AIRBOURNE + BLUES PILLS
MADRID – 1 DICIEMBRE 2022
PALACIO VISTALEGRE
MADNESS LIVE
Tras cancelaciones, aplazamientos y demás derivadas pandémicas, por fin llegó la gira de Airbourne a España, y por fin pude saldar una de esas cuentas pendientes desde hace tiempo. Más de 20 años escribiendo de conciertos, y por unas razones o por otras, nunca les había visto en directo.
Antes de que llegara el plato fuerte, abrieron la noche los suecos Blues Pills, una banda interesante pero con una propuesta que no pegaba en exceso con el rock explosivo de Airbourne.
Lo suyo es más un viaje a los 70, a ese rock con fuerte influencia del blues, un poco más sosegado y elaborado. Tuvieron que lidiar con una afluencia escasa, cosa que iría mejorando según avanzaba su actuación, si bien los primeros temas resultaron un tanto desangelados en cuanto a público.
Protgonismo absoluto de su vocalista Elin Larsson, un volcán lleno de energía que no paró de moverse por todo el escenario, incluso bajando varias veces para juntarse con la multitud. Su buen trabajo logró animar a un público inicialmente frío, en el que poco a poco fue calando la música de Blues Pills.
Zach Anderson y Kristoffer Schander (guitarra y bajo) estuvieron algo estáticos aunque hicieron bien su trabajo. Luces sobrias, sonido algo mejorable y en líneas generales, actuación aceptable. Lo peor, algo que no es culpa suya, es que no pegaban en exceso con el cabeza de cartel.
Asistir a un concierto de Airbourne es equivalente a entrar en un deportivo tuneado, encender el motor, dejar que ruja, acelerar a tope y no aflojar hasta que llegues al final del camino. No hay concesiones en forma de descanso, temas lentos, baladas o cualquier cosa que baje el pistón, no, cada tema más enérgico que el anterior y show siempre en ascenso.
Empezar con «Ready to rock», «Too much, too young, too fast» y «Firepower» es toda una declaración de intenciones, tres cañonazos para que el público reaccione, entre con ganas en el espectáculo y la energía no decaiga, algo imposible si tenemos en cuenta el desempeño de Joel O’Keeffe, siempre pendiente de lograr el apoyo de un público que estuvo entregadísimo.
Por si todavía quedaba algún despistado, con «Girls in Black» se subió a hombros de un asistente y comenzó a tocar entre el público, antesala del momento cerveza, ese en el que rompe una lata y comienza rociar al respetable en un baño de cebada y puro rock.
Me gustó bastante el trabajo de Justin Street al bajo y Jarrad Morrice a la otra guitarra, sobre todo en el permanente apoyo con los coros, haciendo que los temas sonaran lo más parecido a los discos pero de forma orgánica, sin partes pregrabadas, puro rock and roll.
Buen juego de luces, gran telón de fondo, (que se cambió varias veces), y un Joel muy simpático que agradecía al público su presencia (ahora ya sí, bastante multitudinaria aunque sin llenar Vistalegre). Los temas caían sin descanso, como hemos dicho, la intensidad no podía bajar, «Back in the game», «Burnout the nitro», «Boneshaker» fueron los siguientes en caer, y a continuación unos «Bottom of the well» (donde sacó la mega linterna para apuntar a la multitud) y «Breakin Outta Hell» muy coreados por el público madrileño.
Airbourne es una banda de puro rock and roll, que bebe de clásicos como AC/DC (referencia ineludible) o Motörhead y al eterno Lemmy, al cual dedicó «It’s all for Rock’n’Roll» preparando cuatro grandes cubatas para la banda, que posteriormente cedieron a un público que los atrapó al vuelo. Con otro himno al rock «Stand up for rock’n’roll» iniciaron su retirada.
Obviamente quedaban los bises, tres trallazos con los que subieron aún más, si es que era posible, la energía, una fuerte sirena sirvió de antesala para «Live it up», «Rock’n’roll for life» y un bombástico final con «Runnin’ Wild», precedido de otro «momento cerveza»
Pura pasión, pura energía, puro rock and roll.
Texto y fotos: Juan José Díez
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