LEYENDAS DEL ROCK
Sábado 9 de agosto de 2025
Redacción: Yolanda Sabater & Irene Kilmister
Fotografías: Irene Kilmister.
El último día del Leyendas del Rock 2025 fue una montaña rusa de estilos, emociones y momentos memorables. Desde primera hora, el calor y la expectación se mezclaban en el aire, preparando el terreno para una jornada que pasará a la historia del festival. Powerwolf, como cabezas de cartel, convirtieron Villena en una auténtica barbacoa metálica, desatando llamaradas, bromas y una dosis imparable de himnos que hicieron rugir a miles de gargantas.

Entre los grandes protagonistas de la tarde, Adept sorprendió con un directo explosivo que dejó claro que su regreso no es casualidad, mientras que Dark Angel desplegó un thrash de la vieja escuela que arrasó como un vendaval.
La jornada también dejó espacio para propuestas más modernas y afiladas, con Crystal Lake a base de metalcore de alta precisión y Cemican llevando al público a un viaje sonoro impregnado de misticismo y raíces.

Pero el cierre fue digno de un festival de leyenda: Angelus Apatrida, con su thrash imbatible, reafirmó por qué son la joya del metal español, y Hadadanza puso el broche definitivo con una fiesta folk llena de color, bailes y buen rollo, dejando a todos con la sensación de haber vivido una despedida perfecta.
ADEPT
La primera visita de Adept al Leyendas del Rock fue todo menos discreta. Los suecos desembarcaron en Villena para ocupar el hueco dejado por Thrown, y lo hicieron con un directo que combinó energía sin filtro y un montaje espectacular: fuego, confeti y chispas cayendo desde lo alto del escenario acompañaron un set cargado de intensidad.

Desde prácticamente el primer minuto, el sonido fue sólido y contundente, permitiendo que su metalcore cargado de adrenalina llegara con toda su fuerza al público. Entre riffs demoledores, baterías implacables y estribillos que invitaban a corear, Adept demostró que su regreso tras un tiempo de inactividad no es casualidad, sino una declaración de intenciones.

La banda mantuvo un ritmo frenético de principio a fin, dejando claro que aún tienen mucho que decir en la escena. Su actuación no solo cumplió con creces el papel de sustitutos, sino que dejó en muchos asistentes —yo incluido— la sensación de que Adept merece volver a pisar este festival como invitados de pleno derecho.
Por Santiago Gutierrez

CRYSTAL LAKE
Siguiendo en la línea anterior Crystal Lake desembarcó en el Leyendas del Rock con una descarga de metalcore que dejó al público sin aliento. Los japoneses, conocidos por su intensidad y precisió, ofrecieron un directo arrollador donde la técnica y la energía fueron de la mano en todo momento.

Desde el primer riff, el escenario se convirtió en un campo de batalla: breakdowns demoledores, riffs afilados y cambios de ritmo que descolocaban para volver a golpear con más fuerza. El frontman John Robert C, conocido por ser ex vocalista de The Last Ten Seconds of Life, con una presencia escénica imponente, alternó guturales abrasadores y líneas melódicas que levantaron coros, puños y reventaron los cuellos de los asistentes.

Temas como “Apollo”, “Prometheus” o “Aeon” se convirtieron en auténticas bomba, pero sin duda la sorpresa llegó con «Crossing Nails«, nuevo tema que habían presentado apenas 12h antes. Y es que estamos pendiente de que la banda lance nueva música, ya que su último disco es de 2019, y por lo que parece el momento ha llegado.
Crystal Lake no solo cumplió, superó expectativas y dejó claro que el metalcore asiático tiene un lugar de honor en un festival de estas dimensiones y que, de hecho, el –core tiene bastante cabida en el futuro de Leyendas del Rock.

CEMICAN
Si hay un concierto que pueda rivalizar en misticismo con el de Heilung en este Leyendas del Rock 2025, ese era el de Cemican. La propuesta de esta banda es única: death metal y folk azteca-mexica, con un arsenal de instrumentos precolombinos que aportan una identidad inconfundible. Desde el primer segundo marcaron territorio: todos los miembros aparecieron sobre el escenario con el cuerpo pintado de distintas formas, evocando a guerreros ancestrales, y dos de ellos, enfundados en impresionantes trajes ceremoniales, sorprendieron al público escupiendo fuego.

