HANABIE. + Sun Brutal Pop
Sala [2] Apolo – Barcelona
29 de noviembre de 2025
Organiza: Madness Live!
La noche del sábado llegaban a Barcelona las japonesas Hanabie. que por primera vez hacían gira por España. Lo cierto es que nos topamos con una sala llena hasta los topes donde las niponas dejaron claro que ya no vivimos en esa época donde el metal estaba conquistado por vikingos barbudos, si no que se abre sin sutilezas a mezclas impensable.
Pero antes de nada los franceses Sun Brutal Pop abrieron la noche con un despliegue que, más que calentar motores para Hanabie., dejó la sensación de asistir a un experimento sin brújula. Su propuesta, sustentada en una imagen excesivamente pomposa, rozando incluso la sátira -una muñequita cantando guturales- y un estilo que coquetea con el metal moderno, se quedó en la superficie. La vocalista alternó guturales y melodías, pero el efecto terminó recordando más a un guiño paródico que a una identidad sólida, especialmente teniendo en cuenta la estética hiperestilizada de la banda principal.

El setlist —con “I Killed My Man”, “Free Your Soul” o una versión de “Survivor” mezclada con “Milkshake”— buscó dinamismo, pero la ejecución transmitió más pose que impacto. Hubo instantes de chispa, como “Krystal Metal” o “Higher Fire”, donde dejaron entrever una banda con potencial, aunque aún en fase de encontrar su propio pulso.
Una apertura correcta, sí, pero lejos de dejar huella.

Kawaii chaos en Apolo: cuando el metalcore se tiñe de rosa y adrenalina
Hanabie. desembarcaron en la Sala 2 de Apolo con la precisión quirúrgica de un fenómeno viral… pero con la intensidad de un terremoto de 8 grados. Las cuatro japonesas, enfundadas en su ya icónica estética de colegialas de anime —tiernas a primera vista, letales a la que abren la boca— transformaron el recinto en un “infierno rosa”, uno de esos donde en lugar de llamas hay purpurina, piruletas y breakdowns capaces de arrancarte la columna.

Desde el primer estallido con “O•TA•KU Lovely Densetsu”, el público entendió que aquello no iba a ser un concierto más, sino un ataque frontal de hiperactividad, humor y caos bien organizado. Yukina, literalmente un torbellino con coletas, no dejó de saltar ni un segundo (a pesar del poco espacio con el que contaba), lanzando gestos, sonrisas, gruñidos y guturales que por momentos parecían abrir un portal al averno. Lo increíble es que, segundos antes, esa misma voz sonaba adorable y melódica, casi infantil, en versos en japonés que el público —aunque no entendiera— coreaba con entusiasmo.

El set navegó entre los hits más energéticos de la banda: “Warning!!”, “Bucchigiri Tokyo”, la irresistible “Spicy Queen” o la psicodelia kawaii-metal de “Meta-moru-phose!”, que convirtió el pogo en un baile colectivo. En “Ware Amatou” y “GIRL’S TALK”, la sala parecía una caja de resonancia donde las risas, los gritos y los saltos eran parte de la coreografía. Y cuando llegó “NEET GAME”, aquello ya era una fiesta de frikis declarados, con Hanabie. celebrando la rareza como si fuera un superpoder.

El tramo final, con “Osaki ni Shitsurei Shimasu.” y “Today’s Good Day & So Epic”, fue pura catarsis: pop, metalcore, hiperpop, electrónica y chucherías musicales en un cóctel que solo funciona porque estas chicas saben exactamente lo que hacen. El bis remató la noche con una contundente “L.C.G” y la emotiva “Sentimental☆Heroine”, dejando claro que Hanabie. no solo son un fenómeno estético: son una banda con una propuesta original, divertida y sorprendentemente sólida. Si tengo que sacarles un fallo es que me pareció excesivamente corto, o igual es que se me pasó excesivamente rápido, el caso es que mi cuerpo quería más.

Barcelona cayó rendida. Y con razón: pocas veces un concierto te deja el cuello hecho polvo y, al mismo tiempo, ganas de abrazar un peluche gigante camino a casa.
Por Irene Kilmister.





