Crónica: nostalgia noventera con The Smashing Pumpkins en Mad Cool – Miércoles 10 – Julio 2024

0

MAD COOL 2024

MADRID – 10 JULIO 2024

ESPACIO IBERDROLA MUSIC

Un miércoles tórrido dio la bienvenida a una nueva edición del festival Mad Cool, segundo que se celebra en el espacio Iberdrola Music en el distrito de Villaverde y que tanta polémica suscitó el año pasado. La organización tomó nota y este año ha intentado mitigar muchos de los problemas que se sufrieron (sufrimos) el año pasado, con una reducción de aforo -este miércoles se caminó bien y nunca hubo sensación de agobio-, una nueva distribución -y disminución- de escenarios, y sobre todo, una nueva y mejor pensada ubicación de los baños que el año pasado mutaron en grandísimos cuellos de botella.

Bajo estas nuevas condiciones, el mayor problema fue el calor sofocante de Madrid en Julio, si no, que se lo pregunten a Shirley Manson, vocalista de Garbage, que las pasó canutas con el calor, teniendo que recurrir a toallas con hielo para refrescarse y acabando el concierto amarrada a los ventiladores del escenario. Más de 30 años llevan los escoceses visitando nuestro país y siempre haciéndolo con conciertos dignos, corrección que es lo único que se puede destacar de su paso por Mad Cool, sonaron bien, desgranaron buena parte de sus éxitos más reconocibles («I think I’m Paranoid», «Special», «When I Grow Up», «Push It», «Only Happy When It Rains»), cumplieron y se fueron sin dejar un gran recuerdo.

Garbage son una gran banda, perfectamente engrasada y que no falla una nota, a su batería Butch Vig le debemos además su aportación como productor a grandes discos como el «Nevermind» de Nirvana o el «Gish» de The Smashing Pumpkins, y como baterista mantuvo la intensidad pese al agobio y al sol inclemente.

Siendo este un medio dedicado a los sonidos más recios del rock y el metal, en la cobertura de un festival como Mad Cool solemos estar como pez fuera del agua, pero explorando el cartel siempre se encuentran propuestas interesantes, como los madrileños Nadye, que ofrecieron un buen concierto en una de las carpas pequeñas, transportando un poco la esencia de concierto de sala a un macro festival como éste.

Puede que muchos llegaran hasta este concierto por la protección que ofrecía la sombra del escenario, pero se fueron con una sonrisa en el rostro gracias al buen hacer de una banda agradecida y entregada y cuyos temas como «Todo Arde», «Seguimos Vivos», «lejos» o «Daños colaterales» fueron todo un oasis de autenticidad.

Dua Lipa es toda una reina del pop, como tal, sus temas convirtieron el Mad Cool en una gran pista de baile entregada al más absoluto hedonismo. Dua es una artista total, desprende un magnetismo brutal, baila bien, canta mejor y ofrece un espectáculo donde el amplísimo cuerpo de baile goza de mucha más importancia que unos músicos relegados a un segundísimo plano. Para estándares roqueros resulta extraño, pero hay que reconocer que en cuanto a puro entretenimiento, es un producto magnífico. Teniendo en cuenta que las bases electrónicas y buena parte de la música va totalmente grabada, es normal que todo suene a las mil maravillas y que el producto cumpla su objetivo, que no es otro que engrandecer aún más la figura de Dua Lipa mientras el público baila de lo lindo ignorando las trazas de artificialidad de una actuación medida al milímetro.

De nuevo, el escenario Mahou Cinco Estrellas fue refugio para los amantes de la distorsión, sobre el papel la actuación de Dead Posey tenía todos los ingredientes para disfrutar, banda enérgica, frontwoman explosiva y temas con gancho, lamentablemente los problemas técnicos ensombrecieron su actuación, que empezó con media hora de retraso y acortó su ya de por sí escueta actuación.

Además, sonaron regular, con la voz de Danyel Souza casi inaudible, que además ofreció una actuación un tanto errática, prestando más atención al cámara que al público. Una lástima de actuación emborronada por múltiples factores.

Menos mal que estaban The Smashing Pumpkins para dejar un buen sabor de boca en el cierre de este primer día de Mad Cool. Y es que Billy Corgan y los suyos son de esas bandas que siempre cumplen, que sin grandes aspavientos ni derroches innecesarios, pura solvencia al servicio de la nostalgia; y es que de eso se trató el concierto de The Smashing Pumpkins, y viaje a los noventa guiado por sus grandes himnos, con un Billy Corgan envuelto en su sobriedad habitual, que envuelto en su túnica de negro sacerdote se mostró curiosamente cercano y simpático, siempre secundado por un prístino James Iha -que se sorprendía de nuestros tardíos horarios y de que nadie quisiera darle de cenar a las 18:30, ¿en serio, James?- y donde el dinamismo y la alegría llegaba de la mano de su nueva guitarrista femenina Kiki Wong, que se lució en los pocos momentos en los que le cedían el protagonismo.

«The Everlating Gaze» y «Doomsday clock» abrieron el show, seguido por una versión prescindible del «Zoo Station» de U2, al igual que un solo de batería que a estas alturas de siglo resulta super extemporáneo, menos mal que se remedia pronto con hitazos como «Today» o «Tonight, Tonight», y es que en cuanto a himnos generacionales se refiere, The Smashing Pumpkins van sobrados, y pueden tirar de ellos para evitar que la intensidad decaiga, ya que es imposible no emocionarse con «Bullet With Butterfly Wings2, «Jellybey» o «Zero».

Sobrios, sí, pero irreprochables en el aspecto técnico, y cumplidores con el público que demanda sus clásicos. No será el concierto de nuestras vidas pero fue lo mejor de la noche. 36 años se cumplían desde que Billy y James tocaron por primera vez, casi nada.

El jueves segundo asalto, y de los importantes con la vuelta de Pearl Jam.

Juan José Díez y S.A. Sánchez

Fotos: Madcool

Compartir

Deja un comentario