A nivel musical, ofrecieron voces graves y desgarradas, riffs afilados, y, como telón de fondo, dos músicos dedicados a instrumentos de viento que iban desde flautas hasta caracolas. El resultado era una fusión auténtica, sin trucos ni exceso de grabaciones, algo que se agradeció especialmente en un día donde muchas otras bandas abusaron de los pregrabados.

Entre el público se mezclaban mexicanos orgullosos de sus raíces con europeos entusiasmados de ver un folk metal que escapaba del imaginario vikingo y de las referencias a Odín. A mitad del set anunciaron que iniciarían un ritual para dar salud a todos los presentes y a sus familias. Entonces, uno de los guerreros emplumados arrastró a un “prisionero” hasta un pedestal, simulando su sacrificio y extrayendo su corazón en una impactante performance. La teatralidad fue hipnótica y aportó un color especial al espectáculo.


Con el tiempo limitado, cerraron con su himno “Guerreros de Cemicán”, y la respuesta fue unánime: el público coreó el nombre del grupo una y otra vez, celebrando lo que había sido una auténtica fiesta y uno de los momentos más vibrantes del festival.
DARK ANGEL
Dark Angel fue, sin duda, una de las rarezas de este festival. Aunque hablamos de una banda de thrash metal estadounidense en mayúsculas, nunca ha gozado del reconocimiento masivo que merece. Precisamente es todo un privilegio contar con ellos en uno de los mejores slots de horario diurno y dedicando casi todo su repertorio al legendario Darkness Descends —un pilar del thrash americano que en breve cumplirá 40 años—.
El quinteto ofreció un directo arrollador, con una imponente Laura Christine a la guitarra formando una pareja demoledora junto al incombustible Eric Meyer. El arranque con “Time Does Not Heal” (por cierto qué título más desesperanzador) y “No One Answers” dejó claro que la propuesta iba a ser puro thrash old school.

El concierto tuvo un fuerte componente emocional, ya que estuvo dedicado a la memoria de Jim Durkin, guitarrista y miembro fundador fallecido en 2023. El vocalista, Ron Rinehart, muy entregado, anunció que tocarían íntegramente aquel mítico álbum como homenaje. Antes, sin embargo, se permitieron presentar un tema nuevo: “Extinction-Level Event”. Al sumergirse en el material clásico, el cantante no dudó en soltar un grito muy al estilo Tom Araya en “The Burning of Sodom”, y el doble bombo en “Hunger of the Undead” fue simplemente espectacular. En “Merciless Death”, el frontman bajó al foso para mezclarse con el público, aunque curiosamente no presentó al bajista Mike Gonzalez.


Clásicos como “Death Is Certain (Life Is Not)” y, sobre todo, el cierre con “Perish in Flames” sonaron con una fuerza abrumadora. Si mis fuentes son correctas, no se han prodigado mucho por España así que revivir uno de los álbumes míticos del thrash y ver en directo a bandas rara avis como Dark Angel siempre será motivo de bonito recuerdo.

BEAST IN BLACK
Ya han pasado unos años desde que Anton Kabanen decidiera romper su relación con Battle Beast y dar el salto a su proyecto personal. Nada desdeñables son los nombres que componen su alineación, pues cuenta con todo un Kasperi Heikkinen a la guitarra, Máté Mólnar al bajo y Atte Palokangas a la batería. La gran novedad siempre fue Yannis Papadopoulos y su versátil registro vocal, que en ocasiones nos hacía dudar de si había coros femeninos, cuando en realidad siempre ha sido él quien se ha encargado de ello.

Es cierto que, quizá al principio, contaron con el factor sorpresa, pero ahora los sentimos un poco estancados. No ha ayudado que solo tengan tres álbumes de estudio, aunque sí una buena cantidad de singles que nadie quiere perderse. A la gente no le gusta que se abuse de los pregrabados, pero, ¿qué vamos a decir? Es una banda que siempre ha apostado por el retro, la música disco y los sintetizadores. Nunca se han escondido de tirar de fórmula, y para mí, un directo no pierde su esencia por ello.
Este concierto fue una buena muestra de diversión y rescate de temas que ya son míticos. Yannis se apodera del escenario y ejerce su papel de frontman a la perfección. Desde “Cry Out for a Hero” se metió al respetable en el bolsillo, mientras repasaban muchos de los hits de su trayectoria. Sus compañeros de banda también se entregaron al público desde sus posiciones en la retaguardia.

