PARADISE LOST + PALLBEARER
MADRID – 24 OCTUBRE 2017
SALA BUT
Los americanos Pallbearer fueron los encargados de abrir la noche para el concierto de Paradise Lost en la capital. Su propuesta basada en un doom más canónico pareció que convenció a un público que se tomó con bastante calma la entrada a la sala.
Tuvieron un sonido excesivamente alto, aunque a la gente no pareció importarle. Hay que reconocer que el doom es un género difícil para aquellos oídos no acostumbrados, pero como teloneros encajaban bastante bien, al menos con la primera y última etapa de Paradise Lost.
El mayor protagonismo se lo llevó su último disco «Heartless», aunque también cayó algún tema de «Foundations of Burden» y «Sorrow and Extinction»
PARADISE LOST
Los conciertos de Paradise Lost siempre parecen cortados con el mismo patrón. Es una banda poco dada al espectáculo o a la locuacidad, siendo la sobriedad la tónica más habitual en sus actuaciones. Esta sobriedad afecta a su indumentaria, todos de riguroso y monocrómico negro, a las luces, donde la oscuridad y las sombras permiten discernir más que ver a la banda, y a su comunicación con el público, que se limita a lo mínimo y necesario.
Pese a esto, hay que reconocer que la banda clava los temas, aunque podríamos reprocharle un uso quizá excesivo de sampleados. Comenzaron con «From the Gallows», seguidos de «Tragic idol» y «One Second», un tema que paradójicamente fue recibido con entusiasmo, y digo paradójico porque aún recuerdo los palos que dieron los más puristas al grupo cuando editaron este tema que entonces parecía tan heterogéneo.
«Gods of Ancient», «Erased» y «Forever Failure» fueron los siguientes en sonar, con volumen abismal (constante en toda la noche), donde la sobriedad únicamente era rota por la hiperactividad de Aaaron Aedy, siendo el único que parecía que vivía con pasión la noche.
«Medusa», «An Eternity of Lies», «Faith Divide Us – Death Unites Us» y «Blood of Chaos» dieron paso a un «As I Die» recibido con una atronadora ovación, y de ahí bajar un poco el pistón con un cadavérico «Beneath Broken Earth» y «Embers Fire» como punto final.
Para los bises, «No Hope in Sight», «The Longest Winter» y un genial «Say Just Words»
Lo dicho, concierto habitual de los británicos. Musicalmente impecables, pero sosos.
Texto: Juan José Díez
Fotos: S. A. Sánchez