ALTER BRIDGE
MADRID – 20 JUNIO 2011
SALA HEINEKEN
Partamos de varios hechos irrefutables. El primero: Alter Bridge es un grupazo como la copa de un pino. Segundo: los conciertos de Alter Bridge están a la altura de lo que escuchamos en sus discos, cumplen y se entregan a tope. Tercero: la sala Heineken es nefasta como sala de conciertos. Con estos condicionantes podemos decir que el concierto en Madrid transcurrió todo lo bien que pudo, y es que cuando esta sala se llena más allá de tres cuartos de entrada, tu percepción del show depende en gran medida de donde te hayas colocado.
El sonido cambia radicalmente de un lugar a otro, y si no eres de los madrugadores que ha cogido sitio en el primer rellano de la sala, olvídate de disfrutar de un buen sonido. Afortunadamente, si por algo se caracteriza Alter Bridge es por mimar el sonido, y gracias a eso, se minimizaron los inconvenientes que presenta esta sala, pero por ejemplo, si comparamos esta actuación con las dos últimas en la capital (Sala Macumba y Riviera respectivamente) no hay color.
Pese a todo no fue mal concierto, la banda alcanzó el nivel que suele, con un Myles cantando de forma soberbia, y un Tremonti aportando carácter y garra con ese estilo tan particular de atacar las seis cuerdas. También es cierto que no pudimos notar muchas diferencias respecto de su última actuación en estas tierras -transcurrida apenas hace medio año-, únicamente las proyecciones que acompañaron como fondo, pero pese a todo mereció la pena, y es que Alter Bridge es una de esas bandas que rara vez decepciona.
Encuadrándose dentro de la gira de presentación de su último trabajo AB III, no podían faltar temas de este plástico, y así sonaron “Slip to the void” -encargado de abrir el show-, “Ghosts of days gone by”, “Still remains” o un acelerado y cañero “Isolation” -que ya sonó en los bises-, pero los verdaderos protagonistas fueron los cortes de sus primeros discos, “Find the real”, “Buried alive”, “Before Tomorrow comes”, los siempre cañeros y bien recibidos “White knuckles” o “Metalingus”, y como no, los “must” que llaman los modernos, es decir, es hits que nunca deben faltar, que en el caso de estos americanos son unos cuantos, pero me quedo con los momentazos de “Broken Wings”, “Open your eyes” y como no, el íntimo “Watch over you” donde la figura de Myles se engrandece; el caso es que este trío de temas siempre levanta al respetable, que voz en grito los canta de principio a fin.
También es de agradecer que no sea una de esas bandas que se abona a la escasa hora y cuarto de concierto, ya que ofrecieron una actuación larga, acorde con lo que se paga de entrada, hora y tres cuartos largas donde también pudimos escuchar otros temas como “Blackbird”, “One day remains”, “ties that bind” o “Rise today”, que fue la guinda que cerró el pastel.
Lo dicho, aisladamente podríamos decir que fue un buen concierto, sin estridencias, el problema surge cuando lo comparamos con sus predecesores. Aún así, está claro que es uno de esos grupos con los que hay que repetir, porque siempre dejan buen sabor de boca.
Texto y Fotos: Juan José Díez
