CRÓNICA: AVALANCH desveló los secretos de la noche madrileña (enero 2020)

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AVALANCH

TEATRO KAPITAL (Madrid)

18 de enero de 2020

Organiza: Duque Producciones

El pasado sábado 18 de enero asistíamos al concierto de Avalanch en Madrid, que estaban presentando su nuevo disco El secreto en la sala Teatro Kapital. Sin pausa y con algo de prisa se iban llenando la sala y los palcos reservados para aquellos que adquirieron la entrada VIP, hasta que a las 21.30h ya no cabía un alma más allí.

Entre gritos eufóricos del público empezaba, más que puntual, un concierto que al principio, dejó a más de uno sin saber muy bien lo que estaba pasando pues, en lugar de empezar con la banda saliendo a escena, empezó cuando en  la pantalla que había colocada detrás de la batería empezaron a reproducirse los videoclips de El oráculo, tema introductorio de su disco, seguido de La flor en el hielo y El peregrino. Y, si bien es cierto que más de un grupo da inicio a sus conciertos con una grabación reproducida en las pantallas, el hecho de que fueran 3 videclips no agradó mucho a un público que lo que quería esa noche era verlos en directo y, que lo demostró cuando, acabado el último de estos tres, no dudó en silbar mostrando su desagrado.

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Subía entonces la banda a escena empezando por Mike Terrana y acabando con Jorge Berceo, para tocar, esta vez en vivo y en directo, El Oráculo, con una destreza impecable, pero dejando a más de uno con el pensamiento de ¿van a tocar ahora las 3 en vivo seguidas en serio? , pero no podían estar más equivocados. Llegaba entonces el momento de Demiurgus, tema en el que la sala empezó a involucrarse muchísimo más con una banda, que estaba demostrando que esa noche iban a dar caña, en especial Terrana, quien tuvo un papel grandioso en lo que a ejecución se refiere.

Volvía a sonar El peregrino para un público que, a pesar de estar algo inquieto dos canciones atrás, está vez lo recibió muchísimo mejor y, con esa delicadeza y pasión con la que nos la cantó Jorge Berceo, conmovió a más de uno de los asistentes. Por si alguien se había quedado al borde de las lágrimas, Berceo presentó Otra vida con la frase «no concibo otra vida si no es con vosotros de esta forma» y en la que Alberto Rionda pudo reafirmarse y demostrar su talento en la parte instrumental.

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Y después de la demostración de talento de Rionda, tomaba Jorge Salán el protagonismo para traernos los primeros acordes de Delirios de grandeza, un clásico de Avalanch, que acabó con un último verso acapella por parte del público.

La noche avanzaba con Pies de barro y entonces Berceo y Rionda se quedaron solos en el escenario para presentar el siguiente tema de una forma un tanto peculiar. Mientras Alberto tocaba los primeros acordes rápida, pero muy nítidamente, Jorge buscaba entre el público a la primera persona que adivinara de que canción se trataba. Una mujer acompañada de su hija fue la afortunada en decir Alborada y, tras debatir Jorge y Rionda, con ayuda de un público, que no había parado de cantar en lo que llevaban de noche, decidieron premiarla subiéndolas a ambas al escenario y acabando la interpretación con una foto sobre el escenario, haciendo de ese un momento memorable.

Salán era el encargado esta vez de introducir El Alquimista donde la voz de Berceo y la del público se convirtieron en una.

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Cuando Decepción dio su última nota, quedaba el escenario casi vacío, solo con Mike Terrana sobre él y dispuesto a brillar con luz propia. Y nunca mejor dicho porque todos los focos se centraron en él y en cómo demostraba que la batería no necesita de manos para ser protagonista… pero, que si de manos va el asunto, con baquetas y sin ellas, él es capaz de hacer que más de una boca toque el suelo, y no hablo solo de cuando el público se involucró con él a gritos de EEH! EHH! EH!

Volvía el resto del elenco de Avalanch al completo para tocar un Baal que acabó con Jezabel subiendo al escenario, como ya pasó en el concierto acústico de presentación para el tema Alas de Cristal, un tema que la banda adelantó, pues estaba planificado para que lo cantaste Isra en los bises.

Y aquí un inciso para el solo en el que Dirk se lució como bajista, tanto en la parte que hizo en solitario como cuando un Rionda que parecía que no iba a aparecer, salió al escenario a acompañarle con la guitarra.

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Llegaba al son de Addagio: Alma vieja con una sorpresita: Isra Ramos se hacía escuchar desde fuera del escenario y con las primeras notas líricas salía a escena, y defendía el tema con su maestría, el apoyo del público que no paró en corearle y la calidez que le brindó la banda.

Y, como no iba a cantar un tema e irse, también nos deleitó en solitario con La flor de hielo y con un Xana donde, además de pedir silencio al público para iniciarla acapella, la banda se permitió el lujo de retransmitir el momento en un Facebook live. Para satisfacción auditiva de los presentes, cuando este acabó Isra no dudó en hacer subir a Jorge Berceo al escenario y es que, había Mil motivos para darle las gracias y, esa noche, tenían que acabarla los dos juntos haciendo que las partes líricas quedaran en la memoria de todos los que allí estaban.

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Y  aquí me vais a permitir que destaque un momento al público, porque cuando iban a presentar el tema que venía a continuación, a Rionda se le ocurrió tocar Un elefante se balanceaba… y el público, que lo estaba pasando genial, se puso a cantar el tema mientras él lo tocaba. Tan involucrados estaban que si no fuese porque paró, el público hubiera seguido cantandola, pero poco a poco, se fue apagando su voz cuando la guitarra iba dejando de sonar.

Después de este inciso, Jezabel aparecía de nuevo sobre el escenario y, después de que la banda diera algo de protagonismo a los teclados, que había quedado algo olvidados, empezó a sonar un Lucero que enlazó con la última de la noche, Torquemada.

Redacción y fotografías por Andrea Fernández.

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