ABBATH + TOXIC HOLOCAUST + HELLRIPPER
MADRID – 10 ENERO 2024
MON LIVE
ORGANIZA: MADNESS LIVE
A veces la música es una metáfora perfecta de la vida; ha querido la casualidad que el primer concierto de este 2024 esté protagonizado por bandas en cuyos estilos diferentes, podemos encontrar paralelismos con la vida misma.
Porque el speed metal de Hellripper se asemeja a esos momentos en la que vida nos pasa por encima, es un rodillo impenitente, veloz y que no hace rehenes. Llega a toda velocidad, te aplasta, y antes de que te hayas dado cuenta, se ha ido. Así fue el concierto, un tornado musical que rindió pleitesía a la velocidad, lleno de riffs ultra veloces y donde sobró energía, ya fuera encima de las tablas, con una banda efervescente, o en un público donde los más aventurados respondieron a la petición de James McBain de llegar al escenario haciendo crowdsurfing.
Sus temas son latigazos, cortos, rápidos e intensos, ideales para desfogarse, pero lamentablemente algo monótonos. Pese a eso, no estuvo mal, y pudieron mostrar buena parte de su música a una audiencia entregada, sonaron «Vampire’s Grave», «Hell’s Rock ‘n’ Roll», «Nekroslut», «Goat Vomit Nightmare», «The Affair of the Poisons», «Bastard of Hades», «The Nuckelavee», «From Hell», «All Hail the Goat» y «Headless Angels»
Final por todo lo alto, con James tocando sobre el público.
Si el speedmetal representa los momentos en que la vida nos pasa por encima, el thrash ortodoxo y canónico de Toxic Holocaust se asemeja más a esos momentos en los que estamos enfadados con el mundo y mandaríamos todo a la mierda. Así fue su actuación, mala leche a raudales, mucha potencia y todo en un visto y no visto.
También resultaron algo planos y carentes de brillo. Temas como «Bitch», «Gravelord», «Silence», o «Acid Fuzz» no suenan mal, pero si no estás muy metido en el estilo, suenan muy similares. Sonido digno, desempeño irreprochable, pero le faltó algo… el público estuvo más estático que con Hellripper, aunque hubo algún tema que sí logró que algunos subieran al escenario a corear el estribillo.
«I Am Disease», «War Is Hell», «In the Name of Science», «Reaper’s Grave», «Death Brings Death», «Nuke the Cross» y «The Lord of the Wasteland» completaron un concierto correcto pero al que le faltó algo.
Y por fin llegó el momento de Abbath, cuyo paralelismo con la vida podríamos encontrarlo en esos momentos en los que nos zambullimos en la oscuridad encontrando cierto placer, y es que su black metal está claro que no es para todos los públicos, pero tiene algo de adictivo.
El comienzo con el «Triumph» de Immortal dejó claro que Abbath no desdeña su pasado, los temas de su anterior banda tienen que tener cierto protagonismo, lo demanda su público, y sería estúpido repudiar un pasado tan brillante, de ahí que también sonaran otros cortes de Immortal como «In my kingdom cold», «Beyond the north waves» y «Nebular Ravens Winter», aunque obviamente la mayoría del concierto estuvo copado por sus nuevos temas.
Sonido correcto, sin tirar cohetes, pero suficiente para disfrutar de sus oscuras melodías y esos pasajes tan llenos de potencia, velocidad y mala leche. En otras ocasiones hemos visto a un Abbath un poco ausente o sin ganas, este no fue el caso, entregado de principio a fin, dinámico e interactivo con las primeras filas, y siempre entre esa bruma que genera la combinación de un juego de luces sombrío y la abundancia de humo.
En temas como «Warriors» (de su anterior proyecto en solitario I) es donde salen a relucir las mejores virtudes de Abbath, contundencia, oscuridad desgarrada y todo con un toque melódico lleno de groove…. pero además hubo espacio para repasar su discografía con «Acid Haze», «Dream Cull», «Hecate», «Batallions» (también de I ), «Ashes of the dammned», «Dread Reaver», «The Artifex», «Winterbane» o «Endless»
Como decíamos, belleza en la oscuridad.
Juan José Díez
