Si en este festival está siendo fácil llegar pero complicado marcharse, las 70.000 almas que abarrotaron la tercera jornada del Mad Cool 2022 debieron tenerlo complicado.
Y es que posiblemente este era el día «gordo» del festival (más incluso que el día inicial con Metallica), con el fin de semana en ciernes, sin tener que trabajar al día siguiente, y con bandas capaces de llegar a un público masivo, transversal y heterogéneo.
Antes de Muse, viaje de nostalgia a los 90 con el rock alternativo de Incubus en el escenario «Madrid is Life», un recinto con un sonido bastante mejorable a lo largo de todo el festival; con unos bajos hiper saturados el resto de instrumentos acaban siendo una amalgama ininteligible, eso penalizó en parte la actuación de Incubus, que fue más corta de lo que marcaban los horarios, y que resultó un poco decepcionante.
Aburridos por momentos, planos y cumpliendo con lo justo, y donde sólo algún destello de sus temas más míticos «Drive», «Warning», «Ana Molly» logró sacarnos de nuestro sopor. Tampoco ayudó la sobriedad escénica, y eso sí, Brandon Boyd está en forma, cantó bien, pero sin resultar efervescente.
Lo de Muse es diferente, sus últimas giras siempre han tenido complementos escénicos para hacerles ganar espectacularidad, en este MadCool tuvimos varios adornos en forma de máscaras (durante el tema inicial «Will of the people»), confeti, fuego o una gran cabeza trasera o una mano que portaba dinamita.
Tras atinar el sonido en los temas iniciales, «Interlude» todavía sonó regular, «Hysteria» -previo guiño a AC/DC con un riff de Back in Black»- ya mostró a unos Muse perfectamente entonados, con un Bellamy que inundaba Madrid con su falsete y personalísima voz, y una banda que acompaña a la perfección sin cometer fallo.
Bellamy es un frontman sobresaliente, capaz de correr por la pasalela sin fallar una nota, o de manejar al público a su antojo con golpes (literales) de su guitarra, o de tirar de tecnología al más puro estilo terminator para aportar un toque futurista a su música.
Sonaron temas de su disco venidero, destacando «Compliance», aunque obviamente los mayores aplausos se los llevaros sus mega hitazos como «Time is running out», «Supermassive Black Hole», «Plug in baby», «Uprising» o «Starlight»
Para los bises dos temas perfectamente elegidos para acabar por todo lo alto con la caña y contundencia de «Kill or be killed» o la comunión masiva que genera «Knights of Cydonia».
Rock masivo de calidad para la masas.
Aún quedaba tralla, y aunque las fuerzas fallaran había que sacarlas de donde fuera para asistir a una comunión un tanto diferente y original, y es que el metal de vanguardia de Zeal & Ardor es a veces indescriptible, pero una vez te metes en su concierto es como si estuvieras viviendo una extraña misa negra de la que es difícil no imbuirse.
Lástima de su mal sonido, de nuevo con unos bajos irracionalmente altos, tanto que cada vez que tiraba de doble bombo estaba a punto de explotar varias arterias del personal. Pese a todo, hubo momentos dignos donde disfrutar de una propuesta tan disruptiva.
Zeal & Ardor y su peculiar liturgia en @madcoolfestival pic.twitter.com/01joIASNjR
— Max Metal (@maxmetal) July 9, 2022
Los temas fueron sonando sin apenas descanso, como ellos mismos dijeron, poca cháchara y mucha música, para un total de una hora de concierto ante un público reducido pero selecto, ideal para cerrar otro día intenso.
Texto: Juan José Díez y S.A. Sánchez
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