CRÓNICA: OPERA MAGNA + IGNIS ANIMA en Madrid (Febrero 2020)

OPERA MAGNA + Ignis Anima

Sala Cats, Madrid

22 de Febrero de 2020

OPERA MAGNA, tras tener que posponer su primera fecha anunciada, llegaba a la Sala Cats de Madrid con ganas de compartir con todo su publico el trabajo completo (por fin, después de 6 años) de «Del amor y otros demonios«, que llegaba a su fin con la publicación el pasado año de Del amor y otros demonios – Parte III.

Antes de que pudiéramos disfrutar del directo de los valencianos, la banda IGNIS ANIMA daba la bienvenida a todos los que poco a poco iban entrando en la sala Cats. Ignis Anima son una banda madrileña de power metal, pero no al uso, ya que han sustituido los típicos teclados del metal por un violín del que se encarga una fabulosa Mercedes Olmeda, la única mujer de la banda. Este cambio no solo supone una «novedad» si no que ayuda a enriquecer los temas con sonidos más folk, a pesar de ser temas enfocados a otro estilo. Además de Merdeces, la banda cuenta con Izzy (David Isidro) a la voz, Ricardo Mera y Eneko en hermandad a las guitarras, Iván Martí al bajo y Sergio Borges a la batería.

La banda, formada en 2015 cuenta por el momento con un solo trabajo, Bajo el yugo del tiempo, y una demo, Albores de Guerra, aunque ya nos anunció Izzy que están en plena composición y en un futuro muy próximo podremos disfrutar de nuevo material de la banda.

Tempus Fugit nos ponía en alerta, y mientra sonaba la intro, antes de comenzar con Cicatrices, la banda fue subiendo a las tablas y entre gritos y aplausos de muchos de los presentes, y es que aunque parezca raro para una banda telonera, contaban con un buen numero de seguidores entre los presentes. Tengo que reconocer que el comienzo de la actuación no fue precisamente de esos con los que te enganchas a la banda ya que hubieron varias cosas que me hacían fruncir el ceño. Una de ellas fue claramente el sonido, causante, a mi parecer, de que la banda sonara dispar durante los primeros temas. Entre estos problemas, algo que sí se mantuvo durante todo el concierto de los madrileños fue un volumen exageradamente alto del bajo y los coros de Iván, que claramente tapaban a Izzy en los momentos en los que se unía. Entrando ya más en gustos personales y «detalles» a tener en cuenta, soy de esas personas que se fija mucho en todo lo que rodea la música y el espectáculo, y aquí está otra de las cosas que no me convenció: la estética dispar y un tanto «descuidada» en lo que al conjunto se refiere.

Evidentemente no todo iban a ser pegas. Según se fueron sucediendo los temas, sonando Heraldo del Hambre, Leyendas de Sal y Marea, o Hermanos de sangre, el sonido de la banda se iba unificando y el público se venía cada vez más arriba. Hablando sobre el futuro de la banda y el siguiente disco, Izzy preguntó si el tema Bushido, debería estar presente en futuros set list, a lo que la gente dejó más que claro cual era la respuesta: SÍ.

Algo que me pareció de destacar fue la actitud de la banda sobre el escenario, energía pura y dura, sobre todo de Eneko (guitarra) que sabía moverse a las mil maravillas, interactuando no solo con el público, si no también con Iván y hasta con Izzy en algunos momentos.

Los madrileños nos dejaron estuchar otras tantas más como, No es solo música, Alma en llamas o Avanzar por avanzar, para acabar con Arde el Valhalla. Un concierto completo que fue subiendo de nivel según pasaban los minutos, de una banda, que a pesar de novel, no tuvo que tirar de versiones o temas de relleno en ningún momento.

