CRÓNICA: Una mezcla única entre rituales, folk épico y vanguardia – Leyendas del Rock – Jueves 7 Agosto

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LEYENDAS DEL ROCK

7 de agosto de 2025 – Polideportivo de Villena
Fotos: Irene Kilmister
Crónica: Irene Kilmister & Yolanda Sabater

La segunda jornada de Leyendas del Rock comenzaba con un acústico en la plaza de pueblo de manos de Lèpoka, que para desgracia de muchos este año no están en el cartel principal del festival, así que esta fue su manera de contribuir a esta edición del festival.

Mientras tanto en el Polideportivo de Villena las puertas se abrían para dar la bienvenida a los Leyenderos con una de las actuaciones más esperadas de la tarde: Imminence

IMMINENCE

Los suecos fueron los encargados de inaugurar la jornada, y lo hicieron con una actuación vibrante, cargada de contrastes, que dejó claro por qué su mezcla de metalcore melódico y elementos sinfónicos está conquistando escenarios por toda Europa.

Desde los primeros compases de “Temptation”, la banda desplegó un sonido pulido y atmosférico, con una fuerza instrumental que no eclipsó, sino que realzó, la intensidad emocional de cada tema. Edward Morisette, vocalista y también violinista, se llevó todos los focos con su interpretación visceral, alternando entre guturales agresivos, voces limpias llenas de sentimiento y pasajes de violín que aportaron una dimensión única al directo.

Temas como “Desolation”, “Beyond the Pale” o “The Black” encendieron al público, que respondió con entusiasmo pese al sol implacable de primera hora. La banda, lejos de limitarse a cumplir, se entregó con sinceridad, regalando un concierto cuidado al detalle.

Imminence no solo abrió el día: puso el listón bien alto. Con su mezcla de melancolía, rabia y belleza, demostraron que hay espacio en el Leyendas para propuestas modernas, emotivas y tan sólidas como esta. Una sorpresa grata y un inicio de jornada de primer nivel.

HEADON

Headon fueron los encargados de abrir el escenario New Rock en el segundo día del Leyendas del Rock, y lo hicieron con una energía desbordante y actitud arrolladora. Con un sonido que mezcla metal moderno, melodías vocales electrizantes y una producción pulida, la banda demostró que está más que preparada para salir a la carretera y conquistar tierras lejanas.

Uno de los momentos más comentados del set fue su sorprendente versión de “Fiesta Pagana” de Mägo de Oz, reimaginada con algunas partes electrónicas y un enfoque más agresivo que levantó al público desde los primeros acordes. Un homenaje arriesgado, pero efectivo, que puso a todos a cantar y bailar a partes iguales.

Mención especial para su vocalista, cuya potencia y versatilidad evocaron inevitablemente al mejor Leo Jiménez: agudos impecables, presencia escénica y una garra que atrapó desde el primer tema. Headon dejó claro que no solo vinieron a calentar motores, sino a marcar territorio.

Una apertura más que sólida para el New Rock, con sabor nacional, actitud moderna y un guiño al pasado que supieron hacer suyo.

DARTAGNAN

Los alemanes d’Artagnan, provenientes de Núremberg, fueron una de las grandes sorpresas de la jornada. Bueno, sorpresa sorpresa no, por que a pesar de ser su primera visita a nuestro país, y estar en un horario complicado, supieron conquistar al público deseoso de verlos sobres las tablas.

Su propuesta, una mezcla de folk rock festivo al que ellos llaman Musketier-Rock, sonó fresca, potente y contagiosa.

Sobre el escenario, la banda desplegó todo su arsenal: mandolina, gaita, flautas, violín y guitarras eléctricas se entrelazaron con precisión para crear un sonido único que bebe tanto del rock como de la música tradicional europea. Ben Metzner, carismático líder y vocalista, no solo aportó voz, sino también melodías con instrumentos poco habituales en él.

Uno de los momentos clave de la tarde fue cuando Ben se bajó a la arena del Leyendas, haciendo que la gente hiciera un circle pit a su alrededor y, a su orden dieran vueltas. Diversión asegurada.

