El comienzo de este sábado decidimos optar por “pajarear” entre escenarios para ver el máximo número de grupos. Empezamos por el final del concierto de Dágoba, del que vimos tan poco que no pudimos formarnos una opinión consistente, sí que pudimos ver tanto al grupo como al público entregado, una pena no haber podido ver más.
THE BROKEN HORIZON
De ahí, paseo rápido hasta el Chaos Stage para ver a The Broken Horizon, donde pudimos ver sobre el escenario al protagonista de muchas fotos del público de la edición de 2019, y es que allí estaba el mismísimo Jesucristo colega sobre las tablas, que como él mismo reconoció, se sentía un privilegiado por poder haber hecho la transición desde el público al escenario, aunque el verdadero momentazo fue cuando se quitó la túnica y la lanzó al público clamando por encontrar a un digno sucesor.
No tuvieron un gran sonido, pero lo supieron subsanar a base de una gran entrega y mucha caña que agradeció el público tempranero.
De nuevo, carrerita hasta el escenario principal para ver el power melódico de Beyond The Black, un estilo que quizá no era el más apropiado para el festival; poco importó porque sonaron bastante bien, muy limpios, destacando la voz de Jennifer Haben sobre una banda bastante compacta y sin fisuras a la que no se le puede achacar nada.
La conjunción del viento y la capa de Jennifer lograron un efectista arreglo visual, que sirvió de complemento a temas como “Horizons”, “Lost in Forever”, “Heart of Hurrican” o “In The Shadows”
No pudimos verles acabar, porque tocaba otra rápida transición de escenarios, pero podemos decir que en líneas generales estuvieron correctos.
SVALBARD
Una de las agradables sorpresas del día, queríamos testar en directo la arriesgada música de estos británicos.
El Chaos Stage es un poco peculiar, suele haber muchísimo viento, y junto con la carpa, forma una especie de túnel de viento que penaliza el sonido. La banda sufrió parte de este problema, pero lo compensaron con sus ganas y con la efusiva respuesta de un público que llegó a emocionar a Serena Cherry.
No pudieron ocultar la felicidad de sus rostros mientras veían las reacciones a temas como “Throw your Heart Away”, “Silent Restraint”, “Disparity”, “Revenge Porn” (donde hizo un alegato en contra de los haters de internet), “The Currency of Beauty”, “click Bait” (nuevo mensaje protesta contra lo peor de la red), o “Open Wound”.
Antes de ir a Crossfaith nos dio tiempo a ver un poco de The Picture Books, rock a base de guitarra acústica y batería que destacó por su originalidad. Fue un quiero y no puedo, pero había que tomar posiciones para Crossfaith, lo apuntamos para la próxima.
Sin duda uno de los conciertos del festival. Subidón absoluto, imposible quedarse indiferente ante tal descarga de adrenalina nipona. El show fue un continuo de circlepits, Wall of deaths, y súper masivos crowdsurfings que se extendieron de principio a fin de la actuación llevando al límite del esfuerzo físico a un personal de seguridad que demostraron su exquisita profesionalidad y tacto.
Sorprende ver como los metaleros se vienen arriba con los sonidos electrónicos, y es ésta una parte primordial de la música de Crossfaith, y quizá una de sus señas de identidad; gracias a ella consiguen dotar a sus conciertos de una fuerza e identidad envidiables.
“Catastrophe”, “Monolith”, “Jägerbomb” donde ofrecieron este complicado elixir al público, “Countdown to hell”o “Freedom” fueron algunos en sonar, aunque el zenit vino cuando sonó el encadenado “System X y Xeno”, una combinación magistral con la que es difícil no botar.
Todos y cada uno de los ingredientes de la banda se dejan la piel, y no permiten que nadie baje un solo ápice la intensidad, y si es necesario se lanzan sobre el público como hicieron varios de sus integrantes. Sus conciertos son la cristalización de la energía…. Increíbles.
BLOODBATH
No nos dio tiempo a ver gran cosa, seguíamos haciendo de picaflor entre escenarios, pero a este súper grupo extremo había al menos que verlos un poco, y es que no todos los días puedes tener sobre el escenario a Nick Holmes (Paradise Lost), Jonas Renk (Katatonia), Anders Nyström (Katatonia), o Martin Axenrot.
Acostumbrados a verles en DVDs, me sorprendió su sobriedad, ya que esta vez salieron sin embadurnarse de sangre, pero casi lo agradecí, ya que a veces no es agradable ver a unos músicos entrados en edades maduras con estos artificios.
