Diez razones para ir al Calella Rock Fest 2018
Con cinco ediciones ya el Calella Rock Fest se está perfilando como uno de los festivales más atractivos y potentes a los que todo amante del hard rock, blues y punk puede encontrar. Ha habido ediciones espectaculares, y siempre es una auténtica fiesta, con bandas que difícilmente vas a poder ver de gira en solitario. Un festival de dimensión humana que tengo marcado en rojo en mi calendario. Si todavía no te has acercado por allí, aquí van 10 razones por las que vale la pena asistir.
1 – El Cartel, variado y con joyas.
Cada año hay buenos carteles, aunque ha habido años mejores que otros. Este año hay auténticas joyas y sorpresas inesperadas. Lordi ha sido toda una grata sorpresa, y un lujo absoluto será escuchar una de las mejores veces de la historia del rock: Mike Farris. La cuota nacional nos trae a la superbanda catalana Rocking Horse y a los emergentes Dry River. Estoy seguro que estos últimos serán la revelación del festival.
La organización se marcó un puntazo con los suecos Electric Boys; yo ya creía que sería una banda que no vería en mi vida. A todos ellos hay que añadir la participación de The Bellrays, los suecos Hellsingland Undergroud (banda que ya hemos visto en el Azkena). Pero si hay un show que sabes que será una fiesta y pondrá Calella patas arriba, esta es Nashville Pussy.
2 – Shows completos
La mayoría de festivales fichan a muchas bandas para que toquen una hora o menos. En una escasa horita apenas hay tiempo para que grupo y banda conecten o para que en el set metan alguna joya olvidada. La gracia del Calella Rock Fest es que dos bandas por día hacen todo su show completo, como si de un show de gira se tratara. Las otras dos bandas también disfrutan de hora y cuarto, lo que da la posibilidad de poder profundizar en las actuaciones a grupo y público.
3 – Conciertos para el recuerdo
A lo largo de los años ha habido shows en los que la intensidad y lo vivido los hicieron sumamente especiales. Tirando un poco de memoria puedo subrayar grandísimos momentos vividos en este festival. Puede que lo de Ten Years After se lleve la palma, pero conciertos como los de Y&T o Glenn Hughes con Doug Aldrich quedan para el recuerdo. Backyard Babiesy Michael Monroe estuvieron también de cine y los Quireboys han sido el grupo que más veces a tocado, ya en dos ediciones. A todo ello cabe sumarle el estratosférico espectáculo de Simon McBride.
4 – Descubrir bandas nuevas
La organización se ha ganado el crédito de que confiemos en ellos en el caso de que traigan a una banda que desconozcamos. Yo en este festival he salido siendo fan absoluto de muchos grupos que desconocía. Es un poco como el Azkena pero en pequeño formato. Recuerdo especialmente el magnífico show de Albany Downo la clase de The House of X. Impresionante los nombres que llevaba esa banda. Dan Baird nos conquistó a todos y The Electric Alley se hicieron un nombre en Cataluña pasando por este festival. Y cómo olvidar el show más “alternativo” de todos: Stone Rider.
5 – Calella, la ciudad
Calella es una localidad de la costa catalana equidistante de Girona y Barcelona, a una hora de ambas capitales y con acceso por tren. Es considerada la capital turística del Maresme. Durante el verano cuenta con miles de turistas que persiguen el sol y la playa, pero en setiembre y octubre se mantiene la actividad a pesar de que baja el número de gente. La oferta hotelera es masiva y los precios muy asequibles, por lo que el festival podría crecer más y más.
6 – Precios populares
Los precios del festival son ante todo asequibles y populares. Que una cerveza o un refresco valga menos de tres euros es siempre una gran noticia. Hay cierta variedad de bebidas y la ratafía es siempre una de las mejores opciones. Si el Jägermeister tardó tanto en implantarse en la Península ibérica es porque los licores de hierbas de estas tierras están muy por encima en cuanto a calidad; y la ratafía es un perfecto ejemplo de ello. Por otro lado, la gracia es que si sales del recinto hay bares y supermercados, no te encuentras en mitad de la nada.
7 – Discoteca en Calella
Calella es ante todo una población de costa y la fiesta siempre tiene cabida. Al terminar los conciertos suele haber un rato de discoteca, pero también es cierto que estos últimos años cada vez es mas corto. Los más fiesteros tienen la posibilidad de alargar sus horas de diversión en La Quadra, una discoteca versátil y concurrida a pesar de que el rock brilla por su ausencia. La encontrarás seguro pues hay un letrero de neón visible desde todo el pueblo.
8 – La tienda de heavy metal Insòlit en Calella
Calella tiene esas sorpresas que a todo rockero lo enamoran. Una de ellas es la tienda Insòlit, una de las más grandes de toda España. En pleno paseo principal hay esta excelente tienda en la que tienes una variedad exagerada de camisetas, pantalones, parches, hebillas… Hay siempre un apartado de ofertas sumamente atractivo con muchas sudaderas y multitud de complementos. Sus propietarios tuvieron durante años tiendas en Barcelona durante los 80 y los 90 por lo que hay parches originales de esas décadas. Controla la VISA porque hay mucho material.
9 – Bandas accesibles
No hay meet and greet de forma oficial, pero todas las bandas suelen salir y estar accesibles para toda la gente. Es un festival a escala humana y siempre puedes charlar con los grupos o conseguir tus preciadas firmas de CDs y vinilos. Poder estar con Uli Jon Roth, los D.A.D, Spike de los Quireboys o tener toda la discografía de Motörhead firmada por Phil Campbell es un lujazo. Por lo general siempre hay accesibilidad, pero también hay malas experiencias como con Michael Monroe hace unos años.
10 – La gente del Calella
Uno se siente siempre muy cómodo en el Calella básicamente porque la gente que allí se junta, conoce al festival y sabe a lo que va. Músicos, periodistas, aficionados y rockeros de toda la vida repiten año tras año en un festival que atrapa. Uno puede ver por las calles de Calella la gente vestida de negro paseando sus tatuajes. Ambiente festivo, camaradería y en el que siempre puedes conocer gente. En cada edición hay personas que viene de muchos puntos de España para disfrutar de la propuesta del Calella Rock Fest.
Texto: Jordi Tàrrega