Entre los temas que interpretaron destacaron “Ruf der Freiheit”, “Herzblut” y “Klingen Kreuzen”, himnos que hicieron cantar y saltar al público como si el reloj no importara. Pero el momento cumbre llegó con “Seit an Seit (Mosqueteros)”, su canción más emblemática, que desató la locura colectiva. Como broche final, sorprendieron con una versión folk de “Hey Brother” de Avicii, adaptada a su estilo con un resultado festivo y perfecto para cerrar un concierto que, sin duda, dejó huella.

d’Artagnan demostraron que, con actitud, pasión y buena música, ningún horario es malo. Los mosqueteros del rock dejaron claro que han llegado para quedarse.

HANABIE

Hay bandas que, por mucho que creas tenerlo todo visto, logran romper cualquier expectativa, y Hanabie es un ejemplo perfecto de ello. Este cuarteto de chicas japonesas, que a primera vista podrían parecer salidas de un anime por su estética colorida, kawaii y absolutamente encantadora, subieron al escenario con una energía arrolladora y no tardaron en dejar al público completamente boquiabierto. Aunque sus vestidos fueran dulces y extravagantes, y su actitud sobre el escenario estuviera llena de simpatía y juegos visuales, lo que salió por los altavoces fue una auténtica descarga de metal agresivo, guturales potentes y riffs demoledores.

Algunos las han querido comparar con una versión más suave o melódica de Babymetal, y quizás algo de eso hay, pero Hanabie tiene una personalidad muy definida, que mezcla sin complejos lo mejor del J-metal, el hardcore electrónico y el universo visual del manga y el anime. Temas como “Otaku”, “Ware Amatou”, “Ito Okashi” o “My Type” no solo encendieron al público, sino que demostraron que se puede hacer música dura sin perder el humor ni la identidad cultural.

Su actuación fue, sin duda, una de las más refrescantes y originales del festival, y una muestra de que el Leyendas del Rock está sabiendo abrir la puerta a propuestas internacionales menos convencionales. Hanabie no solo despertó a los más adormilados de la jornada, sino que conquistó con su mezcla única de dulzura, agresividad y carisma. Una auténtica revolución sobre el escenario.

THE HALO EFFECT

La formación no necesita presentación pues está formada por antiguos miembros de In Flames y está capitaneada por Mikael Stanne, vocalista de Dark Tranquillity. Razón más que suficiente para que con dos discos en la calle -que por cierto, el segundo de este año- la banda haya conseguido una horda de seguidores más que considerable. Y es que por ello fueron de las bandas más concurridas de la jornada.

Con un telón que ocupaba el escenario con el escudo y The Halo Effect, la banda salió dispuesta a darlo todo sobre las tablas. Daniel Svensson a la batería fue el primero en ocupar su lugar en el escenario, al que seguidamente se le unió el resto de la banda.

La veteranía de Mikael Stanne en las tablas nos permitió sintonizar con él desde el primer acorde y su energía y su técnica vocal -que a día de hoy nos sigue dejando impresionados- le hicieron ganarse al público que no necesitó más que unos momentos para unirse a él en su empeño y tesón.

Detonate fue el tema elegido para abrir, y siguieron con Days of the Lost segundo tema de su primer disco homónimo.

Siguieron con The Needless End Between directo  o Gateways. Al final de este tema Stanne aprovechó para introducir a Patrick Jensen a una de las guitarras, quien es el guitarrista en giras como sustituto de Jesper Stromblast. Aunque el peso de los solos estuvo durante todo el concierto sobre el otro guitarrista Niclas Engelin.

La formación actual sobre el escenario forma un equipo bien engranado y llevan su show más allá de lo musical, interaccionando entre ellos cambiando constantemente de posición y a la vez con el público.

Para ir terminando pudimos disfrutar de Cruel Perception, tema de su último disco disco y como colofón de Shadowminds, tema que se guardaron como cierre y que sin duda es el indicado para terminar un concierto de tal calibre como el que ofrecieron The Halo Effect y que se ha ha convertido en obligatorio

Tienen aun corta trayectoria de la banda, pese a que todos sabemos de dónde vienen pero la primera vez que les vi se me hizo muy corto y disfruté mucho de este concierto

Si el futuro les permite seguir compaginando este proyecto musical con todos los demás que tienen en danza, no tengo duda que pegarán el salto y muchos de los que ya les seguimos no dudaremos en volver a donde haga falta.