Hay que reconocer que su música no es fácil, pero su death con toques doom sonó con fuerza en Viveiro.
Por cierto, Nick Holmes, habitualmente un vocalista bastante hierático, mostró más ganas que en muchos conciertos de Paradise Lost, y su voz no sufrió altibajos pese a ser un concierto íntegro de tonos guturales.
Bien, pero sólo apto para muy fans.
Sin palabras. Otro de esos grupos de escucha difícil. Suele costar bastante superar la barrera de entrada de su música, pero una vez superada, se disfruta bastante del colorido y complejidad de sus canciones.
MASTODON
Para poder disfrutar de un concierto suyo hay un requisito primordial, todo tiene que sonar a la perfección, si no, todos los matices de sus canciones acaban perdiéndose, afortunadamente todo sonó perfecto, con la pulcritud necesaria, y así Viveiro vibró de lo lindo.
Con la gran pantalla de fondo poniendo color, y la imagen imponente que siempre tiene esta banda, agradecieron estar de vuelta tras cinco años, aunque fuera a 14 grados…. no es que sean una banda muy elocuente, sino que prefieren que la música hable por ellos, y así sonaron casi de forma sucesiva “Pain With an Anchor”, “Crystal Skull”, “Megalodon”, “Teardrinker” (increíble como sonó la combinación de tres voces en este tema).
Por cierto, ¿es cosa mía o Bill Kellih cada día se parece más a James Hetfield?
“Black Tongue”, “The Czar”, “Pushing The Tides”, “Mother Puncher”, “Gobbles of Dregs” fueron las siguientes en sonar, para acabar por todo lo alto con “Blood And Thunder”.
Irreprochables.
TOUNDRA
Otro cambio más, en este caso hasta el Desert para disfrutar de la musicalidad de Toundra. Puede que sus temas en disco suenen más ambientales, pero en directo ganan mucha fuerza, cuerpo y carácter.
Esteban Girón transmitía energía con su guitarra, bien acompañado por David López Macon (que repetía tras haber tocado con Adrift), y siempre sustentados por esa base firme de Álex y Alberto.
“Cobra”, “Watt”, “Magreb”, “Kitsune”, “Bizancio” ambientaron un Desert Stage abarrotado con un público entregado que sacrificó un buen sitio en Gojira para disfrutar íntegros a unos Toundra que derrocharon elegancia. Para el final, “Mojave”, “Ruinas” y “Cielo Negro”
GOJIRA
Muchos criticaron la inclusión de Gojira como cabeza de cartel en este Resurrection Fest, para muchos no tenían la identidad de Avenged Sevenfold, pero a buen seguro cambiaron de opinión tras un conciertazo sencillamente magistral.
Rompieron con su sobriedad acostumbrada para adornar un poco más su concierto, haciendo presencia el confeti en varios temas, y esas columnas de humo tan marca de la casa, así como mucho fuego (aunque después del derroche de Sabaton hasta pareció poco), y láseres que proyectaron distintas forma sobre la montaña en Viveiro.
Poco importan estos artificios cuando temas como “Born for One Thing”, “Space Time”, “Blackbone” o “Stranded” sonaron tan perfectos. Esta banda ha crecido mucho, parece estar en una progresión exponencial, las camisetas de Gojiran inundaban el ya maltrecho césped del escenario principal, y ellos hicieron todo para que sus canciones sonaran con la calidad que merecen, así “Flying Whales” (con ballenas sobre la montaña), “The Cell”, “Love/Remembrance”, “Hold On” “Grind”, “Silvera” (apoteósica), o “Another World” sonaron sobresalientes.
La banda agradeció mucho al público y al festival el estar allí, con cierta retranca al dar también las gracias a las bandas que no pudieron ir y que hicieron posible allí su presencia, un pequeño paréntesis de locuacidad que enlazaron con la parte final de su actuación protagonizada por “L’enfant Sauvage”, “The Chang”, “The Gift of Guilt”, “New Found” (con la proyección del videoclip animado sobre la pantalla), y el alegato ecologista “Amazonia” como guinda final.
Sublimes. Al igual que Mastodon necesitaban un sonido perfecto para brillar, y así fue.
Y así acabó el cuarto día del Resu donde la música con mayúsculas había sido la protagonista.
Texto: Juan José Díez y S.A. Sánchez
Fotos: Juan José Díez
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