DAMASK METAL FEST II
SALA SALAMANDRA (Hospitalet de Llogregat, Barcelona)
16 de noviembre de 2019
Damask Events
LACRIMAS PROFUNDERE
Las bandas que abren días de festivales necesitan mucho más reconocimiento del que de verdad merecen. Pasó la primera noche con Nightrage, volvió a pasar con Lacrimas Profundere.
Obviamente el público era el que era, igual de escaso que la noche anterior, así que la respuesta de los asistentes sería también limitada, pero de nuevo nos encontramos con una banda llena de energía, más que las que la siguieron, en opinión de un servidor. Para la tercera canción “Celestite Woman”, ya había algunos fans cantando a coro.
El vocalista Julian Larre estuvo feliz de ver que contaba con aficionados entre el público, cosa que durante Nightrage no había ocurrido. Durante todo el setlist estuvo jugueteando con las primeras filas, yendo de acá para allá sin parar y, para desgracia de nuestros oídos, haciendo ruidos raros e incómodos entre canción y canción, que se mezclaban con su continuo mascar de chicle.
Pero quitando esos pequeños momentos, tuvimos de nuevo un salto desde el escenario para cantar entre el público durante la canción final, “Father of Fate”, y mucho apoyo con sus canciones más famosas, “My Velvet Little Darkness” y “Ave End”. Desde luego, otra banda con un directo muy respetable pero con un público que sólo empezó a aparecer al final del set, y que supo camuflar bien que les faltaba tiempo y que habían tenido que suprimir la canción “Remembrance Song”.
Setlist:
- Dead to Me
- Like Screams in Empty Halls
- Celestite Woman
- My Release in Pain
- Again It’s Over
- The Kingdom Solicitude
- My Velvet Little Darkness
- The Letter
- Ave End
- Father of Fate
EMBERSLAND
Con la sala empezando a llegar a cotas de la noche anterior desde el punto de vista del público, los barceloneses Embersland salieron al escenario celebrando su décimo aniversario como banda rodeados de amigos, tanto en el escenario, con un pequeño coro, como entre el público. El setlist contó con un total de nueve temas que cubrió sus tres álbumes, contando con las destacadas “Strike back” y “Sunrise (Part II)”. También tuvieron tiempo de presentar un nuevo tema llamado “Invocation”.
Lejos de algunos fans que realmente estaban disfrutando del directo, el público no se mostraba entusiasmado por la actuación y, en mi opinión, con toda la razón. Aunque fue buena idea traer un coro al escenario para dar profundidad a los toques sinfónicos de su power metal, no resultó como ellos esperaban: sonaban fuera de las dinámicas de las canciones y del teclado (que es a quien tenían que ayudar más) y no sonaban como si hubieran podido ensayar extensivamente el setlist. Y si solo hubieran sido ellos hubiera estado pasable, pero es que los dos vocalistas no se complementaban bien. Guillermo Sarmiento no tenía la presencia y potencia que suele demandar en el power metal, lo que creaba un potente desequilibrio con Clara, que sí despuntaba de vozarrón, pero que sonaba exagerada y a ratos desafinada. La experiencia resultante deslució el papel del resto de los músicos, que aguantaban la base de las canciones como podían. Una oportunidad desperdiciada de Embersland para atraer a más fans.
Setlist:
- Purity
- Strike Back
- Fatal Obsession
- Kidnapping
- Invocation
- Why
- Hope
- When I Die
- Sunrise (Part II)
ORPHANED LAND
Después de esa cuestionable actuación, el público se fue, cogió aire y volvió para los experimentados artistas de Israel, con su mezcla de progresivo, folk y sinfónico. Los efectos negativos se mantuvieron un buen trecho del setlist, pues el público debería haberse movido en “All Is One” y en el combo “In Propaganda/All Knowing Eye”, pero no sucedió. Había muchos fans entre el público que estaba claro que se conocían las canciones, pero les costaba reaccionar ante los intentos del vocalista Kobi Farhi de animarles.
