LORD OF THE LOST + The Raven Age + Blitz Union
Sala Salamandra, Barcelona
29 de Abril de 2024
Organizado por Madness Live.
A pesar de ser una de las semanas más festivas de nuestro país las salas de Barcelona juntaban unas muy buenas entradas y se llenaban para los conciertos programados en estos días.
Ejemplo de ello fue la visita de los alemanes Lord Of The Lost que visitaban nuestro país en esta gira tan especial en la que celebran los 15 años de su primer lanzamiento y para la que cuentan con dos invitados de lujo: The Raven Age y Blitz Union.
Blitz Union, un arranque sorprendente
El gran descubrimiento y la gran sorpresa de la noche llegaba con Blitz Union, encargados en abrir esta gran noche. Lo cierto es que la banda checa tiene un sonido bastante auténtico y que encajaba a la perfección con lo que ser requería para esta noche. Una mezcla peculiar entre Rammstein, Linkin Park y Pink, con mucha electrónica y tintes góticos que dieron lugar a un show bastante eléctrico y potente.
Con riffs de guitarra de metal moderno, momentos electro pop y ritmos industriales y bailables conforman temas como Get Up, con la que abrían, Money Crazy World, Revolution, Hotel India Victoria o Plastic, todas ellas pertenecientes a su EP Absolution.
Todo ello está envuelto con una imagen futurista pero con mensajes bastante claros, con Mark Blitz como portavoz, un frontman enérgico que hasta decidió bajarse a cantar con las primeras filas.
Elegancia británica de manos de The Raven Age
Y con el listón bastante alto llegaba el turno de The Raven Age. A los londinenses ya tuvimos el placer de verlos abrir el concierto de Iron Maiden el julio pasado, así que al menos sabíamos lo que nos íbamos a encontrar.
Creo que de los tres que iban a sonar esa noche, la banda fundada por los guitarristas Dan Wright y George Harris, era destacaba por tener un estilo más clásico.
Y es que su metal británico junto a la voz de Matt James, con ese timbre tan dulce, consiguió atraparnos desde el principio. Mientras, en contraposición el otro Matt (Cox), al bajo, se encargaba de los guturales durante los temas que así lo requerían.
Venían presentando su nuevo disco Blood Omen, del cual pudimos escuchar una cantidad importante de temas, desde el comienzo con Parasite, Essence of Time y Forgive & Forget elegidas para ser las primeras en sonar tras la intro del mismo disco Changing of the Guard.
Machacona y potente, siendo uno de los temas mas densos que hicieron sonar esa noche, llegaba Seventh Heaven y tras esta disfrutamos de Angel in Disgrace y el impresionante trabajo de batería de Jay Patel.
Serpents Tongue y Fleur de Lis terminaron de caldear el ambiente, dejando al público animado, expectante, ansioso y emocionado tras una actuación, de nuevo, espléndida.
Metal gótico con mucha purpurina
Y una vez con la maquinaria bien engrasada era el turno de los alemanes, que tras pasar por Eurovisión, uno de los grandes escaparates musicales europeos, volvían a encontrarse con su público en salas más pequeñas.
Esta gira está dedicada a celebrar los 15 años de la banda y es que cualquier excusa es buena para salir de nuevo a la carretera.
No topamos con un set list que transitaba por la historia de la banda en orden cronológico, así que Till Death Us Do Part y Last Words daban comienzo a esta celebración.
Sin perder su estilo gótico pero con bastante más purpurina y brilli brilli Chris Harms demostraba sus excelente habilidad vocal, y el que aunque la banda se ha mantenido de manera más menos constante en su peculiar estilo, sus temas cuentan con infinidad de cambios vocales y detalles de diferentes estilos que constituyen su sonido único.
La historia continua, desde Sex on Legs hasta Die Tomorrow o We’re all Created Evil, donde, brazos en alto, los cuernos inundaron la sala.
Con un halo de nostalgia y de lúgubre oscuridad llegaba In Silence, mientras una melodía a los sintetizadores anunciaba la conocida Raining Stars, durante la que Chris bajó a las primeras filas. Y es que lo cierto es que la banda supo equilibrar perfectamente el show tejiendo entre los momentos de mayor potencia y explosividad, con otros de calma para no agotar al público, ni a ellos mismos y manteniendo siempre la energía a punto.
Forevermore nos dejó un momento de disfrute musical único con Pi Stoffers, Klaas Helmecke y el recién incorporado Benjamin Mundigler al frente interpretando el puente con gran elegancia y entre sonrisas.
Y llegando a la última etapa de la banda Chris tomó unos segundos para agradecer a toda esa gente que los sigue desde el sus comienzos, dando igual es estilo con el que decidieran experimentar, lo que dio pie a presentar uno de los favoritos para el propio Chris, por su energía y potencia, The Future of a Past Life.
Mención especial a Jörn Schwarzburger que en apenas unos días ha preparado el set list para poder acompañar a la banda a la batería.
Lighthouse llegaba en forma de regalo acústico, donde tan solo el cantante, su guitarra y la iluminación de los flashes sirvieron para llenar toda la sala.
Pero evidentemente, como ya nos advertían, la parte final llegaba en forma de Party Time y tendríamos que aprovecharla, pues la banda no tiene bises, lo da todo y una vez dicen adiós, se marchan. Así que era imprescindible que Blood & Glitter, seña de identidad y las versiones de Shock to the System de Billy Idol, Unstoppable de Sia y Bad Romance de Lady Gaga llegaran para hacernos vibrar.
La noche acababa, como no podía ser de otra manera, con One Last Song.
Lo cierto es que a pesar de la fama que hayan podido cultivar durante los últimos años, me siguen recordando a la banda que conocí años atrás, antes de su paso por Eurovisión. Fieles a sus orígenes y orgullos de su historia, la banda nos hizo disfrutar de su sonido y su energía de nuevo en sala pequeña.
Por Irene Kilmister.