SCORPIONS + DIVLJE JAGODE
BELGRADO – 10 JUNIO 2018
ŠTARK ARENA
Tras suspender la fecha prevista en diciembre por enfermedad de su cantante, los Scorpions pudieron por fin tocar en Serbia por primera vez en su historia. Lo hicieron en el mismo recinto en el que el Real Madrid ganó la Euroliga de baloncesto en mayo, donde unas 10.000 personas esperábamos a los alemanes.
Antes de que aparecieran, la banda local Divlje Jagode (“Fresas salvajes”) fue caldeando al público con su propuesta de hard rock con claras influencias de Dio, los primeros Whitesnake o Deep Purple. Fueron bien acogidos por un público que los conocía y que disfrutó del buen sonido de sus canciones.
Tras la caída del telón y la emisión de un vídeo introductorio sonaron los primeros acordes de “Going out with a bang” y la banda demostró que tenía al público comiendo de su mano desde el primer minuto. Poco tardaron en tirar de clásicos de su época dorada como “The zoo”, “Is there anybody there?” y “Coast to coast”. Fue con ese tema cuando pude comprobar una de las notables diferencias con respecto a 2011, cuando vi a la banda en Alemania. Alargaron las partes instrumentales en casi todas las canciones para dar más descanso a Klaus Meine. No hay que olvidar que tanto él como Rudolf Schenker tienen 70 años, aunque al guitarrista rubio platino se le vio correteando de aquí para allá durante todo el concierto.
Eso no restó ritmo a la primera parte del set, en la que acertadamente han incluido un medley con canciones de sus discos de los setenta, que sirvieron para que muchos seguidores comprobaran que antes de pegar el pelotazo ya eran una banda sólida. Después, como era de esperar, vino el momento para darle un giro más íntimo a la velada, con temas como “Follow your heart” o “Send me an angel”.
Parecía que el entusiasmo se desinflaba un poco, pero entonces llegó uno de los momentos más emotivos que he vivido nunca en un concierto. El pabellón entero cantando a capella “Wind of changes”, con bastantes personas haciéndolo con el rostro poblado de lágrimas. No hay que olvidar todo el sufrimiento que se vivió no hace mucho en esta zona, ni tampoco el tremendo esfuerzo que está haciendo la gente de a pie por volver a situar a los Balcanes en la primera línea de países europeos.
“Tease me, please me” sirvió para retomar el lado más roquero, seguida del homenaje a Lemmy con “Overkill” y el solo del exbaterista de Motörhead, Mikkey Dee. Recuerdo haber leído hace tiempo que Dee era demasiado bueno para estar en una banda de ritmos ¨básicos” como Motörhead. Probablemente lo sea también para Scorpions, pero lo cierto es que demostró mucho mejor hacer que su predecesor James Kottak.
De ahí hasta el cierre, clásico tras clásico, con “Blackout” y “Big city nights” primero y después… LA BALADA “Still loving you” y la despedida con “Rock you like a hurricane”. Quienes tengáis dudas antes de verlos en el Rock Fest de Barcelona, no temáis. El tiempo pasa, indudablemente, pero los alemanes siguen mostrando muy buen hacer sobre el escenario.
Miguel Hernández García (Fiti)
