CRÓNICA: Una noche con la compañía de El Drogas y sus brujas en Villava (Pamplona) - Diciembre 2019

EL DROGAS

06 de diciembre de 2019

Sala Totem (Villava, Pamplona)

Organiza: BLACK IZAL

Tras agotar hace meses la primera fecha anunciada en Pamplona para la presentación de «Solo quiero brujas en esta noche sin compañía«, la segunda llegaba con cambio de sala, a la Totem de Villava y un día antes. Y si en la primera colgaban el sold out, en esta segunda se quedaron rozándolo por muy poco.

«Solo quiero brujas en esta noche sin compañía» es el nuevo trabajo de El Drogas, que está formado no de 1, ni 2, si no de 5 discos y más de 40 temas nuevos, y, si esta noche trataba de presentarlo, la cosa auguraba que el concierto no iba a durar 1h y poco.

Tras African Reggae de Nina Hagen que sirvió como intro a la banda, Enrique Villareal «El Drogas» apareció en escena, saludó a una sala llena hasta los topes y se sentó en el piano que se encontraba en uno de los laterales del escenario para interpretar Tienes dos manos, durante la que se fueron uniendo Eugenio Aristu «Flako» que comenzó la noche al contrabajo y que fue alternado con el bajo según se requería en cada momento, Brigi Duke a la batería y Txus Maraví a la guitarra.

El primer bloque se basó por completo en la presentación de los 5 nuevos discos que componen el último trabajo, y así pudimos disfrutar del single Al salir la luz, seguido de otros como Sin Lámpara, La Mala suerte, Con ridículo sombrero, Aquí no tienen nombre o Se termina ya; un comienzo light, más acústico, aunque con sus ratos cañeros, pero que nos hacia ir entrando poco a poco en calor.

El Drogas se olvida de la guitarra acústica y cede todo el protagonismo del instrumento eléctrico a Txus Maraví que, aunque le costó salir de su posición, al final nos deleitó con una gran cantidad de solos, muy versátiles, al frente del escenario.

Para el que quería algo más de caña el siguiente era su bloque que abría con Peineta y Mantilla que, para mí como buena «manchega exiliada» es uno de los grandes momentos del concierto. También pudimos escuchar Come elefantes, No hay tregua y En la silla eléctrica (Barricada).

Tengo que reconocer que Brigi Duke ya me parece un gran cantante, pero tengo cierto fanatismo por lo que transmite con la batería y que puede hacer que retumbes por dentro con los golpes de sus timbales y su bombo, pero también sabe acompañar de manera más pausada en los momentos necesarios. Es una bestia que sabe contenerse en los momentos precisos.

Frío anunciaba que volvíamos a bajar las revoluciones poco a poco, pero El Drogas no perdió la oportunidad de bajar al público y cantar uno de los temas más versionados de la historia, original de Manolo Tena; inmediatamente después sonaba Cordones de mimbre y, tras esta, una buena dosis de lo nuevo, con temas como Solo es febrero, La mujer del Aguacero o ¿Por qué? en la que El Drogas se cuelga la guitarra acústica de nuevo y, además la armónica y Txus Maraví nos deleita con la interpretación del tema con la guitarra en apaisado.

Para la maravillosa Reír tu boca, volvemos al piano de El Drogas y al contrabajo de Flako, y en Gota a gota Brigi deja la batería para acompañar con un kazoo y unos coros de lo más operísticos al tema.

Tan solo llevábamos la mitad del set list, pero ya habíamos sobre pasado la hora y media y, sabiendo esto me pregunto ¿cómo es posible que una persona de 60 años demuestre tanta calidad y siga dejándose la piel durante 3h de concierto, tocando más de 40 temas por bolo, y las bandas nuevas apenas consigan llegar a las 2h sin lamentos? Sigo sin tener respuesta. Lo que sí tuvimos fue otra buena dosis de rock en lo que restaba de concierto.

Con pinturas de guerra, Mientras arde tu país, A cara o cruz y Cinco cuchillos volvían a subir las revoluciones para culminar con Oveja Negra de Barricada, tema que puso a saltar a toda la sala. Creo que el set list fue muy bien compuesto, ya que a En punto muerto le sucedía Ya podemos irnos, y tras este La hora del carnaval, Todos mirando y Hacha y Tiza, es decir, que para los que no conocían al completo el último trabajo tampoco había mucho tiempo para que se pararan a pensar en ello. Supieron jugar a la perfección con la atención de la gente haciendo esta «mezcla» de temas nuevos y más viejos, al menos a mí consiguieron engatusarme las 3h para que ni siquiera mirara el reloj.

Con Hacha y Tiza, que volvía a ser interpretada al piano por El Drogas y al contrabajo por Flako, se despedían. Primero el señor Enrique Villareal, que lanzó un beso al aire y desapareció por la puerta trasera. Tras él Txus dejó su guitarra, y al poco Brigi Duke siguió a sus compañeros, dejando al Flako solo en el escenario, que interpretó al contrabajo las últimas notas del tema entre aplausos. Me pareció una salida fascinante, todo hay que decirlo.

El Drogas

Claro, que también conocen a su público a la perfección y tras dejarlos corear «beste bat» (lo que sería «otra» en castellano) la banda salió de nuevo y arrancó la parte final del concierto con Animal Caliente (Barricada), Aprieta el gatillo (Cicatriz) y Barrio Conflictivo (Barricada).

No podían irse sin hacer antes las míticas Bahía de Pasaia (Barricada), Victima (Barricada) o Azulejo Frío (Txarrena), en la que aprovechó para recordar, y más dada la fecha, a los presos de Alsasua. Culminaba la noche, como no podía ser de otra manera, Blanco y negro (Barricada).

Y así se despedía la banda, tras 3 horas de concierto, con apenas parones o descansos entre temas, con un set list de 43 temas que supieron combinar a la perfección para hacernos disfrutar, sin darnos cuenta de como pasaba el tiempo, a la vez que nos hacían entrar poco a poco en «Solo quiero brujas en esta noche sin compañía».

Y creo que esta primera noche en casa, El Drogas y los suyos supieron llevarse al bolsillo muchas más brujas para sus noches sin compañía. Señoras, señores, como siempre ¡AGUSTO!