Mi primer HELLFEST. POV de una novata. Reportaje fotográfico Hellfest 2025

Mi primer HELLFEST ha estado marcado por el calor, kilometros y kilometros de andanzas y por las colas. Pero vamos a empezar por el principio.

Con apenas margen de maniobra se me presentó la oportunidad de ir al Hellfest 2025 a cubrirlo como fotógrafa, algo que, como para todos los de este mundillo, es un sueño. Y es que Hellfest no es que sea uno de los más grandes festivales europeos de Metal, es que como bien dicen es «Disney Land del Metal«.

Ya nada más llegar te das cuenta que, sí, claramente esto es de otro mundo, y es que cada rincón y cada detalle están cuidados para ser parte del espectáculo. Tanto así que hasta las alcantarillas son carteles de otros años, hay estatuas por toda las zonas y fuego, fuego y fuego saliendo de cada bloque, bar o muralla del recinto.

De hecho nada más llegar nos encontramos con Guardiana de la Oscuridad, una araña mecánica gigante que se instaló en Hellfest 2024, una creación de Delarozière y La Machine, y que tiene su propio horario de espectáculos. Cada una de las entradas tiene «algo», por ejemplo, la prensa entrabamos por un ampli, mientras que el público general entraba por el mítico castillo que se alza para darnos las bienvenida a la que va a ser una experiencia inigualable.

Si hablamos de estatuas me gustaría darle una mención especial a la fuente de «sangre» que hay en la zona VIP, la escultura de Lemmy Kilmister, creada por la escultora francesa Caroline Brisset y que incluye una réplica de la urna de Lemmy con parte de sus cenizas en su interior, o las diferentes calaveras y guitarras que encontramos en las zonas de comida, las barras o el bosque.

La gente decía que este año el cartel era más flojo que otros, pero a mi me pareció una bomba porque Judas, Satriani y Steve Vai, Glenn Hughes y Scorpions protagonizaron la parte clásica, pudimos ver a Linkin Park en su regreso; el sábado estuvo marcado por el metal femenino con Charlotte Welssen, The Warning, Burning Witches, Nervosa, Kittie, Epica y los inigualables Within Temptation, y el domingo el core fue el protagonista, cuando pudimos ver a bandas como Falling in reverse, Lorna Shore o A Day to Remember.

A nivel personal reconozco que lo que más disfruté fue Judas Priest, desde una primera fila caótica. Sin embargo, la mayor decepción fue con Scorpions, y es que a pesar de ser una de las grandes bandas de mi vida creo que a día de hoy la edad pesa más que la pasión y el concierto fue bastante justo.

Electric Callboy y A Day to Remember también me parecieron dos conciertos increíbles, y la sorpresa me la llevé cuando vi que Jinjer estaban programados para una de las carpas, la cual llenaron hasta los bordes, dejando claro que merecen un Main Stage sin lugar a dudas.

Algo que yo destacaría era el apoyo a las bandas desde primera hora de la mañana. Y es que, a pesar de que el festival comenzaba a las 10.30h de la mañana la gente ya estaba allí a esa hora, dispuesto a disfrutar de la propuesta tan variopinta que nos ofrecían cada uno en los 7 escenarios distribuidos por todo el recinto.

Esto se traducía, por tanto, en colas desde primera hora de la mañana para usar las fuentes, los baños y las barras. Pero claro, con 80 mil personas al día es imposible que eso no pase. Aún así me pareció que estaba todo muy bien organizado y que había la cantidad suficiente de espacios bien distribuidos, a excepción del puesto de mechan, ya que al solo haber un puesto oficial, The Sanctuary, la cola podía llegar a ser de hasta 3h.

Como fotógrafa disfruté muchísimo, pero es cierto que solo se puede abarcar un 20% del cartel diario, ya que las bandas se solapan y las distancias son muy grandes. Añadele que tienes que ir esquivando centenares de personas tiradas por el suelo…

Pero bueno, os dejo un pequeño reportaje de lo que sí pude ver para que podáis disfrutarlo:

Pdt: os recomiendo las vistas desde la noria al anochecer… esa si que es una experiencia inigualable.