NICKELBACK – NO FIXED ADRESS
Republic Records
7/10
Octavo disco de estudio de Nickelback, y primero de su carrera que no sabría muy bien en qué género musical encajar. En este nuevo trabajo, Chad y los suyos experimentan con variedad de sonidos (quizá demasiados), alejándose en ocasiones de esa línea de Rock Alternativo que ha marcado sus anteriores trabajos. En este álbum nos encontramos de todo; desde buenos temas, hasta canciones que ni fu-ni fa, hasta verdaderos bodrios que pasarán a la historia como lo peor que ha compuesto esta gran banda de rock en toda su carrera.
Cuando te pones los auriculares y empiezas a escuchar, parece que la cosa no pinta mal en principio con «Million Miles An Hour», tema de los Nickelback rockeros que siempre han sido, con riff poderosos de guitarra y batería contundente, canción típica de sus anteriores trabajos, de esas que ponen estadios patas arriba. Grito de libertad y esperanza cargado de guitarreo es lo que presenta el single «Edge Of A Revolution», un tema potente y pegadizo, de esos pensados para sonar hasta en la sopa, en todas las radios y televisiones del país.
En tercer lugar llegamos a la primera balada del disco, y a el primer coqueteo con probar cosas diferentes. En este caso, el resultado es bueno en este «What Are You Waiting For?». Si bien el comienzo no es muy esperanzador y desconcierta un poco, cuando llega el estribillo, todos sabemos ya que sí, efectivamente se trata de Nickelback y sus baladas comerciales y poderosas del tipo «Far Away» o «Photogragh». Pero aquí llega el primer «resbalón» importante con «She Keeps Me Out», una canción tirada al más puro estilo funk, con un estribillo que el «tres tristes tigres…» es más fácil de pronunciar, y de esas que aún no sé bien que pinta en un álbum de Nickelback. Afortunadamente, la cosa difícilmente pueda ir a peor, y se arregla algo con «Make Me Believe Again», donde vuelve el sonido más rockero, con un tema que va «in crescendo», hasta llegar a otro de esos característicos estribillos pegadizos, con muchos efectos de sonido en la voz de Chad. Un buen tema, sin más.
Tras esto, llega en mi opinión, una de las sorpresas agradables del CD, «Satellite», donde desempolvan por primera vez la guitarra acústica, para regalarnos un baladón de lo de estribillo pegajoso, de las que se te graban inmediatamente en la memoria. Y es que, en cuestión de canciones lentas, Nickelback son alumnos aventajados, y esta es una buena muestra de ello. Tras esto, la acústica deja paso al sonido eléctrico y vibrante de «Get´Em Up», canción que podría ir incluída perfectamente en el álbum «The Long Road», poderosa y que a buen seguro en directo sería un filón importante.
La escena se tiñe de tintes oscuros para dar paso a «The Hammer´s Coming Down», otro de los experimentos sonoros de los canadienses en este álbum pero que en esta ocasión si obtiene un resultado positivo. Canción que bien tendría cabida en un álbum de los Linkin Park de hoy en día, pero con el toque Nickelback. Tras esto llega la última canción medio lenta del disco, «Miss You», un tema que, si bien no es malo, es un intento frustrado de parecerse a la genial «Satellite», con unos coros más propios de patio de colegio que de una canción de un grupo de rock, y de esas que son escritas para causar el delirio y romper el corazón de las jóvenes fans que se agolpan en la primera fila de los conciertos.
Seguimos avanzando y, para sufrimiento de nuestros oídos, llega: «La peor canción de la historia del Nickelback», tal cual suena. No sabemos que pasó por la cabeza de Chad al incluir en el track list este «Got Me Runnin´ Round». Ya de por sí chirría que sea una colaboración con Flo Rida, o lo que es lo mismo, como juntar a Metallica con Shakira, solo puede llevar al fracaso. Cuando comienza, efectivamente, se confirman tus sospechas: canción intrascendente, con un rap en medio protagonizado por el propio Flo Rida. En fin, malas noches las tenemos todos Chad (porque confío en que sólo haya sido eso). Para terminar el LP nos regala este «Sister Sin» con guitarreos que se acercan al Country y de esas que buscan un resultado efectivo, sin necesidad de pasar a la historia.
En definitiva, Nickelback sigue dando canciones de esas que a sus fans nos gusta escuchar (excepciones aparte), experimentando con su sonido, y buscando posibles nuevos caminos y fórmulas para reinventarse, pero siendo fieles a sus raíces y a su estilo definido a lo largo de su carrera, lo que les ha convertido en la banda de grandes ventas discográficas y de estadios llenos que son hoy en día. Sin grandes lucimientos, en general es un buen álbum, esperemos que dicho lucimiento se lo tengan guardado para el mes de Noviembre, mes en que por primera vez visitan nuestro país, y nos demuestren los verdaderos «Animals» que llevan dentro.
Pedro Armas González (Spain Bon Jovi)