Z! LIVE
VIERNES – 13 FEBRERO 2025
IFEZA
Si midiésemos la popularidad de las bandas por las camisetas del público asistente, sin duda alguna, el ganador por aplastamiento serían los escoceses Alestorm, que convirtieron Zamora en un festival de color amarillo de patitos de goma, lo que viene a demostrar la pujanza de su propuesta festiva.




MORPHIUM
Tras la apertura del viernes de la mano de Sauldie e Injector -lamentablemente no pudimos llegar a tiempo, a veces resulta imposible cubrir todo el festival-, llegó el concierto de los catalanes Morphium, una banda que ha estado presente en distintas ediciones del Z! Live y que se siente como si jugara en casa.


Ofrecieron un buen show donde la garra y la contundencia fueron los protagonistas, metal contemporáneo muy bien recibido por un público más habituado a sonidos más clásicos, que disfrutaron con el buen hacer de una banda que impele constantemente a la gente para mantener la intensidad y que la energía no decaiga a lo largo del todo el show.


Morphium es una buena banda, con temas muy competentes, además tuvieron muy buen sonido, como único punto negativo destacaría la «manía» de su vocalista de llamar «hijo de puta» al público cada dos minutos. Entiendo la mala leche que quiere transmitir, pero a veces acaba resultando un poco molesto.

Este concierto del Z! Live nos sirvió para ver en directo a sus nuevos integrantes -guitarra y bajo-, que se mostraron muy compenetrados con el resto de la banda, firmando un show de lo más interesante.
NOCTEM
Siempre me ha resultado curioso el caso de Noctem. Habituados como estamos a que los grupos de black provengan de regiones donde la luz del sol suele ser algo anecdótico, que unos chicos de Valencia opten por este estilo es cuanto menos curioso.

Además, ejecutan un black visceral lleno de oscuridad, apoyados por una fusión música-iconografía que genera la atmósfera ideal para disfrutar de esta música. El comienzo del show fue un poco abrupto, con problemas de sonido en el micro de Beleth que impidió que la voz se escuchara hasta mitad del tema, menos mal que una vez resueltos los problemas, fue todo un torbellino donde la oscuridad inherente de su música contrastó con el sol inclemente del viernes zamorano.


«The Black consecration», «Ths submission discipline», «Sulphur», «Let that is dead sleep forever» o «A Cruce Salus» fueron algunos de los temas que sonaron, y que hicieron que Zamora viajara a latitudes mucho más nórdicas. Buen show, y otro ejemplo más del amplio espectro de la escena metalera nacional.

ANGELUS APATRIDA
Angelus Apatrida no sólo son los referentes del thrash patrio, si no que su buen hacer les ha convertido en uno de los grupos más pujantes en la escena internacional, algo casi ineludible si juntamos unos discos llenos de buenas composiciones con un directo atronador.

Cualquiera que haya podido asistir a un concierto de Angelus Apatrida ya sabe lo que va a encontrarse, y su actuación en Zamora no fue una excepción, una sucesión de latigazos sonoros que no dejan títere con cabeza -sonaron cortes como «One of us», «Indoctrinate», «Give em war», «Sharpen the guillotine», «You are next» entre otros-, y una banda que funciona como un reloj de precisión.


El público vibró, se atrevió tímimamente a hacer algún pogo, y Zamora tuvo todos los ingredientes que se le pueden pedir a un buen concierto de metal. Angelus Apatrida son ya todos unos veteranos con una formación que se ha mantenido inalterable a lo largo de los años, y eso se nota, son una apisonadora que allá donde van, convencen.

ALESTORM
¿Lo de Alestorm es un concierto, una fiesta o ambas cosas? Como hemos dicho, fueron los ganadores por aplastamiento en cuanto a la indumentaria de los asistentes, lo que demuestra las ganas de fiesta de una audiencia que gozaron de lo mismo con esta propuesta desenfrenada de esta banda escocesa que sobrepronuncia las erres casi mejor que un español.

Los tres inmensos patitos de goma hinchables del escenario fueron testigos de excepción del aquelarre festivo de Alestorm, que ya desde los primeros acordes lograron la adhesión unánime de una audiencia totalmente entregada al desenfreno.

Temas potentes – «Keelhauled», «Pirate Metal Drinking Crew», «The sunk’n Norwgian», «Mexico», «P.A.R.T.Y» o la celebérrima «Drink» fueron algunos de los elegidos-, buen rollo a raudales y un espíritu festivo que llenó de sonrisas al público del Z! Live y que puso el listón muy alto a las bandas que estaban por llegar.

Paradigma perfecto de lo que tiene que ser un concierto. Buena música, diversión y entrega total.

ACCEPT
El sempiterno heavy metal canónico de Accept encabezaba esta segunda jornada del Z! Live, una propuesta inalterable a lo largo de los años y que sigue manteniendo su vigencia. Un concierto de Accept es toda una declaración de intenciones y es en sí mismo mucho más que una mera actuación en directo, es una oda al clasicismo, un homenaje a la historia del metal y un puñetazo en la mesa para gritar por todo lo alto que esta música sigue teniendo futuro.


Tuvieron un sonido descomunal, el trío de guitarras Uwe Lulis, Wolf Hoffmann, y Philip Shouse sonaron a las mil maravillas, al igual que la voz de un Mark Tornillo que clava los temas manteniendo la intensidad de principio a fin -no es fácil con ese timbre tan personal- generando una ola de nostalgia ochentera con la que la parte más veterana del festival vibró de lo lindo, pero es que además, es tal la potencia que resulta difícil no dejarse llevar por ese tsunami de esta máquina teutónica de puro metal.


A Wolf se le ve disfrutar sobre el escenario, su sonrisa es un fiel reflejo de como vive la música, y eso acaba resultando contagioso. Cuando una banda disfruta, se nota. Repasaron su extensa discografía, sonando en Zamora, entre otros, temas como «The Reckoning», «Restless and wild», el medley «Demon’s Night / Starlight / Losers and Winners / Flash Rockin’ Man», «Teutonic Terror», «Pandemic», el icónico y muy coreado «Princess of the dawn», «Fast as a shark», el histórico «Balls to the wall» o «I am Rebel» como guinda final de un show que fue todo un bombazo y que les hizo cumplir con creces en su papel como cabezas de cartel.



Los clásicos nunca mueren.


SAUROM
Tras ello, viraje hacia un universo mucho más melódico de la mano de los nacionales Saurom, una banda que ha ido forjando su camino con inteligencia y pasos firmes, viviendo un crecimiento constante que les ha convertido en una de las bandas más representativas de la escena patria.

Una intro en la gran pantalla del principito fue el pistoletazo de salida para que Saurom destapara el tarro de las esencias en Zamora, con esa propuesta musical en la que se dan la mano influjos celtas, calidad melódica, y buen gusto.

Aunque a estas alturas el cansancio ya era visible en buena parte de los asistentes, la música de Saurom logró insuflar un hálito extra de energía en una audiencia que vibró con temas como «El principito», «Irae Dei», «No seré yo», «La batalla con los cueros de vino», «Baobas», «Todo en mi vida», «La llorona», «El lazarillo de tormes», «El rey qe no sabía mendar», «El círculo juglar», «Fuego» o «La taberna»
Y hasta aquí llegó nuestro segundo día. Sentimos no haber tenid fuerza para el cierre con Lujuria, pero había que ahorrar energía para un tercer día.
S.A Sánchez y Juan José Díez