CRÓNICA: GÜRU (Barcelona)

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GÜRU

BARCELONA – 5 ABRIL

SALA APOLO 2

Tras el tremendo álbum de homónimo nombre, la banda Güru presentaba en la sala Apolo 2 de la Ciudad Condal – al igual que hizo en 2011 con respecto a su primer elepé- su nuevo disco “White”, grabado entre finales de 2011 y principios de 2013. Para quien no conozca a Güru, conviene señalar que se trata de un ambicioso proyecto creado ni más ni menos que por uno de los mejores y más creativos guitarristas modernos que ha cultivado este país, David Palau, reputado músico de estudio de famosos artistas como Serrat, Bisbal, Alejandro Sanz o Sergio Dalma y, sobretodo, dotado de una personalidad humilde, cercana y con un gran sentido del humor.

La formación – renovada en su práctica totalidad desde la presentación del primer disco- viene completada por no menos buenos músicos: Jordi Vericat (bajo), Toni Mateos (batería) y Dagarod (alias de Daniel García, cantante) siendo los dos primeros, también, reconocidos músicos de sesión, y Dagarod, cantante y compositor tanto en solitario como en otros grupos (Is Pain, Burning Kingdom).



El concierto empezó más o menos puntual sin preámbulos ni grabaciones ambientales con el temazo que abre este segundo disco y de homónimo nombre “White”, de gran fuerza y con estribillo pegadizo. Así la banda hacía gala de su buen savoir faire desde el minuto uno de la actuación, moviéndose por los más elegantes campos del rock melódico progresivo y sin que a ninguno de sus miembros – debido a su dilatada experiencia- les temblase el pulso durante su ejecución. En general, es difícil sustituir el frontman de una formación, y el resultado del cambio puede ser tanto a mejor como a peor o simplemente que dicho cambio le dé una nueva esencia al sonido de la banda. En este caso le ha tocado a Dagarod respecto al camaleónico Pau Sastre: si bien en comparación con el anterior trabajo mantienen – y en algunos cortes superan- la elegancia compositiva de los temas, Dagarod aporta con su voz heavy más definición y contundencia en general tanto en directo como en el nuevo elepé.


Sin disminuir la fuerza transmitida durante la primera canción, la banda nos obsequió con una exquisita pieza de blues titulada “In my life”, cuyo estribillo me recordó un poco a los mejores Dokken de los ochenta dándole a la composición una vuelta de tuerca con calurosos arreglos de fondo, seguida de unos teclados que abrían el comienzo de “Straight to your heart” otra de las nuevas composiciones de “White”: AOR de excelente talla, recordándonos a los grandiosos Journey o a la época ochentera de Whitesnake.


La mayor parte de sus fans e incluso la propia banda ponen de manifiesto que Güru son los Toto españoles, al beber bastante de su innegable influencia. El mismo David Palau lo corroboró en el escenario al presentar la canción siguiente: “It’s all different now”. Acentuada fue la impronta de Toto en la composición de este tema: desde la apertura del lead soberbiamente ejecutado por el genial guitarrista, los coros, así como el inconfundible ritmo “totoriano” de la canción, hacía trasladarnos a 1981, a canciones como “Goodbye Eleanor”: Güru reinterpretando a Toto. Como si emprendiésemos un vuelo en lo alto del cielo junto a la banda, y para relajar las emociones vividas hasta ese momento, “If you go” fue el siguiente tema que nos presentaban, balada de corte “bonjoviesco” con expansivo y emotivo estribillo, bien ejecutado por Dagarod y con una memorable línea de bajo setentera a cargo del Sr. Vericat.


Tras la interpretación de éste último corte, David Palau nos presentó la banda, y acto seguido se desprendió de su guitarra eléctrica, para tomar la electroacústica y tocarnos -él sólo- tres temas más: la balada perteneciente el primer álbum “I found my way”, dedicada a su mujer; la instrumental “En mis ratos de soledad” que a su hermano dedicó más una versión acústica de la pieza “No more time”, del primer disco.

A continuación, reapareció el resto de la banda, bromeando y transmitiéndonos simpatía y calidez, regalándonos un más que pegadizo “Addictive love”, canción que abría el primer elepé. Le siguió otro de los temas de su ópera prima, la glamourosa “Flavor of desire”. Una vez más, Dagarod nos demostró que es un frontman con personalidad propia, que aporta un nuevo aire a la banda y que ha venido para quedarse. Baladón al canto con “The voice inside” un tema que según David comentó, el hecho que aparezca al final del disco no implica que sea menos importante. Destacar el feeling transmitido hacia el solo. Personalmente la canción me recordó un poco a las composiciones de Christopher Cross.

Por norma general, lo que distingue una banda con tablas de una de primerizos es una capacidad extraordinaria de conexión con el público. David Palau, acostumbrado a la naturalidad, se iba dirigiendo durante el concierto hacia nosotros comentando lo que quería destacar de ciertos temas. En esta ocasión, tocó el turno a “My rocker ass”, una canción de toque “defleppárdico” en la que nuestro guitarrista de referencia comentaba el arma de doble filo que es Internet: puede alzarte como hundirte, pero en cualquier caso, lo importante es que hagas lo que realmente más deseas sin hacer caso de aquellas personas que, sea por falta de criterio o por exceso de tiempo libre, intentan echar tierra sobre tus ideas. Si estamos hablando de Rock, pues el Rock es lo que debe imperar. En esta canción, al igual que en algunos otros temas la voz era compartida entre Palau/Dagarod.


El siguiente tema está inspirado en Dream Theater” nos comentaba David. “Break the spell” otra de las mejores piezas que componen “White” fue ejecutado con magistral elegancia por los cuatro músicos, destacando la impresionante labor del Sr. Mateos a la batería con los complicados contratiempos de la canción. Como si de un huracán se tratase, y tras una previa advertencia para que nos cogiéramos fuerte a algún sitio, arrasó “Won’t b 2gether” la pieza “speed/power metal” del disco. Tema influenciado por Racer X, Pretty Maids, un solo alucinante a lo George Lynch por parte del capitán Palau, un bajo similar a una locomotora a máxima potencia, doble bombo disparando a discreción, más unos agudos sobrecogedores por el bueno de Dagarod hacia el final del tema nos dejaron a todos sin aliento, demostrándonos la versatilidad de la banda.

Tras recuperar el resuello, la banda se marcó dos cañonazos que guardaban en la recámara: la brillante “Sometimes” del primer disco (para mí, ya forma parte de los best hits ever en mi AOR list) más, para los que se quedaron con ganas de volver a saborear la canción que daba título al nuevo elepé, ahí la tuvieron.


Total fueron unos 95 minutos de concierto, suficiente como para alegrarnos el lluvioso día que hizo en Barcelona pero… ¡qué pena que no tuviesen más discos que presentar!. Calidez, más simpatía, perfecta ejecución, buena entrega por parte del público, Rock elegante por doquier añadido al compromiso de unos grandes músicos de ofrecernos una buena velada constituyen los ingredientes de un genial concierto. Al acabar, la banda bajó para firmar autógrafos, discos y compartir feedback con nosotros.

El único punto a mejorar que encontré fue la ausencia de un teclista sobre el escenario en vez de las bases pregrabadas, tal como en su día lo fue de la banda Kyke Serrano, todo un showman y espectacular músico.

Texto y Fotos: Dan Bartlett y J.Antony Estopañán

 

 

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