Locales de ensayo o… ¿una especie en extinción?

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Hoy venimos a hablar de estos grandes desconocidos o ignorados locales de ensayo. Lugares en los que surgen y se forjan las bandas que pudimos disfrutar en otro tiempo, y que podemos disfrutar a día de hoy. ¿El día de mañana? Ya se verá.

Los locales de ensayo suponen el origen de pequeñas y grandes bandas que ahora llenan estadios, y si no, lo harán en un futuro próximo. Unos orígenes humildes desde espacios físicos reducidos de hasta 20 m2 en los que la creatividad, la composición y la música no tienen parangón.

Ya sea por las tantas trabas en impuestos que la cumbre política no se cansa de imponer sobre la música, los pocos recursos económicos de los jóvenes y no tan jóvenes o la falta de iniciativa por parte de los ayuntamientos, los locales de ensayo se están convirtiendo en los grandes olvidados de esta década del siglo XXI.

Aunque los locales de ensayo vivieron su época plena en los años 80 y 90, no debemos olvidar su gran y necesario papel a la hora de que la música siga proliferando y cada día sigan apareciendo nuevos estilos y grupos en este tiempo presente.

En lo que respecta a los locales de ensayo, muy pocas personas son las valientes que se embarcan en la aventura de regentar este tipo de negocios, pero los hay. Y este es el caso de por ejemplo Eduardo Gámez, gerente y propietario de Locales de Ensayo Madrid – La Perrera.

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Locales de Ensayo Madrid – La Perrera es un negocio que aboga por ofrecer la posibilidad de tener locales de ensayo a un precio reducido para que todos posean las mismas oportunidades. Así ofertan desde 160€ al mes locales compartidos y locales enteros a partir de 270€ al mes en el corazón de Madrid.

Las instalaciones constan de 11 salas de ensayo totalmente insonorizadas, extracción forzada de aire, suelos de caucho y WiFi gratuito. Sin fianzas. Sin parquímetros y sin compromisos de permanencia.

Toda la información acerca de la dirección, las tarifas y horarios de Locales de Ensayo – La Perrera la podéis consultar en el siguiente enlace.

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Hemos tenido la oportunidad de charlar unos minutos con su gerente, Eduardo Gámez, en los que hemos podido hablar sobre la situación actual de la música en directo en Madrid, su modelo de negocio, entre otros muchos temas:

Buenas tardes Eduardo y antes de nada agradecerte de parte de Maxmetal que nos hayas permitido el lujo de charlar distendidamente unos minutos contigo.

R: Un placer estar con vosotros. Rara vez alguien se acuerda de la cantera de músicos que somos los locales de ensayo.

P: Conocemos desde hace unos años tu gran labor dentro de la iniciativa por apostar por los locales de ensayo en Madrid, concretamente desde hace ya 9 años. Cuéntanos como surgió esta idea y cómo ha sido desarrollarla durante estos 9 años.

R: Llevaba 6 años trabajando como aparejador cuando llegó la crisis del ladrillo. Así que con un socio en 2009 alquilamos un local, y mientras trabajábamos en el mundo de la reforma fuimos construyendo las instalaciones, con el dinero que ganábamos a base de hacer obras sin parar. Terminar los locales completamente costó tres años. Insonorizar es jodidamente caro pese a que lo hagas tú mismo.

P: Supongo yo que no todo habrá sido un camino de rosas desde que empezó esta andadura allá por diciembre de 2009. ¿Con qué obstáculos te has tenido que enfrentar para seguir adelante?

R: Sin patrimonio previo, como era nuestro caso, la única posibilidad de hacerlo era trabajando en la construcción como animales, dedicando todo el dinero y el tiempo libre a construir las instalaciones. Se traduce en cinco años trabajando doce horas sin cobrar. Como puedes suponer, esto es inasumible para cualquier persona que tenga una hipoteca o hijos. Por eso pienso que es criminal el uso de la palabra “emprendedor”, que me parece como enviar a toda una generación hacia un precipicio como si fueran lemmings. Por suerte nosotros sólo buscábamos el autoempleo. Conocíamos nuestros números y sabíamos que era sostenible, pero que nunca sería especulativo.

P: ¿Qué ventajas posee Locales de Ensayo – La Perrera respecto a otros negocios que puedas conocer?

R: Hace muchos años, cuando iba a ensayar a cualquier sitio, miraba con envidia a los dueños de los locales de ensayo, que apenas hacían nada en todo el día salvo abrir y cerrar puertas. Esto debería hacernos pensar. Si la mayoría de los propietarios trabajan en ellos quiere decir que la producción económica no les permite estar en las Bahamas. Pero es cierto que deja mucho tiempo libre para poder desarrollar otros campos profesionales desde la oficina.

P: No tiene que ser nada fácil aguantar un negocio de este estilo y más en Madrid, donde vemos que día a día se aprueban más leyes que ponen más impedimentos a la hora de interpretar música en directo, que los ayuntamientos dan la espalda ante estas necesidades, los impuestos cada día se incrementan más en detrimento del avance musical. ¿Cuál es tu opinión al respecto ya que lo vives día a día en primera persona?

