SLASH
MADRID – 13 FEBRERO 2019
WIZINK CENTER
Empecemos por los hechos indiscutibles:
- Slash, por méritos propios, ha alcanzado el estatus de mito viviente del Rock and Roll.
- Muchas de sus composiciones con Guns n’ Roses forman parte del imaginario colectivo y han hecho vibrar a millones de personas por todo el mundo.
- El primer disco de su última etapa en solitario tenía su punto, en buena medida debido a una participación de una pléyade de músicos que hizo de «Slash» un trabajo de lo más dinámico y variado
- El resto de discos, incluido su último trabajo «Living The Dream«, se han acercado peligrosamente a la decepción.
- No hay duda de que Myles Kennedy es un vocalista descomunal. Tampoco hay duda que la aportación al último disco de Slash es más bien insignificante
Con estas premisas, no tenía muy claro los derroteros por los que iba a circular el concierto de Slash, sin embargo, y pese a mis más agoreros presagios, Slash, junto con Myles Kennedy y The Conspirators ofrecieron un buen concierto. Cumplieron, los fans más acérrimos disfrutaron y el resto del público se fue satisfecho aunque no vibrara desaforadamente.
Antes de ellos, abrieron la noche los setenteros Bishop Gunn, que ofrecieron una buena dosis de clasicismo mientras su vocalista marcaba descaradamente ciruelo ayudado por un modelito de lo más peculiar.
Buen sonido, actitud y elección de temas («Let The People Know», «Bank of The River», «Silver Street», etc..), aunque con una actuación tan corta, habría quitado los temas más lentos («Makin’ It»), ya que hizo que la intensidad disminuyera, aunque afortunadamente el final «Anything you want» apretó los pistones para dejar buen sabor de boca.
Puntuales, Slash y los suyos hicieron su aparición en el escenario sin grandes alardes, todos juntos y sin nadie acaparando los focos. Obviamente se llevaron una gran ovación, intensificada en cuanto las seis cuerdas de Slash empezaron a sonar y su icónica pose, sombrero, gafas de sol y camiseta de Metallica mediante, comenzó a inundar las retinas de un público que no llenó la versión más reducida del antes llamado Palacio de los Deportes.
«The Call of the Wild», «Halo», «Standing in the Sun» y «Ghost» firmaron el inicio del show, con un sonido donde hubo nada que reprochar, y donde se empezó a palpar el buen hacer de Slash y la gran voz de Myles Kennedy, que aunque no cometió ningún error y clavó los temas, no sonó con la brillantez y opulencia que podemos sentir cuando canta con Alter Bridge.
«Back From Cali», «My Antidote», «Serve You Right», «Boulevard of Broken Hearts» y «Shadow Life» fueron los siguientes en sonar, todas cortadas por el mismo patrón de la corrección, y con unos The Conspirators mostrando su solvencia. Se suele hablar poco de ellos, pero son un pilar en esta formación, ya que su trabajo sustenta el sonido para que Myles, y sobre todo Slash, destaquen.