CRÓNICA: Graham Bonnet hace vibrar Barcelona con Alcatrazz – Octubre 2019

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ALCATRAZZ FEATURING GRAHAM BONNET

BARCELONA – 6 DE OCTUBRE 2019

RAZZMATAZZ 2

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Graham Bonnet, el mítico vocalista conocido entre otras cosas por haber substituido a Ronnie James Dio en Rainbow allá por 1979, ha decidido recientemente “retomar” oficialmente el nombre de Alcatrazz para sus próximas giras. Si bien ya se presentó por la ciudad condal hace poco menos de dos años en una tesitura similar, como Graham Bonnet Band pero tocando un repertorio de Alcatrazz con Jimmy Waldo al teclado, en esta ocasión se ha recuperado el nombre de este antiguo proyecto de principios de los 80. Más que probablemente como una mera estrategia de marketing, viendo como los componentes de esta nueva versión son casi todos los mismos que lo acompañan en su banda en solitario.

Respecto al concierto de hace dos años, misma formación cambiando a Joey Tafolla por Joe Stump y a Mark Zonder por Mark Benquechea. La sala Razzmatazz 2 no presentó el mejor de sus aspectos, quedándose así a ojo a media entrada. Sin embargo, lo que pudimos ver sobre el escenario fue bastante positivo como para tener demasiado en cuenta este baile de nombres.

Primeramente recibimos a los ingleses Evyltyde, proyecto de heavy/power metal que hace unas pocas semanas lanzó al mercado su tercer álbum, llamado Singularity. Así como en otras ocasiones ha habido bandas desconocidas para mí que han llegado a sorprenderme y a hacerme pasar un rato ameno, este no fue el caso para mí desgraciadamente. A pesar de que composiciones como The wall o The genie entre otras estén dotadas de buenos detalles técnicos no lograban captar especialmente mi atención, ni tampoco la del público en general. Hay que decir que por estilo no eran la banda cien por cien ideal para abrir a Alcatrazz

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El guitarrista Danny Merton destacó bastante por encima del resto, mientras que en mi opinión el rango vocal de la cantante Hannah Delany no ayudó mucho a darle colorido al concierto, pues su voz me pareció demasiado plana y sin cambios en muchos momentos. Dedicaron su escaso tiempo a presentar las nuevas canciones del recientemente publicado disco, mientras que dedicaron unas pocas pinceladas a sus obras anteriores, con No violet, Eye for an eye y Kick you down. Se notaba que se divertían y disfrutaban tocando en directo, e incluso sabían aprovechar todo el espacio del que disponían para moverse y no permanecer estáticos en ningún momento, pero aún así no lograron conectar con el respetable y pasaron sin pena ni gloria.

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Graham Bonnet salió al escenario acompañado de uno de los asistentes de la banda y se sentó en el taburete que le habían preparado en el centro del escenario para anunciar que se veía obligado a realizar todo el concierto sentado, debido a un serio problema de espalda que requerirá de cirugía próximamente (hay que tener narices para seguir girando en estas condiciones). Antes de arrancar, hizo salir a toda la banda uno por uno, como si de un equipo de baloncesto se tratara, y el concierto dio su inicio con Too young to die, too drunk to live.

Joe Stump inició inmediatamente su show particular a la izquierda de Graham. Sus continuas poses atrajeron constantemente la atención de los fotógrafos, así como los rapidísimos solos estilo shredding que empezaba a ejecutar dejaban boquiabierto al público. En detrimento de Yngwie Malmsteen, quien fuera el guitarrista original de Alcatrazz, no se podía haber contado con un substituto más a la altura que él. Tanto su forma de tocar como su despecho y chulería sobre el escenario le hacen ser una versión casi clónica del guitarrista sueco.

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Por otra parte, poco puede objetarse al estado de voz de Graham Bonnet. A sus casi 72 años tardó bien poco en calentar la voz, y en las míticas Hiroshima mon amour y Jet to jet se encontraba listo para lucirse atreviéndose con elevados agudos. No se le puede pedir nada más a un hombre de su edad, y menos con las dificultades físicas que arrastraba. Se le notaba ansioso sentado en su taburete, tenía ganas de levantarse y recorrer el escenario, pero le hubiese sido imposible. De este modo, lo que venía a ser el espectáculo visual era acaparado casi exclusivamente por Joe, quien al mismo tiempo clavaba literalmente los solos de Malmsteen, así como recargaba las canciones de forma inteligente (aburrido se le veía al interpretar los riffs de las estrofas, necesitaba introducir nuevos elementos constantemente).

Mientras tanto, el resto de la banda permanecía en un papel más bien discreto. Sobre todo por parte de la bajista Beth-Ami Heavenstone, pero lo que sí que no me agradó fue el no poder escuchar con claridad el teclado de Jimmy Waldo, único miembro original de Alcatrazz restante junto con el señor Bonnet. Creo que el único instante en el que lo distinguí con claridad fue en el riff inicial de Kree Nakoorie, sólo para ser engullido segundos después por el resto de instrumentos (principalmente la guitarra, demasiado alta en muchos momentos). Es más, creo recordar que hace dos años ocurrió exactamente lo mismo.

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Pasados los primeros instantes de repertorio dedicados a las joyas que dejó No parole from rock ‘n roll para la posteridad, el concierto derivó hacia otras etapas de la dilatada carrera de Graham Bonnet sin bajar un ápice de intensidad. La mítica All night long de Rainbow y la potente Desert song de Michael Schenker Group levantaron una buena fiesta. Graham seguía mostrándose mucho más que correcto a la hora de defender las canciones, mientras que Joe alternaba el más puro shredding con los compases más nítidos propios de Ritchie Blackmore y Michael Schenker, en todo un ejercicio de adaptación.

También hubo lugar para Night games, perteneciente a la etapa en solitario de Bonnet, para volver inmediatamente a MSG con Rock you to the ground. El concierto volvió a tocar techo con la esperada Stand in line, del único disco que grabó en su día como parte de Impellitteri, en la cual Joe volvió a encontrarse en su salsa, y con las imprescindibles General hospital y Island in the sun, con las cuales cerraron la parte del repertorio correspondiente a Alcatrazz. Lástima, insisto, que no se apreciaran los teclados, sobre todo en Island in the sun

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Since you’ve been gone de Rainbow mantuvo el ambiente de festividad, para luego entrar en un terreno más rebuscado. Sonaron Leviathan y Goodnight and goodbye de Impellitteri, menos esperadas, así como We won’t be forgotten de Blackthorne, aquel super grupo en el que participaron tanto Graham Bonnet como Jimmy Waldo en 1993 y que dio fruto en forma del álbum Afterlife. Para poner punto y final a la entretenida velada, nada mejor que Assault attack y el clásico de Rainbow Lost in Hollywood como la cereza del pastel.

A pesar de que cambiasen definitivamente el nombre a “Alcatrazz” y tan sólo tocasen 6 canciones de la citada banda, no se podía pedir un repertorio más equilibrado para repasar la extensa carrera de una de las voces más características del género. A pesar de que la edad ha hecho mucha mella en los cantantes clásicos de antaño, es admirable que algunos pocos como Graham Bonnet sigan con la cabeza tan alta sobrepasadas las siete décadas de vida. Tanto como para realizar un concierto de tan elevada clase en unas condiciones físicas tan adversas. Lástima que su paso por Barcelona hubiese lucido mucho más si su espalda no le hubiese dado problemas…

 

Crónica y fotos: Marc Paradell

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