TONY MACALPINE
BARCELONA – 30 de septiembre de 2018
SALA SALAMANDRA (L’HOSPITALET DE LLOBREGAT)
Soberbia noche sin bises de Tony MacAlpine
Noche agridulce la del pasado domingo en la salamadra hospitalense. Un trío de genios desató todo su talento en un show impresionante pero que mereció haber sido rematado con unos bises. Nos quedamos un poco a medias, pero tampoco nos podemos quejar cuando uno ha visto sobre un escenario a Stu Hamm al bajo, Tony MacAlpine a teclados y guitarra, y a la bestia húngara Gregö Borlai a la batería. Fue una velada íntima, con media sala, y con un set mutable que en muchos casos parecía que eligieran los temas sobre el escenario.
Feeling y clase con un MacAlpine con la gorra del revés, sin apenas sonreír, y que en contadas veces se dirigió a un público, atento y boquiabierto. Tappings, corremástiles y delicadeza a las seis cuerdas para luego dar una lección de teclado clásico. “Autumn Lords” sonó a gloria y en el tercer tema ya presentaba a la banda dejando que Stu Hammnos obsequiara con un solo de bajo que fue el “Going to California” de Led Zeppelin. Lo de este divo del bajo es de traca. Armado con unas bermudas ochenteras rebosó clase empastado con la batería de un Borlai que posee una pegada descomunal pero que es capaz de acariciar los parches cuando la ocasión lo requiere.
Stu Hamm y Gregö Borlai protagonistas
Uno de los grandes momentos fue cuando Tony, con una mano, tocaba el teclado, y con la otra hacía la melodía de guitarra para delirio de los presentes. Los solos neoclásicos irrumpieron en “The Stanger”. En “Poison Cookies” evidenció ser un pura clase y un tipo que, a diferencia de otros guitar heroes, sabe hacer reposar el protagonismo compartiendo el peso del show con sus dos otros acompañantes. Stu y Tony compartieron escenario y fueron cambiando, pero en ningún momento hay ni choque de egos ni pugna por el centro del escenario. Es decir: todo lo contrario que Yngwie Malmsteen.
Gregö tuvo su cuota de protagonismo con un solo técnico y efectivo que huía de los habituales solos típicos de heavy metal. Él no necesita malabares ni pregrabados. “Shundor Prithibi” nos recordó que “Death of Roses” es su última obra y la que vertebró un set list variado y atractivo. Otro de los grandes momentos sería el “Time Table” de 1995 perteneciente al disco “Evolution”. Todas estas grandes demostraciones dactilares y los grandes momentos jam que se marcaron merecían algo más que ese final abrupto. Se despidieron para que las luces se encendieran y el telón bajara.
Un guitar hero sin problemas de ego
Hubo tímidos gritos de un tema más, pero estaba claro que la función había terminado. De todas formas, el grupo tuvo el precioso detalle de bajar nada más terminar y quedarse a charlar con la gente en la zone de merchandising, que fue dispuesta a media actuación. Los tres músicos estuvieron cariñosos y atentos y Tony nos recordó que su pareja es una chica vasca, por lo que le encanta girar por estas tierras. Fue maravilloso ver a un MacAlpine con Stu Hamm. Cuando tres músicos de esta categoría se unen sobre las tablas, la magia suele asomar.
Texto: Jordi Tàrrega
Fotos: Joan Antoni Estopañán