Fue con los clásicos “Birth of the Three (The Unification)” y “The Kiss of Babylon (The Sins)”, cuando por fin los brazos en alto empezaron a ser más constantes y, con la ayuda de una sala en su mejor forma en cuanto a número de asistentes, el concierto finalmente se volvió más cercano. Quizás fue la segunda parte del setlist, centrado en canciones que Kobi convirtió en mucho más emocionales, como la acústica “Brother”, o la curiosa vinculación de “In Thy Never Ending Way” con la hija del vocalista, que hicieron que el público coreara más y mejor las canciones.
Pero la sombra de ese retraso inicial acabó impactando en la banda cuando se fue a hacer el descanso, pues desde mi posición pude ver que hablaban y dudaban en el lateral de la sala. La banda volvió a subir al escenario con Kobi Farhi diciendo que no tenían mucho tiempo, y dieron instantáneamente pistoletazo de salida a su clásico de toda la vida, “Norra el Norra (Entering de Ark)”. Fue el punto final a una actuación correcta y apasionada de Orphaned Land que el público no acabó de agradecer en algunos puntos.
Setlist:
- The Cave
- All is One
- Like Orpheus
- Let the Truce Be Known
- In Propaganda / All Knowing Eye
- Birth of the Three (The Unification)
- Ocean Land (The Revelation)
- The Kiss of Babylon (The Sins)
- Brother
- We Do Not Resist
- Sapari
- In Thy Never Ending Way
Bis:
- Norra el Norra (Entering the Ark)
STRAVAGANZZA
La actuación tan esperada de Stravaganzza llegó con una sala que prácticamente no perdió asistentes al inicio del concierto. Habíamos sido advertidos previamente de que el setlist iba a ser distinto de lo habitual, en el que explorarían los temas más potentes que normalmente pasaban por alto durante las giras y otros conciertos. Eso también quería decir que el público no iba a estar preparado para corear. En mi caso, este cambio no me afectaba. Antes de saber que vendrían a la Damask Fest no les había escuchado nunca, lo admito, así que asistía al concierto únicamente con la mente y las orejas abiertas a lo que Leo y compañía nos pudieran ofrecer.
En cuanto a sonido general, Stravaganzza gustó, pero Leo era incapaz de llegar a los registros más agudos de sus canciones más exigentes cuando se le requería. Dominó bien todas las canciones que no tuvieran ese extra. De hecho, fui sorprendido en canciones como “Impotencia II” y “Miedo”, en los que esa potencia podía sustituirse perfectamente por un gutural, y me encajaban muy bien con los registros más graves de guitarras y bajo. Más hacia el final del setlist, canciones como “Oveja Negra” y “Dios” sirvieron para recordar al público (a estas alturas ya igual o más reducido que el de la noche anterior con Finntroll) que no solo tocarían lo que no solían tocar.
A cambio, el público, que como he dicho fue menguando progresivamente, respondía a ratos y sólo cuando Leo de verdad empujaba a responder con preguntas directas, cuando gastaba bromas o cuando anticipaba canciones como “Hermanos” o “Agonía”. Al final, sólo los fans más acérrimos se quedaron para animar y continuar la fiesta.
Tengo que decir que si algo destaca en Stravaganzza son sobre todo los músicos que la completan, con un Carlos Expósito a la batería que, como dijo el propio Leo, suena como un disco haciendo más fácil el trabajo de las excelentes guitarras de Miguel Ontivero y Pepe Herrero, que está vez no tuvo que dirigir a la orquesta, ya que Stravaganzza no contó con ninguno de los invitados habituales, ni siquiera las bailarinas de Zarina, las «Stravadancers». Expectacular también el trabajo de Patricio Babasasa que con sus movimientos llegaba a recordar a Trujillo (de Metallica) en algunos momentos.
La banda se fue al lateral para su minuto de descanso antes del final con un resultado bastante similar al de Orphaned Land: el tiempo apremiaba. Las caras de confusión eran evidentes, pero Leo no se amilanó y tocó el tema más largo de la velada, también muy conocido, “Réquiem”, cerrando definitivamente un festival que casi todo el tiempo funcionó a medio gas y, en general, me ha dejado un sabor agridulce.
Setlist:
- Dolor
- Grande
- Máscara de seducción
- Maldita oscuridad
- Paraíso perdido
- Impotencia II
- Cuestión de fe
- Perdido
- Hermanos
- Agonía
- Miedo
- Cárcel de piel y hueso
- Oveja negra
- Dios/Odio
Bis:
- Réquiem
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