CRÓNICA: ESCENA ROCK, un digno y merecido homenaje a la escena estatal (Febrero 2020)

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ESCENA ROCK – LÉPOKA, DARK MOOR, LEO JIMÉNEZ, SAUROM, ÑU, WARCRY, OBÚS

IFEMA (Madrid) 

15 febrero 2020

Live Nation y Planet Events

El pasado sábado 15 de febrero asistíamos a la primera edición del festival ESCENA ROCK de Madrid, un festival dedicado enteramente a promover el rock nacional.

Con algo de retraso, se abrían las puertas para que el público pudiese ir entrando al pabellón 1. Poca gente pudo disfrutar desde dentro del momento en que Lèpoka salía a escena ataviados de sus ya tan características túnicas de monjes. Pero tanto dentro como fuera, a son de Goliardos, empezaba el festival para unos asistentes que se involucraron con la banda, les viesen o no. Empezaban los primeros acordes de Beerserkers con una química increíble entre los miembros de la banda que, ya se veían mucho más cómodos y confiados al ver que el pabellón se había llenado en un solo tema, y que quien más y quien menos ya tenía su primera cerveza en la mano, al igual que los monjes barbudos de la escenografía.

Lepoka

Siguiendo con el álbum 《Beerserkers》 nos llegaba Carta a María. Hablando de temas con ritmo y en los que Lèpoka se defendió con una maestría envidiable llegaba la cover de Vodka ‘n’ Roll de Mägo de Oz, y siguiendo con la fiesta nos llegaba en directo y en compañía del youtuber 《La Cocina del Pirata》 el tema Contra Viento y Marea, que a pesar de que ha visto la luz hace poco tiempo, los folkhólicos ya se tenían muy bien aprendido. Además, al contrario que otros colaboradores del festival, tengo personalmente que halagar el hecho de que se subiera al escenario vestido completamente acorde a la temática de la banda y obviamente del videoclip.

Llegaba el final y no podían irse sin llamar mentirosos a sus fans que por mucho que entonaran muy bien ese Yo Controlo, no iban a controlar las ganas de tomarse un último Chupito con la banda.

Con una velocidad de vértigo se desinflaban los dos monjes barbudos y en menos de 15 minutos, se podía leer perfectamente Dark Moor en la pantalla central del escenario.

Dark Moore

Con algo más de tiempo que sus predecesores, subían a escena los integrantes de Dark Moor para presentar su nuevo trabajoOrigins》. Fueron uno de los grupos que mejor sonaron de la noche, y es que eso de tener un espacio tan grande y a la vez tan bajo, no siempre es un punto a favor. Los madrileños supieron defenderse bastante bien ante la acústica y tocaron temas como Birth of the Sun, Druidic Creed o Raggled Taggle Gipsy,  pero sin duda de esta banda los temas que más llamaron la atención fueron melodicamente hablando Crossing through Tour Hearts  y líricamente La canción del Pirata, canción salida del famoso poema y que todos los allí presentes entonaron como una sola voz, porque seamos sinceros, ¿quién no se la sabe?

Le llegaba entonces el turno a un entregadísimo Leo Jiménez que venía presentando su álbumMesías》.

Leo llegaba dando con el puño en la pared o más bien con toda la potencia de su voz hacia el micro, abriendo su espectáculo con La Era de la Individualidad y Con o sin razón, haciendo que la primera fila se llenase de camisetas con la portada de «Mesías«.

leo Jimenez
Pero no todo iban a ser temas nuevos y aunque  también se escucharon temas como La Ira o el homónimo Mesías, con la colaboración de un Korpa ataviado con sus características ropas cada vez que sale con Leo a escena, también sonaron temas de discos anteriores como Misantropía, Desde Niño o Volar.
Extrañamente para muchos no acabó su actuación  con temas de su último trabajo sino que lo hizo con dos temas de SaratogaVientos de Guerra y Maldito Corazón.

