CHILDREN OF BODOM + ENSIFERUM (Madrid)

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CHILDREN OF BODOM + ENSIFERUM

MADRID – 6 MAYO

SALA LA RIVIERA

 

ENSIFERUM

No es la primera vez que me pasa y seguramente no será la última. Pero lo cierto es que otra vez más me causaron mejor impresión los teloneros que la banda principal. Y esto no es que ponga en mal lugar a Children of Bodom, ya que como contaremos posteriormente, también realizaron una buena actuación, pero es que Enfiserum reunieron méritos más que suficientes para hacer sombra a los cabezas de cartel.

 

El caso es que ese metal vikingo con su más que inherente aire festivo causó muy buena impresión, si a eso le unimos el buen sonido y la entrega y buen rollo transmitido por sus integrantes, sobre todo por ese loco del bajo llamado Sami Hinkka, tenemos los ingredientes del típico concierto que deja un poso de satisfacción entre el respetable.

 

Trallazo tras trallazo se ganaron al público, quizá supo a poco la escasa hora de concierto, pero aún así hubo tiempo para que sonaran «From afar», «Token of time», «Into Battle», «Twiligth tavern», «Guandians of fate», «Ahti», y un gran final compuesto por la coreadísima «Lai Lai Hei», y «Iron» como punto final.

 

Personalmente, creo que Petri Lindroos brilla mucho más aquí que con su otra banda Norther, al menos, ese toque más festivo de las composiciones le permite variar un poco más los registros, y en cuanto al resto de la banda lo comentado, Sami muy activo y buenrollero, mientras que Janne, Emmi y Markus mucho más sobrios.

 

Convencieron, pero nos dejaron con ganas de más.

 

CHILDREN OF BODOM

Me sorprende el público cada vez más joven que congregan los conciertos de Children of Bodom, en cierto modo les veo como el equivalente más extremo a los grupos de power-metal que recogen hordas de adolescentes, al menos en la Riviera, un amplio porcentaje del público rondaba la veintena (y menos).

 

Los conciertos de Children también suele caracterizarse por la constancia, llegan, hacen su trabajo sin estridencias ni fallos, y se van. No la cagan, pero tampoco brillan, no suenan mal, pero tampoco tienen un sonido del copón, lo dicho constantes. Quitando los primeros compases con «Not My Funeral», «Bodom Beach Terror», y «Needled 24/7» que no sonaron bien del todo, el resto tuvo un sonido digno, aunque no acabaron de pulir del todo una ecualización demasiado afilada.

 

La escenografía estuvo compuesta por una batería elevada, dos teclados flanqueando el escenario en los que se iba alternando Janne Wirman, un techo cubierto de telas que aportada cierto aire sombrío y un buen juego de luces que hizo justicia cortes como «Shovel Knocout», «In your face» o «Rounctrip to hell and back».

 

Y a estas alturas es donde llega el mayor inconveniente de una actuación de Children of Bodom, ya que trascurridos unos cuantos temas, el resto empieza a sonar demasiado parecido y monótono, es decir, molan para un rato, pero acaban cansando, y aunque los hits como «Living dead bet», «Follow the reaper» o «Hate me», logran de nuevo atraer la atención, esta va decayendo hasta que irremediablemente llega el fin del concierto y nos embarga una sensación de «sin pena ni gloria».

 

Tras «Children of bodom», «Angels don’t kill», y «Downfall» llegó la retirada, para volver y finiquitar con «Was it worth it», «Every time i die», y «Hate crew deatroll».

 

Cumplen, pero sin duda, se les podría exigir algo más.

Texto: S.A. Sánchez

Fotos: Juan José Díez

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