METAL CHURCH – Generation Nothing

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METAL CHURCH – GENERATION NOTHING

RAT PACK RECORDS

6 / 10

El señor Kurt Vanderhoof ha reflotado la nave Metal Church. Hace unos años anunció que se retiraba para siempre (aunque en el mundo del metal queda demostrado que esa alusión a lo infinito es exagerada: todos vuelven, unos por un motivo y otros por otro).

Se iba a centrar, dicen, en su proyecto de rock nostálgico-progresivo Presto Ballet. Sin embargo, en los mentideros esos de Internet gentes ignotas hablaban ya hace unos meses de que la banda se había vuelto a reunir una vez más. Iban a grabar un disco, este que nos ocupa. La portada es horrorosa, eso no hace falta ni comentarlo. El interior: lo de siempre, lo cual, en el caso de Metal Church no es ni muy bueno ni tirando a catastrófico, dado que su heavy metal lindante con el thrash metal es una marca de la casa que pocos pueden imitar y pocos pueden confundir con otra banda.

Si nos preguntaran con ahínco, contestaríamos que este es mejor trabajo que el anterior, aquel casi olvidado “This present wasteland” que pasó sin pena ni gloria y que les abocó a este largo período de descanso (o de sequía, llámenlo como quieran) de cinco años. La formación con el cantante Ronny Munroe al frente se ha estabilizado y consigue un sonido correcto, compacto y cabal. Los temas del disco van desde el espídico principio con “Bulletproof” hasta el medio tiempo de largo desarrollo que se concreta en “Noises in the wall”, canción que los devuelve a aquellos primeros tiempos con el fenecido Wayne en que apuntaban a ser una banda de primera fila, por más que luego el sueño se quedó en eso.

Metal Church, en todo caso, se han ganado un lugar en la memoria colectiva del metal. Siempre han sido fieles a su sonido, jamás se han apuntado a ninguna moda y si tuvieron la mala suerte de que precisamente esa marca de distinción que les caracteriza nunca llegara a convertirse en éxito masivo (estamos hablando de lo que hace casi tres décadas se llamó power metal americano, nada que ver con lo que en los 90 se desarrolló en Europa como power metal), no es culpa suya. Este disco no es una obra maestra pero tampoco es para echarlo a los perros. Cumple mejor que algunos de los que sacaron últimamente. A pesar de su espantosa portada.

Emilio Morote Esquivel

 

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