BLUES PILLS – Holy Moly!
Nuclear Blast
7/10
Se suele decir que un grupo tiene toda la vida para hacer el primer disco, pero dos años máximo para hacer el segundo. La sorpresa de su debut fue mayúscula y ahora nos encontramos que estamos en el tercero y las expectativas no terminan de ser todas las que se depositaron cuando debutaron con su tremenda y homónima ópera prima. Ya no está en las filas del grupo Dorian Sorriaux, guitarrista y compositor, quién, por cierto, aburrió a las ovejas teloneando al líder de Alter Bridge. El mundillo del retro rock es variado y ellos han tirado más hacia Fleetwod Mac o Joplin. Están en la todopoderosa Nuclear Blast y poseen una de las portadas del año. El disco cumple expediente… pero los fans esperan más del grupo, y yo me incluyo. Bases blues, la mejor voz femenina del circuito, pero sin el punch de su debut. Zack Anderson asume la guitarra con buenas maneras y Kristoffer Schander toma el bajo
“Proud Woman” y “Low Road” son caviar, eso tengámoslo claro también. Excelente apertura con dejes muy a lo Skin de Skunk Anansie en la segunda y Janis Joplin en la primera. A Elin Larsson pocas y pocos le pueden toser. Es un ciclón de voz y ambos temas van para clásicos, aunque el disco luego pierda comba luego. El sonido analógico y de época es rotundo contando con todo y puesto al día. En “Dreaming My Life Away” hay poderío vocal absoluto sin terminar de convencer en tareas de composición. Suenan previsibles y planos. Mejoran las cosas en la interpretación de la evocadora “California” con un gran papel de André Kvarnström a la batería. Impresionante vuelve a estar Ellin con un chorro de voz angelical y apoyada por unos coros celestiales llenos de colorido entrando de lleno en terrenos góspel.
Un random en una emisora de radio nos lleva a la rotunda “Rythm in the Blood” con ese estribillo que grita eso de “Killer on the Loose” tan a lo Thin Lizzy. Otro tema al que le vislumbro mucho potencial en directo. Juegan con la saturación de sonido y Zack consigue un groove y un solo más que notable. Esos mismos juegos de intensidades y saturación invaden la sexy y calmada “Dust”. Tema muy original y de época con coros opacos y mucha oscuridad sobre el bajo de Schander. “Kiss My Past Goodbye” no aporta gran cosa y parece el grupo sonando a lo obvio y tirando de piloto automático. El slide en “Wish I’d Known” nos lleva a una balada sentida y repleta de feeling. Los aromas sureños están allí, aunque con mucha personalidad y cosecha propia. Súmale a ello otra ración de coros góspel y unos detalles vocales tremendos de parte de la privilegiada vocalista.
Funciona “Bye Bye Birdie” a medias en una de las composiciones con mas fuerza del compacto para luego volver a los terrenos baladescos en la extensa “Song from a Mourning Dove”. Hay muchas canciones templadas, pero ninguna es capaz de quedar para el recuerdo, muy a pesar de lo rotundo de lo vocal. Ese piano luego se electrifica sin encandilar. Hay un acercamiento a los temas de Chris Isaak pues la chica puede con todo. Gran guitarra y mucho sentimiento. Buen crescendo y final sin terminar de convencer. Queda al final el momento más Janis Joplin del disco para lucir cantante. “Longest Lasting Friend” es una joya vocal para que Ellin demuestre que no tiene rival. Los instrumentos la flotan para que se la juegue. Casi se la puede marcar a capela en directo. El “Mercedes Benz” de Ellin Larsson.
Escuchando el disco pasas varias fases. La ilusión de los dos primeros temas, la decepción del resto, vuelve a subir el listón tras varias escuchas, pero… aquí falta algo. Lo que sí queda claro es que Ellin está muy por encima de la media y que el grupo tiene un potencial enorme. Tampoco hay muchas bandas en el circuito capaces de sonar como ellos. Pensad que el grupo no lo ha pasado nada bien y han estado a punto de separarse incluso, por lo que, obviamente, el disco se resiente bastante. Creo sinceramente que no les irá nada mal con este álbum pues los singles tienen pegada y que, con un poco de estabilidad, en cualquier momento, pueden devolvernos lo que esperamos de ellos.
JORDI TÀRREGA
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Nuclear Blast