Les llegaba la hora a Saurom quienes, allá donde van, ya han demostrado que te transportan a un viaje mágico.
Empezaron  con su característica introducción y acto seguido abriéndonos las puertade de La Posada donde, como si un juglar nos lo narrará, nos contaron  La leyenda de Gambrinus y su amor no correspondido. Y es que Saurom es capaz de involucrar al público con ellos como si fueran Músicos de Calle.

Saurom

Para cuando quiso sonar Saltimbanqui ya llevaban un rato retumbando las paredes del pabellón, por culpa de un público que se había amontonado sin dejar espacio alguno para no parar de bailar ni en Noche de Halloween ni en La batalla de los Cuernos.

Lo más bonito de esa noche fue ver cómo todas las voces se unían al grito de Vive, llegando a hacer casi llorar al vocalista. El carnaval del diablo se encargó de preparar la pista para un enorme Círculo juglar, que acabó con Fiesta y la ya clásica invitación de Saurom a La Taberna.

Ñu fue el típico grupo de la noche que marca un antes y un después. Su actuación aparenta ser un descanso entre el primer y segundo acto, y es que, aunque demostraron una muy buena maestría y no tener un mal sonido, de hecho todo lo contrario, se veía más público en las barras y el puesto de comida, que apoyándoles.

Ñu
Temas del estilo No hay ningún loco, Tocaba correr, Sé quien, Manicornio o El flautista fueron parte de un setlist que pasó bastante desapercibido y con el que solo se pudieron escuchar en lugares muy contados la voz de algún que otro fanático de la banda. Sin duda una pena.

Y así empezaba la «segunda mitad de la noche» la sala se llenaba de golpe con la pantalla que anunciaba a Warcry, y para cuando la banda quiso salir a escena, estaba el pabellón 1 lleno hasta casi la bandera.
Warcry nos presentó uno de los tracklist más extensos de la noche cargado de pirotecnia variada. Y es que antes de su parón indefinido, la banda decidió hacer un repaso a toda su discografía.
Desde temas de sus primeros discos como mismo, El guardián de Troya o Aire hasta otros más recientes como Rebelde y Así soy, que no iban a faltar.

Warcry

Empezaron tocando temas en la línea de Nuevo Mundo, Hacia el infierno y Quiero oír donde el sonido no les acompañó del todo.

Después una muy buen ejecutado cover de Aquí estaré de Avalanch, que para ser el último concierto de Warcry antes del parón indefinido, tal vez si me sobró un poco.

Por si acaso no lo habían hecho ya lo suficiente, siguieron Devorando el corazón de los allí presentes fuesen Cobardes o valientes.
Lo que si que tengo que reconocer es, que para cuando quisieron sonar Trono de metal y Hoy gano yo, el ambiente de la sala había descendido considerablemente, y es que de haberse quedado hasta el final más de uno se habría quedado sin poder volver a casa, pero aún así, siguieron haciendo retumbar el pabellón hasta el final, en el que un público entregadísimo con la banda, se despidió de ellos que, con su pirotecnia, brillaron hasta el último acorde.

Y con un descenso considerable de público le llegaba el turno al último de los grupos, y cabeza de cartel: Obús.

Con algún que otro problema de iluminación,  pero sin ningún problema de sonido salían a escena los miembro del grupo. Para todos aquellos que después de la actuación de Warcry pensaban Necesito más, Fortu, con su característica ropa y su coreografía a veces tan explicita nos recordaba que el rock nacional existe, y que cada vez está siendo más latente.
Temas míticos como Te visitará la muerte o Que te jodan también sonaron, e incluso metimos la primera para enfilar la Autopista. Y es que ya lo decía la DGT, hay que tener un par, para cogerla si te has tomado un Whisky con hielo.

obús
Tengo que decir que me dejó a cuadros como los asistentes pedían un Whisky con hielo al grito de 《Camarero》 hasta el punto de que los papeles se invirtieran y fueran ellos quienes acabaron llamando al camarero para que Fortu pidiera el whisky.
No me lo digas más, el clásico Dinero Dinero e incluso La mosca marcaban la diferencia entre lo clásico y lo moderno, haciendo notar que lo moderno también es una buena apuesta para el grupo.

CRÓNICA Y FOTOS: ANDREA FERNANDEZ 

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