Battle Beast – Steelbound
Nuclear Blast
7.5/10
Publicado el 17 de octubre de 2025, Steelbound marca el séptimo capítulo en la carrera de Battle Beast, una banda que, para muchos —entre los que me incluyo—, representa la faceta más épica, luminosa y teatral del heavy metal moderno. Los finlandeses han vivido de ese filo entre el exceso y la autenticidad, entre el himno contagioso y el dramatismo casi de ópera metalera. En este nuevo trabajo, esa dualidad sigue presente… aunque por momentos el acero brilla menos de lo esperado.
Lo primero que hay que decir es que “Steelbound” suena espectacular. La producción es cristalina, con guitarras musculosas, sintetizadores perfectamente equilibrados y una Noora Louhimo que vuelve a recordarnos por qué es una de las voces más potentes y expresivas del metal europeo. Desde el arranque con “The Burning Within”, queda claro que Battle Beast no han perdido su instinto melódico ni su sentido de la épica. Es un tema grande, directo, de esos que parecen escritos para abrir festivales a pleno sol.
“Here We Are” y el corte titular, “Steelbound”, consolidan la fórmula: riffs de escuela ochentera, coros amplios y ese toque de euro-metal que la banda maneja con descaro. Son canciones que funcionan, pero que también confirman una verdad incómoda: Battle Beast empieza a moverse en círculos. Las estructuras son tan reconocibles que el factor sorpresa, ese golpe que te sacudía en discos como Bringer of Pain o Circus of Doom, se ha diluido un poco.
Luces, sombras y cabarets crepusculares
Donde el álbum realmente se desmarca es en sus momentos más arriesgados. “Twilight Cabaret” es una delicia teatral, casi cinematográfica: mezcla de burlesque metálico y dramatismo gótico, con Noora desplegando todo su rango vocal entre falsetes y rugidos. Es una canción que demuestra lo que ocurre cuando Battle Beast abandona el piloto automático y se atreve a jugar.
En el extremo opuesto, “Last Goodbye” peca de sentimentalismo prefabricado. La balada intenta ser emotiva, pero cae en un terreno demasiado predecible, más pensado para el karaoke que para el alma. Afortunadamente, “The Long Road” corrige el rumbo con un estribillo inspirador y guitarras que parecen levantarte del suelo.
La tríada final —“Blood of Heroes”, “Angel of Midnight” y “Riders of the Storm”— representa lo mejor del disco: energía, coros de estadio, solos vibrantes y una interpretación vocal que destila pura entrega. El cierre con “Watch the Sky Fall” recupera el dramatismo épico de sus primeros años, con un aire apocalíptico que le da un broche digno al álbum.
Acero templado, pero con grietas visibles
Como fan, es imposible no emocionarse al escuchar de nuevo esa mezcla inconfundible de melodía y potencia que solo Battle Beast consigue. Pero también es imposible no notar cierta falta de riesgo, una tendencia a repetir esquemas que ya dominaron en el pasado. Steelbound es sólido, brillante, incluso adictivo por momentos, pero no sorprende.
Aun así, cuando la banda conecta —como en “Twilight Cabaret” o “Riders of the Storm”—, recuerda por qué seguimos aquí, disco tras disco, coreando, soñando y creyendo. Porque Battle Beast, incluso en su versión más predecible, tiene un corazón que late con fuerza metálica, sincera y desbordante.
Un álbum potente y disfrutable, pero que necesita más riesgo para mantener viva la llama que alguna vez incendió el trono del heavy finlandés.