Crónica: The Darkness en Madrid: el que tuvo, retuvo – Octubre 2025

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THE DARKNESS + DEA MATRONA

MADRID – 22 OCTUBRE 2025

LA RIVIERA

ORGANIZA: MADNESS LIVE

Han pasado más de dos décadas desde que la popularidad de The Darkness estallara y sumergiera a su líder Justin Hawkins en una espiral autodestructiva de excesos.

Según sus propias palabras, la glotonería de la fama le llevó a dilapidar más de 150.000 libras en cocaína en tres años, y aunque hoy tenemos a un Justin mucho más centrado y maduro, el germen de auténtico rock star sigue más que presente y él sólo es capaz de inundar con su carisma un escenario como La Riviera madrileña.

El público no llenó La Riviera, pero la aproximada media entrada, disfrutó con la simpatía y locura de este frontman con mayúsculas y su maravillosa y longeva banda -su hermano Dan a la otra guitarra, Frankie Poullain al bajo, y Rufus Tiger a la batería-, que sustenta toda la base musical para que él saque a relucir su magnetismo.

Ese aura de estrella de rock de las de antes traslució hasta en el hecho que animara al público a guardar sus móviles y disfrutar como en el pasado sin necesidad de grabarlo y contarlo en redes, simplemente disfrutar y dejarse llevar. Para sorpresa de muchos, la audiencia le hizo caso y los móviles brillaron por su ausencia.

Y así, con las bases fijadas, The Darkness ofreció un buen show, completo, lleno de buenos temas («Rock and Roll Party Cowboy», «Growing on Me», «Get Your Hands Off My Woman», «Mortal Dread», «Motorheart», «Walking Through Fire», «Barbarian»), hits muy coreados («Love is only a feeling», «Givin Up») y alguna que otra sorpresa en forma de versión («The Power Of Love» de Jennifer Rush) o ese momentazo donde Rufus Taylor cogió el micro y Dan Hawkins se pasó a la batería en «My Only».

Justin y su hermano Dan se complementaron a la perfección, repartiéndose los solos y demostrando su saber hacer a las seis cuerdas, no sólo de brincar y saltar vive un frontman, y Justin, además de tocar, irradió la energía suficiente para contagiar al público mientras sonaban «Heart Explodes», «The Longest Kiss», «Friday Night», «Black shuck», «Japanese Prisoner of Love» y ese bombazo final en forma de «I Believe in a thing called Love» que llegó acompañado de un pequeño fragmento del «Immigrant Song» de Led Zeppelin.

Para terminar, un «I Hate Myself» un poco más largo de la cuenta, aderezado con unos acordes del «Thunderstruck» de AC/DC.

Poco más se puede pedir. Puro Rock and Roll

Habían abierto la noche las irlandesas Dea Matrona, grupo formado por Orlaith Forsythe y Mollie McGinn que en vivo se complementan con más músicos y que ofrecieron una actuación no especialmente memorable.

Su estilo, más sobrio, no pegaba en exceso con el espíritu festivo de The Darkness, y sus temas sonaron algo grises, sin gancho. Con bajo y guitarra, se alternaron a las voces, abandonando alguna vez el instrumento, pero sus «Hate That I Care», «Stuck on You», «Magic Spell», «Black Rain», «So Damn Dangerous» o «Red Button» no dejaron especial huella.

Texto y fotos: Juan José Díez

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