INJECTOR – Hunt of the Rawhead

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INJECTOR – HUNT OF THE RAWHEAD

ART GATES RECORDS

8/10

 

Injector es una banda de thrash metal originaria de Cartagena y formada en 2012. Hasta hace muy poco tenían en su haber un par de discos de larga duración y un EP, los cuales les valieron para denotar su presencia en la escena underground nacional. A finales de 2020 vio la luz su tercer álbum, llamado Hunt of the rawhead, el cual nos trae hoy aquí, y puedo decir que ha sido una buena forma de introducirme en ellos. Pese a que el thrash metal no es precisamente un subgénero en el que me haya especializado mucho, sí que puedo afirmar que la forma en la que lo interpretan es precisamente la que más me agrada.

Existen dos formas básicas de entender el thrash metal: con búsqueda predominante de la brutalidad sonora o con especial predilección por la técnica. Injector claramente se decantan hacia el segundo costado: buscan una fórmula que me recuerda en parte la que utilizaba Annihilator en sus primeros álbumes, un estilo a medio camino entre el speed y el thrash metal con gran variedad de riffs y de ritmos, los cuales gozan de una especial dotación técnica bastante superior a la de muchas bandas de thrash promedio.

Podemos apreciarlo en seguida a través de March to kill, canción que abre el disco. La ferocidad propia del thrash metal se combina con riffs ejecutados con suma limpieza y precisión. Culminando la base instrumental encontramos las rugientes voces de Dani Mvn y Mafy, quienes atacan de forma constante diferentes timbres rasgados, mostrándose agresivos en casi todo momento. La dinámica técnica y voraz prosigue en Unborn legions, en la cual Dani Mvn y Danny B se atreven a incorporar melodías muy bien logradas entre la descarga de tralla, un elemento que se repite posteriormente en otros puntos del disco y que se agradece para romper la monotonía muchas veces imperante en el género.

Into the black se desvela con una gran intro de bajo por parte de Mafy, seguido por el firme dominio a los parches de Anibal, quien lleva al dedillo la batuta de los múltiples cambios de ritmo. Durante el estribillo las voces aparcan el omnipresente rasgado y apreciamos algo mucho más claro, y junto con el punteado sin distorsión que aparece la canción adquiere un cierto regusto a Metallica. El solo de guitarra que ejecutan aquí me parece espectacular por lo mucho que logra transmitir.

Pese a no ser la tónica del disco, un álbum de thrash metal no lo sería sin algún que otro trallazo machacón. Eso mismo ocurre en el caso de Dreadnought race y Feed the Monster, ambos hechos a base de caña directa y sin contemplación alguna. Estos cortes, sin embargo, contrastan por ejemplo con Rhythm of war, la canción más larga del disco rozando los 8 minutos. Gracias a los cambios de ritmo y a la imaginación compositiva que atesoran, es como si se tratara de varias canciones en una. Desde agradables medios tiempos hasta fragmentos altamente destructivos, matizados por múltiples elementos musicales muy enriquecedores. A destacar nuevamente el enorme papel de Dani Mvn y Danny B en el largo solo de guitarra.

Del resto de cortes es necesario destacar la rareza de Arcane souls, pues supone todo un torbellino de cambios de ritmo y las voces son llevadas al extremo de su capacidad en cada uno de los violentos alaridos que se proyectan, y también la instrumental Interstellar minds: ahí es donde ambos guitarristas sacan sus hachas a relucir y llevan a cabo una gran combinación interpretando diferentes líneas solistas de forma simultánea, mientras el bajo de Mafy asienta firmemente la base para que las melodías fluyan solas. Hay tiempo también para distendir el ambiente y desconectar la distorsión para un emotivo punteado, para terminar luego con el último trallazo zumbante de Boundbreaker.

Por otro lado, el álbum se nutre de una producción bastante reconocible dentro del thrash metal moderno, marcadamente digitalizada y procesada pero que le va como anillo al dedo de cara a la solidez y la potencia del resultado final. En resumidas cuentas, Injector han sacado adelante un notorio trabajo de thrash metal con pinceladas técnicas. Seguramente se trate de uno de los discos más sólidos que viesen la luz este pasado 2020 en el panorama nacional.

 

Marc Paradell

8.0
  • 8
  • Nota de los lectores (1 Votos) 7.9
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