ANGEL WITCH – Angel of light

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ANGEL WITCH – ANGEL OF LIGHT

METAL BLADE RECORDS

7,8/10

 

En repetidas ocasiones tengo la sensación de que poca importancia se le da en general a la New Wave Of British Heavy Metal de finales de los 70 y principios de los 80. Más allá de sus cabezas más visibles, como Iron Maiden, Saxon, Motörhead o Venom, muchas otras formaciones ejercieron, desde un perfil más bajo, una influencia enorme sobre futuras bandas que luego se encargarían de extender su característico sonido hacia un speed o un thrash metal, para posteriormente dar paso a la gran cantidad de géneros que se derivaron de ello.

En este contexto, es imprescindible hablar de Angel Witch, todo un grupo de culto. Su álbum debut de 1980 es indudablemente una de las obras más destacadas del movimiento y de las que más escuela han creado posteriormente. Su oscura sonoridad y la rudimentaria producción definen las características sonoras de la NWOBHM casi a la perfección, siendo un trabajo enormemente representativo.

Angel Witch, 4 décadas después, siguen en pie. Comandados por el cantante y guitarrista Kevin Heybourne, quien se mantiene como el único miembro original a día de hoy, los británicos no se prodigan demasiado en el estudio: después de sus tres álbumes publicados en la década de los 80, sólo un disco de larga duración fue publicado en 2012, llamado As above, so below. Recientemente, la mítica banda ha regresado al estudio y se ha sacado de la manga este nuevo disco que lleva por título Angel of light.

Cuando un grupo recurre al estudio de forma tan escasa es fácil preguntarse hasta qué punto lograrán componer algo que valga la pena y no desmerezca su legado, pero hay que decir que Angel Witch lo han conseguido en buena medida. Un trabajo sorprendentemente sólido y que marca un claro paso evolutivo en la banda: quien tenga grabado en su mente su opera prima de 1980 podrá, a la vez que disfrutar del sonido que se espera de la banda, apreciar ciertos matices que hacen que no suene exactamente a lo mismo de siempre.

Un atrayente riff abre el disco en Don’t turn your back, de una forma muy melódica. Por momentos casi parece un sonido de NWOBHM estirado hasta casi rozar el power metal. La atmósfera obscura y misteriosa, crítica en el sonido propio de Angel Witch, se deja entrever en Death from Adromeda y se apodera definitivamente de la situación en We are damned. Algo que llama la atención ya desde los primeros cortes es que la tónica de las composiciones gira mucho en torno a unas melodías muy trabajadas, siguiendo la línea marcada en su anterior publicación de 2012. El mayor trabajo en este aspecto desemboca en una sonoridad con un tinte marcadamente “dramático”, la cual se va repitiendo en la gran mayoría de las canciones. Creo que esta es la dirección en la que Angel Witch ha hecho evolucionar su sonido, y así lo ha terminado de sellar en el presente álbum.

Esta sonoridad melódica y con este punto dramático se complementa con una enorme labor a nivel de riffs de guitarra, los cuales me parecen tremendamente contundentes y trabajados (un tinte doom/stoner claramente apreciable), dándole así mucha fuerza y garra a las canciones. Se hace marcadamente evidente, por ejemplo, en la magnífica The night is calling, la cual además es complementada con punteados de guitarra nítida ideales para reforzar la tenebrosa atmósfera. Junto con el modo de cantar de Kevin Heybourne, este corte me recuerda vagamente a Sorceress de su primer álbum.

Heybourne jamás ha sido un virtuoso de las voces, ni tan siquiera en su época dorada, pero su voz sigue sonando en estudio bastante conservada, parecida a la que tenía entonces. Sin embargo, debo apuntar que en la mezcla las voces se encuentran en un plano más bien discreto ante el resto de instrumentos. Nada más a reseñar a nivel de producción. Lógicamente, más producido que sus antiguos álbumes, pero sin llegar a perder la esencia del sonido tan característico de la NWOBHM (para lo cual se requiere abstenerse de producir el disco hasta la extenuación, tal y como ocurre tantas y tantas veces).

Y en estas sigue el álbum hasta su final, siguiendo las pautas marcadas desde un inicio: una ambientación doomy y melancólica, con una retirada hacia lo épico, acompañada de los característicos elementos sonoros marca de la casa de la NWOBHM. El seguidor de la banda encontrará en Angel of light a unos Angel Witch sonando a lo que es esencial en ellos y a algo más, en la línea de su anterior As above, so below.

 

Marc Paradell

7.8
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