CRÓNICA: WARCRY y la música clásica conquistan Avilés, un amalgama perfecto - Noviembre 2018

WARCRY

CENTRO NIEMEYER – 24 NOVIEMBRE 2018

AVILÉS (ASTURIAS)

Un año preparando este concierto, nos comentaba el propio Víctor García en una de las pausas del concierto. Y es que es muy complicado que todas las piezas del puzzle encajen para que un concierto de este calibre pueda llevarse a cabo, y si no que se lo digan a ellos.

El concierto se anunció hace pocos meses, pero este proyecto llevaba gestándose prácticamente un año. Un formato que Warcry sólo ha repetido en tres ocasiones anteriores, la primera en el Leyendas del Rock 2016, en las fiestas de San Mateo (Oviedo) en 2016 y en el Teatro Metropolitan de Ciudad de México en 2017.

Para ello, la banda contó con el apoyo de 60 músicos; de cuerda, percusión y viento, intérpretes tanto de la Sinfónica «Julián Orbón» como de la Joven Orquesta Sinfónica de Cantabria, dirigidos por el directo Miguel Ángel Navarro y con el acompañamiento de Vasko Vassilev, concertino principal de la Orquesta de la Royal Opera House de Covent Garden de Londres.

Treinta minutos antes de la hora prevista del concierto, el centro abría sus puertas para dejar pasar a los primeros asistentes y que estos fueran ocupando sus localidades. Hecho que se agradeció, ya que el tiempo no dio tregua y la lluvia acompañó durante toda la noche. Una suerte que el espacio fuera un teatro, cubierto.

Tal y como la banda había anunciado en redes sociales escasos días antes, a todos los asistentes se les obsequió con un detalle. Una pequeña bolsa con el logo del ayuntamiento de Avilés, que contenía un parche con el logo de Warcry Symphonic y una entrada conmemorativa. Un gesto perfecto por parte de la banda, y que a todo el público encantó.

Casi con puntualidad británica, a las 20:30 aparecía toda la formación de la orquesta en escena tras la que prosiguió la proyección de un vídeo en las pantallas en el que se mostraban los ensayos de los días previos al concierto y el paso de todos los jóvenes que pudieron disfrutar de una jornada con Warcry, sumado a una pequeña intervención tanto del directo como del violinista solista.

Tras esta breve proyección, toda la banda salía a escena acompañada de las primeras notas de «Alma de un Conquistador», a la que prosiguió «Nuevo mundo«. Dos canciones de lo más eléctricas de Warcry bien elegidas para abrir la noche y que con los arreglos orquestales ganan en musicalidad y firmeza.

Era de esperar que en este formato, la banda apostara por explotar sus baladas, y así se demostró durante todo el concierto ya que tomaron el protagonismo de prácticamente toda la velada. La primera en ser interpretada fue «El más triste adiós» en el que el teatro se sumió en un silencio sepulcral dejando así que la voz de Víctor inundara todo el recinto. En un formato así, las baladas se disfrutan aún más si cabe. Siguiendo con el concierto, Víctor aprovechaba las breves pausas para dirigirse al público y agradecer que fuera posible la realización de esta empresa que era nada más y nada menos que interpretar las canciones de Warcry con una sinfonía. Otros temas se intercalaban entre balada y balada, como fue el caso de «Contra el viento«, que precedió «La vida en un beso«.

Tras una breve pausa, la banda presentó al invitado estrella de la noche, Vasko Vassilev, violinista invitado que aprovechó su intervención para interpretar una de sus obras «Voodoo Violín» con una limpieza y técnicas perfectas que dejaron al público boquiabierto, y no es para menos. Tras la primera intervención, que había sido realmente un sólo de violín, ya que la guitarra de Pablo había enmudecido, Pablo se disculpó ante el público por los problemas técnicos que había habido y que le habían impedido acompañar con la guitarra en el solo a Vasko, y cuando estos problemas se subsanaron, ahora sí con todos los instrumentos listos, repitieron la interpretación.

Tras la presentación de Vasko, siguieron el turno de baladas, esta vez el turno de «Coraje«, entre las cuales se volvieron a intercalar canciones más eléctricas y con letras más salvajes, como «Aire» o «Cobarde«, rememorando el día contra la violencia de género celebrado escasos días atrás y con una letra muy necesaria.

Las baladas siguieron teniendo el protagonismo, y así rescataron un tema que inusualmente hemos visto a Warcry interpretar en directo «No te abandonaré» de su último disco, que Víctor interpretó al unísono con el apoyo de Vasko y que sorprendió a más de uno. Le seguieron una lista de baladas que sumieron al público en un aura de tranquilidad y expectación «Cada vez«, «El amor de una madre» o «Nana«, que Víctor empezó interpretando apareciendo desde la parte trasera del teatro y bajando las escaleras hacia el escenario lentamente.

En todos estos temas es indiscutible el papel necesario que ocupó la orquesta rellenando los vacíos instrumentales en los silencios de todas estas baladas, y que eran el punto clave de este concierto a la vez que acompañaban la voz de Víctor. La melancolía elevada a la enésima potencia.

Tan rápido se estaba pasando el concierto que todos quedamos sorprendidos de que, tres temas antes de terminar, Víctor empezara a despedirse del público y concluyendo con la velada. El público, que había permanecido sentado durante todo el concierto, ahora se levantó para acompañar, como un buen concierto de metal lo requiere, a Warcry en los últimos tres temas que interpretaron. Tres temas que se han convertido en imprescindibles de la banda y que prácticamente son obligados de la clausura de todos sus conciertos como son «Capitán Lawrence«, «El guardián de troya» y «Hoy gano yo«.

Con este último tema, la banda se despedía y presentaba a todos los músicos que habían participado con ellos, al directo de la orquesta y al realizador de todos los arreglos orquestales. Pero aún quedaba una sorpresa más, y es que los 5 miembros de Warcry, cuando la orquesta había abandonado el escenario, permanecieron en sus puestos para ofrecernos una canción más, «Tú mismo«. Que interpretaron ellos cinco, los de siempre, Pablo a la guitarra, Roberto al bajo, Rafa a la batería, Santi a los teclados, y Víctor a la voz. Concluyendo así un concierto diferente, único, y con toda la sala en pie con unos aplausos que se prolongaron minutos.

Mención especial a toda la organización, al ayuntamiento de Avilés y trabajadores del Centro Niemeyer, que fueron los responsables de que un concierto de este calibre se pudiera llevar a cabo y saliera todo redondo. Todavía queda Warcry para mucho recorrido.