EXCITER + REDSHARK + DEATHSTALKERS
BARCELONA – 27 DE NOVIEMBRE 2019
SALA BÓVEDA
OCTOPUSS PRODS & AC METALCOVA
Una noche muy esperada se cernía sobre Barcelona el pasado miércoles 27 de noviembre. Exciter, el trío canadiense reconocido como pionero de un subgénero tan importante como el speed metal (lo que en su día fue una especie de “puente” entre el heavy metal tradicional y lo que posteriormente vendría a ser el thrash metal y todo el metal extremo que se derivó de ello), visitaban la capital catalana por segunda vez en su dilatada carrera, la cual alcanzará el año que viene la friolera la cuatro décadas.
Después de su actuación en la carpa del Rock Fest en 2017 (la cual, hay que decirlo, quedó ciertamente deslucida por las características sonoras del recinto), esta fue la primera ocasión para ver a los canadienses en Barcelona fuera de los grandes formatos. Octopuss Prods y la AC Metalcova unieron fuerzas para llevar a Barcelona la primera fecha de la gira europea que Exciter llevan a cabo este otoño, la cual además contaría con dos invitados de lujo de la escena local como Redshark y Deathstalkers.
Las puertas de la sala Bóveda se abrieron un poco más tarde de lo previsto, y cerca de 200 personas ocuparon el recinto para presenciar la oleada de heavy y speed metal que se venía oliendo de lejos, tanto por parte de los canadienses como de las bandas locales, las cuales venían claramente dispuestas a estar a la altura de las circunstancias.
Así nos lo demostraron en primera instancia Deathstalkers, quienes nos mostraron más determinados que nunca su heavy metal con claros tintes de doom. Se han convertido en un grupo bastante habitual de verse por Barcelona, tanto en conciertos propios como abriendo para bandas mayores, y su directo muestra una clara proyección ascendente a juzgar por lo que vimos el pasado miércoles. A pesar de ello, poco fue el tiempo del que dispusieron a consecuencia de diversas causas (una media hora), suficiente eso sí como para dejarnos caer pesos pesados como Spell o Valley of the witch, en los cuales el vocalista Isma se mostró en un estado de forma realmente espectacular. El resto de la banda lo acompañó de forma muy sólida y compacta, convenciendo así a los más madrugadores que se acercaron a verlos.
Muy enriquecedora ha sido para la banda la incorporación de Jaume al bajo, pasando a sonar con dos guitarras y con mejoradas líneas a las cuatro cuerdas. Sin embargo, durante el transcurso del concierto anunciaron la salida de la banda del guitarrista Pau, el cual se despidió a lo grande mostrando toda la clase que atesora. Para mi sorpresa, dieron por finalizado el concierto sin haber incluido su único single Metalized dream en su breve repertorio. Esperemos que sea una “señal” de que en breves se avecina nuevo material de esta prometedora banda… Me despiertan ganas de escuchar cómo resultan sus composiciones en estudio.
Quienes hicieron saltar la banca en esa noche de miércoles fueron Redshark. Su actuación iba a ser la primera ocasión para verlos desenvolverse en directo tras la incorporación de Pau Correas a la voz (ex-Kill the Krait, Crimson Storm) y la publicación de su nuevo EP Evil realm, con lo cual a más de uno se nos comía por dentro la curiosidad de verlos despegando de nuevo. Debo decir sin tapujos que superaron todas mis expectativas. La entrada de Pau, junto con la madurez musical que el grupo ha ido consolidando poco a poco, ha supuesto un auténtico golpe de efecto para Redshark. Lo dejaron entrever en el EP y lo confirmaron sobre el escenario de Bóveda. Entrando con Destroy what destroys you salieron dispuestos a comerse al público, tirando de una actitud inapelable por parte de todos sus miembros. Pau, sin ningún tipo de vergüenza ni miedo aún siendo su primera actuación en las filas de Redshark, no tardó ni un instante en abalanzarse sobre el público e interactuar con las primeras filas, imagen que se repitió constantemente a lo largo del concierto.