Curiosamente, los temas que menos acogida tuvieron fueron los de su último trabajo, Dark Connection, aunque canciones como “Born Again” o “Sweet True Lies” demostraron que cuentan con una horda de seguidores implacables que corearon cada palabra. Sin muchos sobresaltos, los temas se sucedieron uno tras otro. Entre los que más disfruté, destacaría “Die by the Blade” o la preciosa “Blind and Frozen”.

Hubo un tiempo en que parecía que Beast in Black iba a desmarcarse de Battle Beast, y yo así lo creía fervientemente. Quizá ahora se han estancado, pero espero con ansias su regreso con nuevo material, que, si mis fuentes no fallan, será dentro de poco. Ojalá podamos verles muy pronto con su próximo trabajo.
POWERWOLF
Tienen más de 20 años de trayectoria, pero lo cierto es que me enganché a Powerwolf con su Blessed & Possessed (2015), que para muchos fue un punto de inflexión en la carrera de los alemanes. Desde entonces, he visto un crecimiento exponencial y de pocas bandas podemos decir que, con una trayectoria relativamente corta, sean ya capaces de encabezar carteles de festivales tanto nacionales como europeos. Powerwolf ha sabido hacerlo.

Puede que, para mí, la fórmula de los germanos esté algo trillada y que no perciba demasiada diferencia entre un concierto y otro, pese a que cada vez cuidan más el escenario y el despliegue visual, algo que siempre es de agradecer. En estos tiempos, que la música vaya acompañada de espectáculo suma, y mucho.


Otro punto a su favor es que su formación se ha mantenido prácticamente invariable desde sus inicios, y Attila Dorn sigue siendo el frontman que todos esperan. Interactúa con su público en un castellano casi perfecto que nos dejó a todos asombrados, y la banda sabe tomar protagonismo en los momentos estratégicos. Destaca especialmente Falk Maria Schlegel (órgano y teclados), aunque todos trabajan de forma perfectamente coordinada para dar vida a un auténtico ritual satánico de otro mundo.


Tenía algo menos escuchado su último álbum, y comenzaron con “Bless ’em With the Blade”, pero rápidamente entramos en calor con trallazos como “Incense and Iron”, “Dancing With the Dead” o “Armata Strigoi”, que fue precedida por el ya clásico duelo de voces de Attila entre diferentes zonas del público. Puede que esta última sea uno de los temas que los encumbró, y no es para menos, pues es la única que ha permanecido en el repertorio del Blessed & Possessed, y eso que todas las canciones de ese disco son notables.

Es difícil cuadrar un setlist de Powerwolf que contente a todo el mundo, pero lo cierto es que acertaron con la selección. Siguieron con temas que funcionan muy bien en directo, como “Demons Are a Girl’s Best Friend”, “Amen and Attack”, y sus clásicos de cierre: “Sanctified With Dynamite”, “We Drink Your Blood” y “Werewolves of Armenia”, con toda la audiencia cantando a coro.


Lo cierto es que Powerwolf se encuentran en un momento dulce y todo apunta a que seguirán ocupando las primeras líneas de los festivales durante mucho tiempo, y yo que me alegro. Ojalá nos sigan sorprendiendo con pirotecnia, fuego y todo tipo de virguerías durante muchos años más.
THE BROKEN HORIZON
The Broken Horizon llegaban desde la tierra de los Sanfermines, Pamplona, al escenario New Rock del Leyendas con una propuesta de metalcore contundente y un directo pensado para no dejar indiferente a nadie. Desde el primer momento, la banda navarra mostró músculo con un sonido aplastante, riffs afilados y breakdowns capaces de poner a dar saltos incluso a quienes solo se habían acercado por curiosidad. De hecho de manera literal, porque Alex, el cual a asumido por completo las labores de vocalista principal, nos bajó a todos al suelo, sin tregua, y a su orden a la gente no le hizo falta más para volverse loca y saltar sin fin.

