TIERRA SANTA
SALA BIKINI
28 DE DICIEMBRE 2018
De todas las noches que he podido ver a Tierra Santa quizá me quede con la presente. Los riojanos venían a Barcelona con la intención de dejar al público extasiado, anunciando que iba a ser una noche muy especial, y vaya si lo fue. Vestidos de riguroso negro y en actitud de concentración, desgranaron material de todas sus etapas y discos ante una sala Bikini que registró una inmejorable entrada. El set listera una sorpresa, y eso hizo que el disfrute de la gente fuera en aumento.
Tierra Santa tocó 25 temas con material de todos sus discos
No hubo apenas parlamentos y se dejó todo el protagonismo para la música. El sonido empezó algo bajo en “Tierras de leyenda” pero con un balance casi perfecto, y ya en “El laberinto del minotauro” ya estaba todo sonando como debía. Esta coqueta sala nunca falla. Un Ángel inspirado empalmaba tema tras tema sin dejarnos respirar. Ya estábamos en “Apocalipsis” demostrando que la formación actual es rotunda. Se nota mucho la mano de David Carrica tras los parches y los teclados de Juanan San Martín visten perfectamente a los temas.
La gente tenía ganas de cantar y lo hizo con “Sangre de reyes”, todo un regalo para los fans más veteranos. El que no cantó fue Ángel cuando olvidó la letra de “Indomable” dejando vacíos dos versos y atacando el estribillo. Fue el único lunar de una actuación brillante. “Quinto elemento” aguanta bien el tipo entre el peso de los himnos y muestra que es de lo mejor de su última obra. Potencia y sudor en “Caín” y medio tiempo melódico en “El canto de las sirenas”. Muchas voces se unieron a la de Ángel en uno de los momentos más bellos de la velada. Lucieron las guitarras dobladas en “La leyenda del holandés errante” por parte del cantante y Dan Díez.
Momentos de “Canal historia” en “Otelo” y “Nerón” para luego rematar con una de las imprescindibles: “Pegaso”. Luego sucedió una de las situaciones que suelen ocurrir con Tierra Santa. Mi compañero me dijo que le encantaba “Séptima Estrella” y el del otro lado me dijo que “Sodoma y Gomorra” era una de sus favoritas… Y estaba sonando “Pegaso”. Hay temas que se parecen, sí, pero se disfrutan igual. “Revolución” y la siempre excelente “La sombra de la bestia” continuaron con la fiesta. “El amor de mi vida” fue el momento balada, con todo el protagonismo para la voz y las teclas de Juanan. A todo eso hay que resaltar la figura del gran bajista Roberto Gonzalo, siempre preciso y aportando músculo a los temas.
Otra del Indomable: “Azote de Dios” para luego volver al Sangre de reyescon “Juana de Arco”. El grupo no dio tregua y ya llevaban 16 temas sin mostrar síntomas de fatiga y con la gente entregada. Una de las mejor recibidas fue “La momia”, con esos teclados de reminiscencia egipcia. Se tomaron un descanso después de atacar la positivista “Rumbo a las estrellas”, uno de los mejores temas del disco Apocalipsis. Tras la merecida pausa sorprendieron con “Alas de fuego” y un “Legendario” que fue cantada a pleno pulmón. Ángel se dirigió a la audiencia y dijo que sí, “que esta vez cae ‘Drácula’”. Otra de las más esperadas.
Final a golpe de clásico recuperando «Tierra Santa» del disco Medieval
El gran momento de la noche vino de la mano de “El pirata” y de la sensacional letra de Espronceda. Es un placer cantarla, siempre. Pero quedaba una bala en la recámara y esta fue una visita a pretéritos tiempos: “Tierra Santa” del disco Medieval. Un regalo, pues no la veía en directo desde el siglo pasado. Gran final para un largo e intensísimo concierto que llegó a hacerse corto. A todos nos faltaron temas, pero no creo que podamos quejarnos de un grupo que está a un nivel impresionante. Posiblemente a nivel de directo nunca han estado mejor por lo que cerramos un año de conciertos con el listón bien alto. Feliz año.
TEXTO: JORDI TÀRREGA
FOTOS: LLUÍS GARCÍA