R: Todas las medidas restrictivas surgen de los Ayuntamientos y las Ordenanzas Municipales. Hemos tenido durante 24 años alcaldes del PP (incluso nos endosaron a la mujer de Aznar a traición durante tres años, eso fue la hostia) y ha sido un erial cultural. Esto influyó en la programación musical pública. Pero el cierre de salas de conciertos, una plaga que afecta a Madrid, siempre surge por alguna denuncia vecinal. Si se superan los decibelios admitidos por las Ordenanzas, el Ayuntamiento tiene que actuar. Por otra parte muchas veces los locales cierran porque acometer la reinsonorización es muy caro y los conciertos en vivo no siempre generan beneficios. Estoy seguro que tú misma has estado en algún concierto con menos de veinte espectadores. Algunos cierres como el de la sala HEBE de Vallecas (38 años funcionando) dan muchísima pena.

P: Y siguiendo con este tema, ¿de qué forma se ha visto afectado el negocio con estas nuevas políticas?

R: El negocio de los Locales de Ensayo no se ha visto muy afectado por dos motivos: El primero es que apenas hay grandes empresas o corporaciones que hayan invertido en esta forma de negocio (lo que nos vuelve a llevar al tema de la limitada rentabilidad). Así que no existe una guerra de precios permanente como en otros sectores. El segundo motivo es que, al menos en Madrid, no existen instalaciones públicas para ensayar. En un mundo ideal en el que toda la cultura estuviera subvencionada, las administraciones construirían espacios de este tipo. Pero la realidad es que el dinero público tiene destinos mucho más urgentes y por suerte el Ayuntamiento de Madrid no parece que vaya a hacernos la competencia.

P: ¿Qué cosas crees que deberían cambiarse para apoyar la música novel?

R: Creo que las cosas solo sobreviven si gustan a las siguientes generaciones. Sostengo que a la mayoría de las personas no les gusta la música, pero la consumen igual que deben apuntarse a un gimnasio o comprarse un coche. La música como objeto de consumo inmediato y desechable es ahora el grueso del negocio musical, y si no me crees echa un vistazo a las canciones más descargadas estos últimos años. La enseñanza de la Música y de la Historia de la Música debería ser obligatoria si queremos que la próxima generación sienta pasión por la música más allá del mero consumo de mierdas. De ahí nuestro lema: “Salva al mundo, monta una banda”.

P: Pese a que las dificultades cada vez son mayores, ¿crees que el interés de los jóvenes sigue estando y siguen luchando por mantener la llama viva?

R: No son muchos, pero los jóvenes que deciden interpretar música suelen tener una capacidad de lucha a prueba de bomba. Esto creo que es un superpoder común en los músicos de todas las generaciones.

P: A raíz de esta última cuestión va mi siguiente pregunta acerca de la edad media de tu clientela, ¿jóvenes o ya veteranos? ¿Quién sigue apostando más por el formato de los locales de ensayo? ¿Y a qué crees que se puede deber?

R: Hay jóvenes y veteranos. Bandas originales y tributos. Metal y Rap. Tenemos de todo. Nadie que quiera formar una banda puede eludir el paso por un local de ensayo, no hay una fórmula sustituta. Necesitas conocer a tus compañeros y haber ensayado con ellos muchas horas. Por esa dificultad están ganando terreno otras fórmulas de grabación como el trap o el reggaeton, que no requieren apenas músicos ni ensayos. Solamente un técnico de sonido.

P: Tras nueve años regentando el negocio, habrá habido momentos de fatiga y momentos de alegría, entiendo que estos últimos son mayoritarios ya que tras 9 años sigues estando al pie del cañón. ¿Crees que este tipo de negocios siguen o seguirán siendo rentables?

R: Mientras siga existiendo el concepto de banda, con una batería, un bajo y guitarras, existirán las salas de ensayo. Y creo que ni un día más. El concepto actual de una banda de rock podría ir desapareciendo los próximos años si deja de haber público para él. Respecto a la rentabilidad de unos locales de ensayo, como te decía, rara vez da para algo más que para el autoempleo, pero precisamente por eso las grandes corporaciones no se han interesado por nuestro sector.

P: Por último, me gustaría preguntarte sobre alguna anécdota que recuerdes de estos 9 años que llevas dedicándote a sacar a flote los locales de ensayo… ¿Alguna que nos puedas contar?

R: Cuando inaguramos los Locales de Ensayo siempre andaba pendiente que nadie rompiese nada o robase algún elemento. No porque sea un paranoico. Cuando en los 90 alquilábamos una sala equipada, robábamos todo lo que podíamos (éramos basura, sí). Cables, pinzas de micro, cerveza, bombillas, lo que fuera. De modo que estaba preparado para que me pasara lo mismo. Pero tengo que decir que afortunadamente la actual generación de músicos está mucho más educada y en estos 9 años nadie ha hecho nunca nada así. Desde luego éramos unos capullos.

Muchas gracias Eduardo por tu tiempo y por tus palabras y te deseamos mucho éxito con Locales de Ensayo – La Perrera y por todos los demás proyectos que estén por venir, desde Maxmetal estaremos muy pendientes de tus próximas andaduras. Un saludo y ya sabes… Salva al mundo, monta una banda.

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