La química entre los miembros fue evidente: voces que alternaban guturales feroces y pasajes melódicos, una base rítmica imparable y guitarras que cortaban como cuchillas. Pero el momento más surrealista —y aplaudido— de la tarde llegó cuando Jun, guitarrista de la banda, decidió dejar el escenario, caminar hasta la barra y tocar un tema desde allí, rodeado de fans y birras. Un gesto gamberro que encajó perfectamente con la energía caótica del show.


Los temas de su último trabajo, «Heterodoxy«, «Falling apart», «Enough (is enough)» o la homónima «Until silence speaks» hicieron que el público se entregara por completo, animando el cotarro con circle pits y headbanging constante. The Broken Horizon no solo sonó potente, sino que transmitió actitud y cercanía, dejando claro que disfrutan tanto como el público de cada segundo en directo.
Sus últimos cambios y la reciente publicación del tema «Nebular Echo» marcan la clara y nueva dirección que la banda va a tomar, y os aseguro que no tiene desperdicio.

ANGELUS APATRIDA
Como buena fan del thrash metal desde que entré en esto del metal, lo de Angelus Apatrida en el Leyendas del Rock fue otra demostración de por qué son, sin discusión, la mejor banda de metal de nuestro país y la que más proyección internacional tiene. Los de Albacete salieron a matar desde el primer riff, con una precisión que asusta y una energía que solo las grandes formaciones saben mantener durante todo un set.

El público, que ya sabía lo que venía, respondió con pogos y headbanging desde los primeros compases de “Indoctrinate”. Le siguieron descargas como “One of Us”, “Snob” o “Cold”, donde la velocidad y la pegada de la batería se mezclaron con riffs afilados y solos que hicieron temblar el recinto. El clímax llegó con himnos como “We Stand Alone” y el cierre atronador de «Sharpen the Guillotine» y «You Are Next”, que desataron el caos entre las primeras filas, bueno, y en la de más atrás.


En directo, Angelus Apatrida no solo son una apisonadora sonora: son el estandarte de lo que el metal español puede lograr cuando se combina talento, trabajo y actitud sin concesiones. Y la noche del sábado, en Villena, volvieron a dejar claro que el trono del thrash patrio no admite discusión.
No importa si los he visto una decena o dos de veces, cada concierto es increíblemente aplastador y brutal.


HADADANZA
No se me ocurre mejor forma de poner el broche final a otra edición del Leyendas del Rock que con el espectáculo que ofreció Hadadanza. La banda convirtió el escenario en una auténtica verbena medieval, llena de alegría, color y energía, en la que el folk metal fue el protagonista absoluto.

Con un estilo que recuerda por momentos a Saurom, Hadadanza desplegó melodías festivas, ritmos contagiosos y letras que invitaban a corear. El público respondió formando círculos juglares, con las Andreas como directoras, bailando y celebrando cada canción como si no hubiera un mañana.

La puesta en escena fue un punto extra: vestuarios de época, bailarinas que acompañaban las composiciones y un ambiente que transportaba a otra época, pero con la contundencia del metal como columna vertebral.
Fue un concierto que no solo puso a todo el mundo a bailar, sino que dejó una sensación de comunidad y celebración perfecta para despedir el festival. Hadadanza cerró el Leyendas en el escenario New Rock, y lo hizo por todo lo alto.

A pesar de que el cartel inicial no apuntaba a ser de los más potentes, esta edición del Leyendas del Rock ha superado con creces cualquier expectativa.
Han sido cuatro días en los que no solo hemos disfrutado de conciertos memorables, sino que también hemos descubierto bandas que, sin duda, seguirán sonando en nuestras listas a partir de ahora.
El festival ha vuelto a ser ese punto de encuentro especial donde reencontrarse con amigos que solo vemos aquí, compartir risas, anécdotas y, sobre todo, música. Un año más, Villena nos ha abierto sus puertas y nos ha recordado por qué el Leyendas no es solo un festival: es nuestra casa, y ya contamos los días para volver.
Gracias a todos. Irene y Yolanda.
