FOSCOR – Els sepulcres blancs

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FOSCOR – ELS SEPULCRES BLANCS

Season of Mist

8.5

Hoy volvemos la vista a Barcelona para reseñar una de las bandas locales que está saliendo más a la luz con su incesante producción de álbumes. Foscor, «Oscuridad» en castellano. Es el tercer año consecutivo que lanzan álbum y vale la pena echarle un buen vistazo. En MaxMetal las reseñas de bandas nacionales pocas veces tocan terrenos de black metal o estilos post, así que me ha parecido ideal empezar por ellos.

Contexto: Foscor hace desde 1997 que están en activo y empezaron haciendo un black metal de la segunda ola, cantando tanto en inglés como en catalán (con predilección por la primera lengua). Hasta el año 2014, el progreso hacia un cambio de sonido era lento. Era raro encontrar pasajes en el que Fiar, el vocalista, no usara la típica técnica vocal del black metal, tan desgarrada. Entonces, poco después de que les viera por primera vez en directo (por allá 2016), sacaron Les irreals visions. Un cambio notabilísimo en el que se inclinaban por el post black metal y el blackgaze con elementos progresivos y cantando exclusivamente en catalán. El cambio asustó y gustó a partes iguales, pues los resultados eran de muy alta calidad y recordaban claramente a Alcest y a Deafheaven. Para rizar más el rizo, el año siguiente lanzaban Les irreals versions, una reestructuración de seis de sus canciones más recientes para un sonido más experimental y propio del post-rock que recuerda a la versión oscura y tétrica de Oh Hiroshima.

Con esto llegamos a Els sepulcres blancs, lanzado hace ni siquiera un mes, preguntándonos hacia dónde se dirigirán ahora Fiar y los suyos.

Cuando la canción “Laments” empieza, ya nos damos cuenta de que les ha gustado lo que han hecho en esos dos últimos discos. El sonido del piano y la distorsión hacen de puerta de entrada del disco y dan sensación de continuidad a ese disco de versiones, donde el piano era el instrumento que más destacaba.

Personalmente me he preguntado hasta donde las versiones iban a influenciar en este álbum, pero me he encontrado con que el piano prácticamente desaparece a partir de entonces. Encontramos una montaña rusa de sonidos, pues “Els Colors del Silenci” suena mucho más rápida gracias al poder de la batería, contrarrestada por unas guitarras mucho más ligeras de lo que estábamos acostumbrados, y un bajo que sale a relucir. Fiar deja la potencia de su voz en un segundo plano, como es típico en este género, pero suena convincente.

Luego la montaña rusa desciende de nuevo a niveles de post-rock (pero no del todo) con “Malson” y crea un efecto de preparación para un momento épico en “Secrets” (personalmente mi canción favorita), para luego volver a la potencia más black del álbum en “Cel Rogent”. Las dos últimas canciones, “Cançó de Mort” y “L’esglai” son quizás las que aportan un sonido más tétrico, propio de una película de suspense, más cercano a un post-black de ritmo medio-lento. “L’esglai” me gusta en particular porque su final, como clausura del álbum, te da la sensación de que te deja marchar en paz.

Aunque en las canciones más cercanas al post-rock parece que hay atisbos de alegría, este álbum tiene unas líricas engañosas: Foscor se envuelve en las brumas de la niebla, los sueños, las visiones para hablar de escenas y paisajes en los que no puedes confiar, en los que la muerte espera entre el gris y casi describe cómo ese ambiente soñador y traidor se convierte en un laberinto emocional imposible de desentrañar. Te envuelve en la desconfianza, en especial cuando aparecen otras personas entre los versos, en vez de los paisajes.

A mí me encanta justificar mi nota. Si no pongo un diez tiene que ser por algo, y aquí no lo doy porque hay algunos puntos en los que los instrumentos se quedan algo cortos. Por ejemplo, encontramos una excesiva repetición en “Laments” desde la guitarra. Normalmente el género se caracteriza por esas repeticiones, porque el resto de instrumentos y el vocalista tienen algo que decir en su lugar, pero en esa canción ese «resto» no aporta lo suficiente después del desvanecimiento del piano. En general, lo que más me ha faltado es que en algunos casos se construye una composición que parece que vaya a dar lugar a algún tipo de explosión sonora, pero en su lugar se apaga. Esto es muy evidente en “L’esglai”, donde se preparan para ello, pero en su lugar dan paso al fadeout final. No siempre pasa, por suerte, pues encontramos solos de guitarra muy bien puestos.

Yo, que soy un gran fan de Alcest, he encontrado una progresión muy similar entre sus discos Les voyages de l’âme, Shelter y Kodama, y los tres últimos álbumes de Foscor: Primero el buen Blackgaze, luego meten un dedo del pie en las aguas del post-rock, y luego usan todo lo anterior en una simbiosis convincente en el tercer álbum. Lo mejor de todo es que no puedo decir claramente «esto me recuerda a…» a lo largo de todo el álbum, porque Foscor hace honor a su nombre y nos muestra paisajes sonoros distintos, mucho más oscuros, al resto de bandas del género. Conserva, si se puede decir así, el miedo de ambiente que transmite el black metal del que partieron. Un puntazo para su cambio de estilo.

8.5
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