Pocos minutos para el cambio de escenario, y casi sin darnos tiempo a coger fuerzas para lo que se nos venía, OPERA MAGNA saltaba a un escenario limpio mientras escuchábamos la intro Del amor y otros demonios, con tan solo una lona con el logo de la banda y dos pantallas leds en la parte trasera, y anunciaban ya desde los primeros minutos que esta noche estaban en Madrid para tocar de manera íntegra la obra completa de Del Amor y otros Demonio. A pesar de que la sala Cats quedó finalmente con un aforo más bien reducido, los presentes disfrutaron y se dejaron las voces durante las dos horas que los valencianos pasaron sobre el escenario, creando un ambiente más que animado.

Un comienzo más que esperado y deseado por todos con Por un corazón de piedra que puso al momento a la banda en marcha y al público en alto, creando una unidad de la que sinceramente disfruté desde dentro. A pesar de no conocer excesivamente a la banda y no seguir mucho el estilo que presentan, consiguieron engancharme, y es que Opera Magna cuenta con unos músicos excepcionales.

Adrián Romero marca con elegancia y velocidad, pero sin perder fuerza y consistencia, las bases para que sus compañeros puedan posarse y lucirse, como bien hacen Javier y Enrique con las guitarras, y Alejando al bajo, que no solo destacaba en momentos clave de los temas por las melodías, si no que sus cuerdas podían verse desde cualquier punto de la sala por muchas vueltas que diera sobre el escenario. Eché en falta poder disfrutar de algo de más volumen en los teclados de Nacho Sánchez.

Los valencianos tuvieron la suerte de disfrutar de un mejor sonido, algo que ayuda a mantener la atención puesta en los temas, y sobre todo, si la segunda en sonar es La herida, tema que se ha convertido en el hit de la banda y que puso a toda la sala a cantar, llegando incluso a tapar la voz de Jose Broseta. Sin duda, una de las mejores partes de la noche fue ese público, entregado y animado que caldeó la sala y recibió de buen grado a los valencianos. Después de ti y Oscuro amanecer cerraban el primer acto con un tema que pocas veces puede escucharse en directo, pero que sí han querido incluir en esta gira tan especial.

Sin parones excesivos los temas y los actos se sucedían, sonando así, Rojo escarlata, Para siempre, Donde latía un corazón, Hijos de la tempestad, otra de las más coreadas de la noche sin duda alguna, y La trampa del tiempo del segundo acto y Requiem por un vivo, Mi reino, el olvido, Una piedra en dos mitades, In nomine y Lo soñado y lo vivido del tercero y mas reciente.

Broseta no solo me pareció un gran vocalista, sabiendo moverse a la perfección por los diferentes registros requeridos en cada tema y dejándonos sin aliento en cada agudo sin desafinar ni una sola nota en toda la noche, si no que además me pareció un showman elegante, a la vez que mostraba una fuerza atrayente, haciendo que los ojos de muchos no pudieran despegarse de él, estuviera o no cantando.

Llegando al final el propio Broseta anunciaba que no son de hacer el «paripé» previo a los bises y que, por tanto, tocarían sin despedirse dos temas más. Sin embargo, antes de esto la banda nos sorprendió con un fragmento de El último caballero, que por falta de tiempo no habían podido hacer en la convivencia con los VIPs, pero que no querían dejar de regalarnos a todos los presentes. Regalo, por cierto, inesperado pero muy bien acogido. El pozo y el péndulo y Horizontes de gloria cerraban una noche que desbordaba power metal, dos temas que nos dejaban un regusto de aire fresco, saliendose un poco de la línea de Del Amor y otros Demonio y haciéndonos disfrutar de otras grandes obras de la banda como lo son sus anteriores trabajos Poe y El último Caballero.

El sábado, junto a Opera Magna, cerramos un ciclo lleno de demonios pero también con mucho amor. Amor por parte de una banda, que sabe como tratar a sus fans con respeto y elegancia, dándoles en cada momento lo que quieren, aunque no lo pidan. Y amor también, por parte de unos fieles seguidores que no bajan la guardia en ningún momento y que unen sus voces en un potente coro, todos a una, que arropan a la banda durante todo el show.