BOSTON – Live, love & hope

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BOSTON – LIFE, LOVE & HOPE

FRONTIERS

7 / 10

Esperar sorpresas de un disco de Boston es como pedirle a Motorhead que hagan un disco de vanguardia electrónica. Son la banda por excelencia del AOR. Junto con Journey, Reo Speedwagon, Styx, Survivor, Foreigner y Loverboy, ayudaron a crear el género más comercial dentro del mundo metálico. Ahora no van a venir con innovaciones.

Lo que hay aquí es el sonido espectacular de la banda: esas guitarras dobladas hasta la saciedad, hasta que uno no sabe si está oyendo a un guitarrista o a veinte a la vez. También andan por ahí esas voces cristalinas que en este caso corresponden al fenecido Brad Delp. La tecnología hace posible cierta imposición del más allá. Pero no es Brad Delp el único vocalista del disco. Para poder terminarlo, Tom hubo de llamar a algunos músicos invitados que hicieran las veces del malogrado cantante. En un tema llega a cantar el propio Tom Scholz.

Tom Scholz es un geniecillo que vive al margen del negocio musical y sus modas. Ganó mucho dinero en los principios de su carrera como para preocuparse ahora de si le gusta o no a la gente lo que él hace.

Como se ha adelantado, el plástico tiene el mismo sonido que sus antecesores. Hay guiños a “Corporate America”, a “Third Stage” y hasta a su debut. El tema “Heaven on earth” nos trae recuerdos de aquellos lejanísimos años ochenta y casi setenta en que aún no existían la MTV, ni los vídeos, ni los cedés, ni Internet. Otro mundo. Ese es el que nos trae Boston en su nueva entrega. El sello Frontiers está apostando fuerte por los que fueron en su día adalides de una corriente musical a la que hoy no se hace demasiado caso.

Queda claro, no obstante, que el AOR sigue siendo un subestilo con una gran salud dentro del metal y el heavy rock. Otra canción grandiosa del trabajo es “Don’t mean to fall in love”, que junto con la canción que da título al elepé, “Live, hope, love”, constituye el grueso de temas más llamados a ser machacados en directo junto con los clásicos de toda la vida. No desmerecen unos de otros. Como curiosidad, hemos de decir que las líneas vocales de “Someday” recuerdan sobremanera las de la banda alternativa de los 90 Lemonheads, lo que deja claro que Boston influenciaron a muchos más grupos de los que a la gente le gusta admitir. No en vano, se ha llegado a decir que el propio Kurt Cobain los imitó para crear el sonido de “Nevermind”.

Boston siguen en buena forma. Tampoco es que se cansen demasiado esta gente: seis discos en estudio en más de treinta años de carrera. Les tenían que salir bien sí o sí.

Emilio Morote Esquivel

 

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