HELLOWEEN + BEAST IN BLACK
MADRID – 15 NOVIEMBRE 2025
LA CUBIERTA DE LEGANÉS
ORGANIZA: Z! LIVE ROCK
Un concierto que no te eriza el bello, es un directo que fracasa. Y para eso, para conectar con las emociones y para convertir el concierto en algo que trasciende a la música, nada mejor que un grupo veterano de esos que ha formado parte de tu vida durante décadas.


Helloween está celebrando su 40 aniversario, y lo está haciendo con un montaje bombástico con grandes pantallas que proyectan animaciones efectistas y adornan con fondos espectaculares, torres de fuego, una pasarela para engrandecer aún más la figura de unos músicos carismáticos, pirotecnia, calabazas gigantes, y adornos varios que enriquecen aún más su habitual tono festivo. El sonido no estuvo mal, no es un recinto totalmente propicio para la acústica, pero aún así, no hubo grandes deficiencias.


No es que necesiten nada de esto, porque la principal arma que explota Helloween es la nostalgia de un público totalmente entregado, mayoritariamente mayorcito, que conecta con su yo adolescente y rememora una época donde todo se vivía de otra forma. Entonces los grupos que sonaban eran pocos, y los que triunfaban se compartían con una gran camaradería.


Y sí, el primero de sus dos conciertos en Leganés fue celebración de todo eso, se pudo disfrutar de temas super antiguos, de la época de Hansen, de la de Kiske, de la Deris, y la de esta última época de reunión con importante presencia de temas de su último trabajo «Giants And Monsters», todo un evento festivo donde rendir homenaje al pasado, pero reivindicando también la fuerte vigencia del presente, ya que los nuevos temas suenan enérgicos, potentes y con ese brillo tan marca de la casa.


Michael Weikath en su línea, hierático, sobrio y un poco frío, contrastando con el siempre risueño Markus Grosskopf, y un Sascha Gerstner poniendo el toque de modernidad, mientras que Hansen, demostrando que sigue siendo uno de los pilares. Es uno de eso líderes silenciosos, no tiene que alardear, pero su sola presencia, impone.


«March of time» y la extensa «The King for a 1000 years» abrieron la noche, con las voces compartidas entre Kiske y Deris, mostrando esa camaredería y buen rollo que se transmitía a un público que no necesitaba mucho más para disfrutar. Jóvenes y no tan jóvenes compartieron pasión por una banda que ha marcado a distintas generaciones, y es que los clásicos tipo Helloween, Iron Maiden, Metallica y demás, nunca decepcionan.


Helloween siempre ha tenido especial conexión con Madrid, y se demostró. Comunión absoluta entre público y banda que tuvo una primera explosión con el «Future World» recibido con entusiasmo, para de ahí pasar por «This Is Tokio», «We Burn» -cantada sólo por Deris-, y «Twilight of the gods» -por Kiske-.


También había que ceder espacio a uno de los miembros fundadores, y aunque no le guste ya en exceso cantar, Kay Hansen lo hizo muy bien en «Ride The Sky», que como todos los temas viejos, se llevó una gran ovación. «Hey Lord», «Universe» y «Hell Was Made in Heaven» fueron las siguientes elegidas; un solo de batería sirvió de telonero perfecto al que siempre es un punto álgido en un concierto de Helloween, el ineludible «I Want out» que hizo que miles de gargantas lo dejaran todo.


Y así, con la noche ya ardiente, bajada de revoluciones con la parte acústica y tranquila con un sorprendente «Pink Bubbles Go Ape», «In the middle of a heartbeat» -con el latido acompañando en las grandes pantallas posteriores- y un maravilloso «A Tale That Wasn’t Right» que empezó suave y acabó totalmente eléctrico, con Kiske demostrando el inmenso vocalista que es. Sí, no llega tan alto como hace 30 y pico años, pero aún logra erizar el bello de nuestro cogote. Momentazo.


Tras «A Little Is a Little Too Much», protagonismo otra vez para Hansen con «Heavy Metal (Is The Law)», y un reivindicativo «Halloween» para emprender la primera retirada.

Para los bises, con todo el público en pie y sonrisas perennes, «Eagle Fly Free», un maravillos «Power» -de lo mejorcito de la noche-, «Dr Stein», y el último coro del «Keeper of the seven Keys» que fue la única mancha de todo el concierto. No puedes poner los dientes largos con semejante temazo, para luego recular y tocar sólo una estrofa. Pese a ello, conciertazo. El idilio sigue.
BEAST IN BLACK
Abrieron la noche Beast In Black. No es una mala banda, pero el abrir para una banda mítica siempre es complicado, no eres más que un combidado de piedra, que por muy bien que lo hagas, la gente sigue esperando el plato fuerte.


Yannis Papadopoulos, Anton Kabanen, Kasperi Heikkinen, Máté Molnár, Atte Palokangas lo hicieron bien, sobre todo Anton con guiños constantes al público, y un Yannis muy comunicativo que se ganó al público mencinando la feria de hamburguesas cercana, y causa, según sus propias palabras, del extra de energía que tenían esa noche.


Se agradece que eligieran un set completamente diferente para el sábado y el domingo, para que así los que repetían tuvieran algo diferente. No lo hicieron mal, sonido algo mejorable, emborronado por momentos, pero banda muy rodada, impecables técnicamente, y entrega total. Lo que menos me gustó fueron las pistas pregrabadas de las partes de teclado, pero pese a ellas, sonaron bastante orgánicos.


Sonaron «Power of the Beast», «Hardcore», «From hell With Love», «Blood of a Lion», «Cry Out for a Hero», «Sweet True Lies», «Beast in Black», «Die by the Blade», «One Night In Tokyo», «Blind and Frozen» y «No Surrender»


Correctos.


S.A Sánchez
Fotos: Juan José Díez