PEARL JAM – Gigaton
Republic Records/ Universal
6/10
El pasado 27 de marzo salió el esperado álbum de la banda Pearl Jam, producido por Josh Evans y la banda. Es el undécimo álbum, después de recibir un Grammy en el 2014 por su anterior disco y haber sido incluidos en el “Rock and Roll of Fame en el año 2017.
Ya con los primeros temas escuchados sigo notando que su acercamiento al sonido de un rock mucho más clásico sigue latente como en toda su carrera musical. Con “Who Never Said” arranca con fuerza y provocación con esos sonidos de los noventa; el comienzo me ha recordado ciertos efluvios de los Who y que nos da paso a otra enérgica “Superblood Wolfmoon” con guitarreo pero sin llegar a nada más.
“Dance Of The Clairvoyants” fue el primer single que sacaron de adelanto y de desconcierto para los fans…post-punk, funky, sonido de sintetizadores, me recuerda el señor Vedder al señor Byrne de los Talking Heads…nunca me lo hubiera imaginado.
Con “Quick Escape” ya están de vuelta con el rock clásico, con reminiscencias de Led Zeppelin tanto en el sonido como en las letras, a destacar ese sonido de bajo de Jeff Ament tan caracterisco de los Zep.
Con las dos canciones siguientes, la banda de Seattle da un giro con dos temas más sosegados, la electrónica “Alrigtht” y el medio tiempo “Seven O’clock”, en el que Eddie Vedder muestra su parte más solemne con la letra que apunta directamente al señor Trump.
De nuevo un cambio y vuelta al rock con guitarreo y algo de velocidad en “Never Destination”, al igual que con la grunge “Take The Long Way”, pero sin llegar a la altura de esos grandes temas de sus inicios.
Y a partir de aquí, el disco se hace un tanto soporífero, “Buckle Up” , la única compuesta solamente por Stone Gossard que parece una nana pero infunde algo positivo y “Comes Then Goes” en plan acústico, con letras interesantes pero que se hace larga. Sigue otro medio tiempo, y más de lo mismo con “Retrograde”, también se hace larga y mediocre.
Y para finalizar, un tema que Vedder ya había cantado en vivo en su concierto en solitario en el 2017, “River Cross”, un tema un tanto ceremonioso, sonido funerario, un sermón un tanto prolongado que no nos lleva a ningún lado.
A pesar de que Pearl Jam sigue siendo una gran banda y que este último trabajo ha superado el “desencanto” que supuso para muchos el anterior disco, el “Lightning Bolt” (2013) -a pesar de haber ganado el Grammy- tampoco llega a los espléndidos tres primeros trabajos.
Quizás se puede resumir que sigue siendo un álbum experimental de nuevo, con falta de musicalidad, pero con letras de contenido político, muy sugerentes, actuales y combativas. Gigaton es un disco más para añadir a la discografía de la banda que no hará historia.
ZENON PM