APRIL ART

Pocas bandas llegan sin hacer mucho ruido y terminan dejando una marca tan clara como lo hizo April Art en el escenario New Rock del Leyendas del Rock 2025. Lo suyo fue una auténtica revelación: un directo potente, fresco y lleno de actitud que convirtió la curiosidad inicial del público en una ovación merecida.

Desde el primer tema, la vocalista Lisa-Marie Watz irradió carisma, fuerza y una presencia arrolladora que atrapó a todo el recinto. Su voz, capaz de moverse entre la melódica dulzura y la agresividad sin esfuerzo, fue el eje de un concierto vibrante que mezcló rock moderno, toques alternativos y una energía muy bien canalizada.

Canciones como “Break Out”, “Break the Silence” o “Head Up High” demostraron que April Art no solo tiene pegada, sino también melodías que enganchan y un mensaje de empoderamiento y rebeldía que conectó con la audiencia.

El grupo sonó sólido, compacto y con una producción cuidada que potenció cada momento del show. Para muchos, era una apuesta desconocida; para todos, una de las sorpresas más refrescantes del día.

April Art no solo convenció: enamoró. Y se ganó el respeto de un público exigente a base de talento, entrega y personalidad.

MIRACLE OF SOUND

La propuesta de Gavin Dunne, originario de Cork, no deja indiferente. Su proyecto Miracle of Sound combina raíces celtas con un enfoque moderno y abierto. Un nombre sugerente para una banda que, sin alejarse de lo tradicional, apuesta por conectar con públicos variados. Aunque bien podría discutirse si no ocupó el hueco que bien se merecían otros grupos que quedaron relegados al escenario New Rock.

La Irlanda de leyendas, espiritual y cercana, apareció en temas como Wake the White Wolf y Grainne Mahol, con versos en gaélico que reforzaron la atmósfera mística. El grupo venía de actuar en Wacken, lo cual se notaba en su entrega: estaban en un gran momento.

Cinco músicos en escena, con una teclista que además se lució como voz principal en varios pasajes, aportando frescura y dinamismo. Canciones como Ode to the Fury evocaron ecos de Wardruna y Heilung, mientras que piezas como Road Rage o Whatever Comes Our Way mostraron una cara más potente, por momentos cercana a Amorphis.

El clímax llegó con Valhalla Calling, tema conocido por su colaboración con Peyton Parrish, al cual casualmente sustituyen en el cartel. Un himno coreado con entusiasmo, donde se mezclaron épica, melodía y emoción a partes iguales. El proyecto dejó una sensación muy positiva lo que confirman que el éxito de series como Vikings ha abierto definitivamente la puerta a este tipo de propuestas.

HEILUNG

En una atmósfera densa de humo y misticismo, Heilung irrumpió en Villena como cabeza de cartel, transformando el Polideportivo Municipal en un escenario ritual lleno de simbolismo tribal. Vestidos con atuendos ancestrales, portando huesos, tambores antiguos, espadas y escudos, convocaron ecos del pasado nórdico y germánico. La percusión ritual y las voces ceremoniales dibujaron un puente sensorial entre lo pagano y lo contemporáneo, dejando al público dividido entre quienes se dejaron sumergir por una experiencia trascendente y quienes la percibieron como desconcertante. Aun así, nadie quedó indiferente ante lo vivido.

Para mí, sin duda alguna, una grata sorpresa y el momento zen del día, donde pude pararme respirar y disfrutar de un espectáculo con todas sus letras, ya que una puesta en escena de estas características es algo que pocas veces se puede disfrutar.

Antes de salir al escenario la banda, como en cada actuación, Kai Uwe Faust lideraba al resto del grupo en una antigua oración ritual, un acto que marca el inicio del concierto como un ritual vivo, más que solo una presentación musical, en la cual aprovecharon las propiedades de la salvia blanca para purificar el escenario, los instrumentos y a los propios músicos.

