RESURRECTION FEST
JUEVES – 26 JUNIO 2025
VIVEIRO
Tras una apertura por todo lo alto, el Resurrection Fest vivió una segunda jornada multitudinaria, donde destacaba el plato fuerte de Korn, dispuesto a cerrar las heridas abiertas de su actuación fallida en 2022.
Antes de dicha actuación, se pudo disfrutar de un cartel variado en los cuatro escenarios del festival. Nuestro primer show del día fue el de Northlane, metalcore de corte moderno que cuajó una actuación decente ensombrecida en su inicio por algún que otro problema de sonido. Australia se ha convertido en una buena cantera de bandas del metalcore, y desde la explosión de Parkway Drive, hay un interés creciente por las bandas de nuestras antípodas.

Metalcore canónico, pinceladas electrónicas, y en líneas generales, una actuación digna que contó con una gran afluencia ya desde estas primeras horas.
«Carbonized», «Bloodline», «Dante» o «Clockwork» fueron algunos de los temas con los que Viveiro empezó a levantarse.
MESSA
Muy diferente lo ofrecido por Messa y su doom rock intimista de toques oscuros, con una gran Sara Bianchin a las voces, aportando una fuerte identidad con esa languidez tan marca de la casa, y es que uno de los puntos fuertes de la banda es ese contraste entre la rocosidad de la música y la suavidad de la voz, mezcla curiosa, pero efectiva.

La música de Messa encaja mucho más en la intimidad de una sala de conciertos, pero aún así, convencieron al siempre exigente público del Desert Stage.
SEVEN HOURS AFTER VIOLET
A priori, el mayor aval de Seven Hours After Violet es la presencia al bajo de Shavo Odadjian -System of a dawn-, pero en su concierto demostraron ser una banda perfectamente engrasada que va mucho más allá del nombre de su ilustre fundador.
Metacore canónico sin estridencias, en una banda equilibrada alejada de personalismos, y que logra que la audiencia explote en un desenfreno constante de crowdsurfing, pogos y demás.

Evidentemente el setlist estuvo monopolizado por los temas de su único disco -el que da nombre a la banda- y en líneas generales se podría decir que resultaron convincentes.
CONAN-MUNICPAL WASTE
En todo Resurrection Fest hay momentos que se «pajarea» entre escenarios. Dicho momento del jueves nos llevó al Desert para otra propuesta de doom-stoner con unos Conan viscerales y excesiva crudeza -«Desolation Hexx», «Levitation Hoax», «Ritual of Anonymity», «Hawk as weapon», «Forehammer»-, bien pero algo monótonos, y de ahí al Ritual Stage a vivir una dosis de rapidez desenfrendada con ese thrash old-school de Municipal Waste, cuya actuación fue una orgía de velocidad, clasicismo y ganas de pasarlo bien.

Su thrash escapa de los habituales formalismos de seriedad, logrando una descarga rebosante de potencia de esas que logran levantar a los cadáveres -que ya se veían unos cuantos- del suelo. Buen chupitazo de energía.
TILL LINDEMANN
Menudo circo de los horrores el montado por el vocalista de Rammstein, Till Lindemann , con su proyecto en solitario. Un festival de lo grotesco tamizado de industrialidad, y adornado por un rojo masivo que monopolizaba todo, desde la ropa de la banda (con fuerte presencia femenina, a las dos guitarras y teclados), micrófonos, guitarras, batería… hasta la cara del propio Till, que con esa expresividad tan marca de la casa logró su objetivo de incomodar a la audiencia y no pasar desapercibido.
Su música tiene ese fuerte componente industrial tan efectivo en directo, cambios de ritmo contundentes y secciones orientadas al headbanging masivo, que sí, funcionan a las mil maravillas, pero a base de abusar de ellas acaban siendo algo repetitivas.

Ahí sonaron «Zunge»,»Scheweiss», «Fat», «Golden Shower», «Sport Frei», «Blut», «Praise Abort», «Allesfresser»… algunas con un show un tanto incomprensible, como el momento en que se pusieron a lanzar tartas a la audiencia ¿a santo de qué?, aunque para momento grotesco e incómodo, el momento en que su batería recubierto de artificios de latex ofreció su propio circo de los horrores -mejor no entrar en detalles- o el tema «Fish On», donde empezaron a lanzar pescado -de verdad!- al público.
También hubo espacio para esa extraña y peculiar versión del «Entre dos tierras» de Héroes del Silencio, que lo que podemos decir es que resulta….curiosa.
Si no quería pasar desapercibido, lo logró. Till Lindemann ofreció ese show extraño donde se mezcla lo extravagante, la lascivia y lo puramente industrial. ¿Extraño? mucho, ¿Original? algo, ¿Convincente? Pse…
EL ALTAR DEL HOLOCAUSTO
Que mejor forma de limpiar el ambiente, que con el post-rock elegante de El Altar del Holocausto, cuya homilía en el Desert Stage fue toda una oda al buen gusto y la música pura.

Ataviados con su habitual indumentaria, ofrecieron un conciertazo sin matices, donde todo sonó a las mil maravillas y ese toque visual extra de su espectáculo consiguió crear un ambiente único. Los «Caridad», «El Silencio de un Gesto», «Amen», «De Euforia» y demás sonaron con la pulcritud necesaria para disfrutar de su complejidad.
De lo mejor del día.
KORN
Por fin el Resurrection Fest dejó de estar «kornsternado» y se cerró la herida de aquella cancelación de última hora en la edición del 2022. Los americanos ofrecieron un gran show digno de un gran cabeza de cartel, con una escenografía «bombástica» comandada por cuatro torretas de luz móviles que resultaron muy vistosas y efectistas, y con una banda en buen estado de forma que repasaron sus hits y lograron que todo Viveiro se fuera con dolor de cervicales.
Es muy fácil remar con todo a favor, el público estaba ávido de recibir la descarga de Korn, y así cada tema fue coreado, saltado y seguido masivamente, logrando esa comunión total que siempre se persigue en los directos.

Ahí estuvieron los «Blind», «Twist», «Here to Stay» para levantar a todos desde el principio, con un Johnatan Davis guiando a las masas, el contraste entre la efusisivad de la guitarra de Brian Welch y la sobriedad de Munky, la potencia de Ra Diaz y sobre todo de un Ray Luzier a la batería que sustenta todo el engranaje de la explosividad de la banda.

De principio a fin, Viveiro botó, vibró, y surfeó, en una actuación de esas en las que uno acaba exhausto pero feliz, y es que los «A.D.I.D.A.S», «Y’ALL WANT A SINGLE», «4 U», «Falling Away From Me», o «Freak on a Flesh» ya forman parte de la memoria colectiva, y vivirlos en directo es toda una experiencia.
Herida cerrada. Conciertazo impepinable.
Mañana más.
S.A. Sánchez y Juan José Díez
Fotos: Resurrection Fest
Foto El Altar del Holocausto: Miguel Capelli