Su voz, potente y agresiva, encajaba a la perfección con el sonido hacia el cual ha derivado la banda, rozando más el US power metal que el speed metal de sus inicios, papel en el cual los guitarristas Javi y Philip parecen sentirse como peces en el agua tomando mucho protagonismo. Incluso las composiciones más antiguas como Fight the rules of power o Lights of darkness sonaron tan renovadas como frescas, mientras en las primeras filas el público enloquecía con The begginning of storm, Burn your flag o Stronger tan ever, las cuales eran interpretadas con tal firmeza y convicción que parecía que la banda las hubiese tocado toda la vida. Terminaron poniendo la cereza sobre el pastel con una nueva versión, Madhouse de Anthrax, para dejar las espadas en todo lo alto. Increíble pelotazo el que han pegado los barceloneses, quienes no desentonaron para nada ante los mismísimos Exciter. Otros a los que habrá que seguir de cerca…
Finalmente, llegó la hora de la verdad. Exciter, el trío canadiense pionero en su género, saltó sobre el escenario de Bóveda para descargar una enorme dosis de speed metal durante una hora y media. Si bien, por motivos que no vienen a cuento, no pude ver su entrada en escena, sí que pude escuchar desde fuera cómo iniciaban el concierto soltando dos cañonazos en toda la frente, como son los himnos Violence and force y Stand up and fight. Para cuando atacaban Victims of sacrifice pude entrar a la sala y apreciar en plenitud lo que estaba ocurriendo: para empezar, un Dan Beehler dando un auténtico recital tras los parches, clavando las desgarradoras voces características de Exciter a la vez que no flaqueaba en defender firmemente las rápidas líneas de batería.
No me explico cómo un hombre que va camino de los sesenta sigue siendo capaz de sentarse a la batería para tocar speed metal y cantar al mismo tiempo, clavando ambas funciones a la perfección y además durante casi noventa minutos. Del todo admirable… Por otro lado, el bajista Allan Johnson y el nuevo guitarrista Daniel Dekay suplían la ausente figura del frontman típico moviéndose con libertad por el escenario. El hecho de que la banda se reuniera con su formación original en 2014 y que desde entonces no hayan grabado nada nuevo propicia que el repertorio se encare exclusivamente hacia el material más clásico de la banda, de modo que fue un lujo ver cómo desempolvaban canciones menos esperadas como por ejemplo Die in the night o Living evil de su álbum Unveiling the wicked. Del mismo modo, los pesos pesados de su discografía, extraídos de los célebres discos Heavy metal maniac, Violence and force y Long live the loud, fueron cayendo paulatinamente a lo largo de su actuación, poniendo Bóveda patas arriba con cada uno de ellos.
Iron dogs y Heavy metal maniac nos pasaron literalmente por encima, no sólo gracias al experimentado y curtido buen hacer de Dan y Allan, sino también por el increíblemente buen papel que cumplió el recién llegado Daniel Dekay. Tras la salida de John Ricci, el miembro más longevo del grupo canadiense, me surgieron múltiples dudas acerca de si un guitarrista joven podría salir bien parado sustituyendo al que era el “capitán” de la banda. Dudas que quedaron disipadas al ver cómo Daniel se integraba en vivo de una forma tan orgánica, atacando los viejos temas de Exciter respetándolos en gran medida a la vez que incorporaba su propio toque personal. Si bien el sonido crudo de Ricci estaba grabado a fuego en el ADN de Exciter, la llegada de Daniel ha aportado una dosis renovada de juventud y aire fresco al trío canadiense.
La gran descarga de clásicos prosiguió con la estremecedora Black witch, Feel the knife y la imprescindible Pounding metal, coreada masivamente por la audiencia. Hubo un pequeño minuto de lucimiento para Daniel, quien realizó un solo de guitarra mientras Dan aprovechaba para recuperar el aliento. Tras el pequeño parón Exciter encararon la recta final de esta sonada lección de speed metal con Beyond the gates of doom, una Long live the loud que interpeló a la audiencia al completo convirtiendo Bóveda en un mar de cabezas sacudiéndose, y una World War III tras la cual el grupo se retiraba de las tablas. Finalmente atacaron un último bis muy celebrado con una versión de Iron fist de Motörhead.
Una auténtica masterclass de actitud, de agresividad y, por encima de todo, una lección del más potente y anacrónico speed metal por parte de los mismísimos creadores del subgénero, los cuales pasaron cual apisonadora en su única fecha en España. Junto con las sorprendentes actuaciones de la nueva generación, poco más se le podía pedir a la noche. Es cierto que a veces la acústica de la sala Bóveda no termina siendo el mejor aliado para según qué sonoridades, como fue el caso de este evento en líneas generales, pero tampoco resultó en nada catastrófico. Era una noche muy esperada desde meses atrás y nada impidió que se superasen las expectativas. Estas fechas son las que realmente generan afición al heavy metal. Nuevamente: ¡larga vida a los ruidosos!
Crónica y fotos: Marc Paradell