Al finalizar, repitieron el mismo ritual y a quemar salvia lo que ayuda a “cerrar” la ceremonia, devolver a todos al presente y sellar el trabajo energético realizado durante el ritual.

Todo esto ocurría bajo la atenta mirada de la luna llena de Esturión, una luna que desde su lugar privilegiado trae con ella la búsqueda de la originalidad, novedad y el pensamiento innovador. ¿Casualidad? Yo no lo creo.

Y porque de repente me vuelvo tan mística, pues porque es una parte imprescindible para poder entender el concepto y el espectáculo de Heilung. Musicalmente alternaron percusiones con cantos chamánicos, danza y una energía envolvente que creo un ancla para todos nuestros sentidos.

SEVEN SPIRES

Con su fusión de metal sinfónico, death melódico y toques teatrales, los de Boston desplegaron un show elegante, intenso y emocionalmente cargado, que conectó de inmediato con el público.

Adrienne Cowan, a la que hemos podido ver con Avantasia este año, demostró por qué es una de las voces más versátiles y potentes de la escena actual: capaz de alternar registros limpios, guturales profundos y agudos operísticos con una naturalidad pasmosa. Acompañada por una banda compacta y técnica, temas como “Succumb”, “Gods of Debauchery” o “The Cabaret of Dreams” sonaron con fuerza y precisión, sin perder un ápice de dramatismo.

El sonido, por otro lado, no terminó de ser del todo nítido y no nos dejó apreciar todos los matices de su compleja propuesta.

Aunque su estilo pueda parecer más cercano a un festival europeo clásico, Seven Spires supo ganarse al público del Leyendas con carisma, talento y actitud. Una propuesta distinta que añadió diversidad y profundidad a una jornada marcada por la intensidad. Sin duda, una de las joyas del día.

KANONENFIEBER

Había mucha expectación por ver en directo a Kanonenfieber, el proyecto liderado por el enigmático Noise, único miembro oficial de esta formación que ha logrado destacar con una identidad sonora y visual muy marcada. Aunque las comparaciones con Rammstein surgen de inmediato, su propuesta va mucho más allá del cliché industrial: aquí hay concepto, narrativa y crudeza.

La puesta en escena fue tan impactante como coherente: uniformes con cascos de época, ambientación de trincheras, humo, fuego y un escenario transformado en campo de batalla. Temas como Menschenmühle y Sturmtrupp se sucedieron entre explosiones y destellos, con los músicos ocultos tras máscaras negras, reforzando el anonimato como homenaje a los soldados caídos, figuras anónimas marcadas por la tragedia.

La voz principal, grave y gutural, en alemán, añade una capa de tensión que conecta inevitablemente con los referentes germánicos del género, pero sin perder un estilo propio. El álbum Die Urkatastrophe, fue el protagonista indiscutible, sirviendo como columna vertebral para una actuación sólida, intensa y sin concesiones.

Aunque existen numerosas bandas que abordan temáticas bélicas, pocas lo hacen con la fuerza conceptual y escénica de Kanonfieber. Un proyecto singular que, sin duda, ha venido para quedarse.

CHARLOTTE WESSELS

Charlotte Wessels subió al escenario New Rock con la clase de quien no necesita artificios para conquistar. Ex vocalista de Delain y ahora inmersa en su carrera en solitario, ofreció un show cargado de sensibilidad y mucha personalidad. Un soplo de aire fresco en medio de la tormenta metálica que domina el festival.

Desde los primeros acordes de “Chasing Sunsets” quedó claro que está en uno de los mejores momentos de su carrera. Su voz, cálida y poderosa, llenó el recinto con una facilidad asombrosa, moviéndose entre lo etéreo y lo visceral sin perder ni un gramo de emoción. Le siguieron joyas como “Dopamine”, “Toxic” o “Praise”, en las que demostró no solo su talento vocal, sino su capacidad para conectar con el público de tú a tú.

Charlotte terminó brillando con luz propia y la banda que la acompaña cumple con creces, pero es ella quien lleva el timón con una mezcla de dulzura y determinación que atrapa.

Una muy buena manera de cerrar un segundo día glorioso.

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