CRÓNICA: Slash cumple en Madrid pero no entusiasma – Marzo 2019

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SLASH

MADRID – 13 FEBRERO 2019

WIZINK CENTER

Empecemos por los hechos indiscutibles:

  • Slash, por méritos propios, ha alcanzado el estatus de mito viviente del Rock and Roll.
  • Muchas de sus composiciones con Guns n’ Roses forman parte del imaginario colectivo y han hecho vibrar a millones de personas por todo el mundo.
  • El primer disco de su última etapa en solitario tenía su punto, en buena medida debido a una participación de una pléyade de músicos que hizo de «Slash» un trabajo de lo más dinámico y variado
  • El resto de discos, incluido su último trabajo «Living The Dream«, se han acercado peligrosamente a la decepción.
  • No hay duda de que Myles Kennedy es un vocalista descomunal. Tampoco hay duda que la aportación al último disco de Slash es más bien insignificante

Con estas premisas, no tenía muy claro los derroteros por los que iba a circular el concierto de Slash, sin embargo, y pese a mis más agoreros presagios, Slash, junto con Myles Kennedy y The Conspirators ofrecieron un buen concierto. Cumplieron, los fans más acérrimos disfrutaron y el resto del público se fue satisfecho aunque no vibrara desaforadamente.

Antes de ellos, abrieron la noche los setenteros Bishop Gunn, que ofrecieron una buena dosis de clasicismo mientras su vocalista marcaba descaradamente ciruelo ayudado por un modelito de lo más peculiar.

Buen sonido, actitud y elección de temas («Let The People Know», «Bank of The River», «Silver Street», etc..), aunque con una actuación tan corta, habría quitado los temas más lentos («Makin’ It»), ya que hizo que la intensidad disminuyera, aunque afortunadamente el final «Anything you want» apretó los pistones para dejar buen sabor de boca.

Puntuales, Slash y los suyos hicieron su aparición en el escenario sin grandes alardes, todos juntos y sin nadie acaparando los focos. Obviamente se llevaron una gran ovación, intensificada en cuanto las seis cuerdas de Slash empezaron a sonar y su icónica pose, sombrero, gafas de sol y camiseta de Metallica mediante, comenzó a inundar las retinas de un público que no llenó la versión más reducida del antes llamado Palacio de los Deportes.

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«The Call of the Wild», «Halo», «Standing in the Sun» y «Ghost» firmaron el inicio del show, con un sonido donde hubo nada que reprochar, y donde se empezó a palpar el buen hacer de Slash y la gran voz de Myles Kennedy, que aunque no cometió ningún error y clavó los temas, no sonó con la brillantez y opulencia que podemos sentir cuando canta con Alter Bridge.

«Back From Cali», «My Antidote», «Serve You Right», «Boulevard of Broken Hearts» y «Shadow Life» fueron los siguientes en sonar, todas cortadas por el mismo patrón de la corrección, y con unos The Conspirators mostrando su solvencia. Se suele hablar poco de ellos, pero son un pilar en esta formación, ya que su trabajo sustenta el sonido para que Myles, y sobre todo Slash, destaquen.

Sí que ganaron protagonismo en los siguiente temas, donde Todd Kern se hizo cargo de las voces en un gran «Dr. Alibi» y sobre todo en el tema al que puso voz Iggy Pop, un «We’re all gonna die» que sonó cañón, convirtiéndose inesperadamente en uno de los mejores temas de la noche.
Slash siguió con sus características poses, regalando altas dosis de imaginería rockera a los más melómanos, y tras «The One You Loved Is Gone» llegó «Wicked Stone» donde se calzó un solo de esos, tan, tan, tan largos que me hizo empezar a pensar en la declaración de la renta de este año…. está bien demostrar tu maestría, pero esto resultó claramente excesivo.
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Seguían cayendo temas de la carrera en solitario de Slash, mientras muchos esperaban alguna migaja en forma de canción de Guns n’ Roses, sin embargo hubo que esperar a que sonaran «Wicked Stone», «Mind Your Manners», «Driving Rain» y «By The sword», para que por fin la batería característica de «Nightrain» hiciera estallar a todo el público. Puestos a tocar un único tema de los Guns, me pareció una elección perfecta, es uno de esos temas no tan famosos, pero que es sencillamente maravilloso.
Tras «Starlight», turno para «You’re a Lie»  y un «World on Fire» algo alargada para tener tiempo de hacer cantar al público, presentar a la banda y de pedir los mercidos aplausos para Bishop Gunn. Tras ellos, rápida retirada y vuelta para los  bises en forma de «Slow Grind» y el tema con el riff más característico de su carrera ajena a los Guns, «Anastasia».
Bien en líneas generales, aunque tratándose de un icono uno siempre espera más.
Texto: Juan José Díez
Fotos: Facebook Live Nation. Oscar Lafox
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