano en Drácula.

Con Juana de Arco pareciera que viniesen unos jinetes al galope desde el escenario. Quizá esos caballos trajeron consigo al maestro de las seis cuerdas Alberto Rionda, quien iba a regalarnos su arte en Otelo, sin eclipsar las partes de Ángel y Dan Díez. Y es cierto que esta es una canción que perfectamente podría encajar en los Avalanch de la época de Ramón Lage.

Un pequeño parón sirvió para colocar unas sillas en frente del respetable y, al más puro estilo acústico, La Mano de Dios, canción nunca antes tocada en directo por la banda, sonó muy íntima y bonita. Un momento de calma en esta tormenta guitarrera que estaban regalando los legendarios. En este tema contaron con otro de los invitados de la noche, Jon Zagalaz, de Alhandal.

Ya en la recta final de la noche, y siguiendo con el recorrido por la exitosa carrera de la banda, no podían faltar temas como La Leyenda del Holandés Errante, La Momia, o Nerón. Esta última gozaría de la última colaboración de lujo de la noche, Armando de Castro, de Barón Rojo.

El final se acercaba, y tras los bises, llegaría el que para mí fue el momento más memorable de la noche, pues la traca final iba a ser ideal para dejarnos ir con el subidón por las nubes. La Sombra de la Bestia, aquel pegadizo tema del mítico álbum Sangre de Reyes. En este tema lo mejor fue, sin duda, la parte guitarrera de mitad de la canción.

La épica Legendario, sería la penúltima, y es que no se le puede quitar el honor de cierre al himno pirata, a un himno del metal nacional. Recuerdo que la primera vez que lo escuché tendría alrededor de unos 12 o 13 años, estudiando literatura en el instituto, cuando la profesora tuvo la maravillosa idea de mostrarnos que la poesía puede ser preciosa. Ya os imagináis de qué canción se trata, y ya os imagináis cómo sonó el cierre del concierto. La Canción del Pirata, en su versión extensa, cerró de la mejor manera lo que fue esta celebración por todo lo alto, de los 25 años de un grupo que sin duda ha marcado una época.

El sonido fue exquisito, se nota y mucho la calidad de los músicos encima del escenario. Las guitarras no pueden estar mejor ocupadas por nadie que no sean Ángel y Dan. Rober al bajo, no sólo lo toca de diez, sino que encima anima al público y se entrega de manera muy cariñosa. Alex a la batería me sorprendió muchísimo, pues para no tratarse de una banda de death metal sonó atronador. Y Juanan al teclado tiene un feeling con el instrumento a la altura de los más punteros del país.

Me agradó mucho también el juego de luces que utilizaron, decorando cada canción con iluminación distinta, detalle que le dio mucha versatilidad y dinamismo al concierto, de la mano de las proyecciones en la pantalla trasera, las cuales adornaban a la canción con mucho mimo.

Buen concierto de los riojanos para celebrar su 25 cumpleaños que tuvieron a bien dejarlo grabado. Seguro que más de uno lo agradece, pues realmente fue una noche para recordar.

Texto por Andrés Aranguren
Fotografías por Javier Paredes.

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