PARKWAY DRIVE + THY ART IS MURDER + THE AMITY AFFLICTION
MADRID – 1 NOVIEMBRE 2025
PALACIO VISTALEGRE
ORGANIZA: RESURRECTION FEST
Para muchos metaleros, sobre todo para aquellos más jóvenes, la de Parkway Drive era la gira del año. Los australianos han experimentado un subidón exponencial en los últimos años, y en este 2025, celebrando su vigésimo aniversario, se han embarcado en una gira mundial con una superproducción espectacular que está convirtiendo sus conciertos en toda una experiencia sensorial que trasciende a la música.
Paradójicamente, siendo mucho más que música, no tendría sentido sin la misma, porque lo que sustenta todo el espectáculo son unos temas magistrales capaces de hacer fluir a raudales la energía, manteniendo la intensidad por todo lo alto, y convirtiendo su actuación en toda una comunicón colectiva.
Desde el inicio, con una entrada espectácular, accediendo la banda a la pista entre banderas y cruzándola hasta el escenario, hasta el final, con un coral «Wild Eyes» cantado por miles de almas, Parkway Drive ofrece una sucesión constante de estímulos que enriquecen aún más, sus ya brillantes y contundentes canciones.
Parkway Drive mima todos los detalles, desde la indumentaria, con uns Winston McCall destacando de blanco en contraste con el resto de la banda y el grupo bailarines, hasta las luces, el masivo juego pirotécnico de fuegos, o la posición de cada músico, todo orientado a ofrecer al público un espectáculo memorable de esos que perduran en tu cabeza durante mucho tiempo.
El comienzo, con «Carrion», «Prey» y «Glitch» hizo que el público entrara en combustión desde el principio, convirtiendo el foso madrileño en una olla a presión donde se botó, gritó y donde el sudor y las sonrisas sirvieron de notarios de lo vivido en este magistral espectáculo.
Fuego por doquier, una banda entregada, con un Jeff Ling magistral a la guitarra, y con un Winston McCall en modo dios, guiando a las masas con maestría y siendo un perfecto maestro de ceremónias. «Sacred» sonó brutal, aunque fue «Vice Grip» el que convirtió Vistalegre en un aquelarre un día después de Halloween, todo sonando con potencia, limpio y muy disfrutable; así sonaron «Boneyards», «Sleepwalker», «Cemetery Bloom», «The Void», o «Wishing Wells» -difícil elegir entre tanto bombazo sonoro-.
Los bajos llegaban atronadores, haciendo vibrar tanto el pecho del público como el suelo de Vistalegre, energía y fuerza desproporcionada que resultaba totalmente contagiosa. Tras «Dark Days», Winston hizo su primer truco de magia, mientras que las miradas estaban centradas en el escenario, apareció sorpresivamente en mitad de la audiencia, para invitarla a participar en un circle-pit masivo a ritmo de un «Idols and Anchors» que fue uno de los cortes más espectaculares de la noche, aunque aún quedaba por llegar lo más gordo.
Conciertazo de @parkwayofficial se mire por donde se mire. Que barbaridad de show pic.twitter.com/3DL22efSOH
— Max Metal (@maxmetal) November 2, 2025
Con «Chronos» y «Darker Still» llegó el tiempo de engrandecer el sonido gracias al trio de cuerda, que aportó una musicalidad extra, y que desembocó en el culmen en forma de duelo de guitarra y chelo…. sencillamente espectacular.
Por si acaso había descendido de intensidad, «Bottom Feeder» puso todo en su sitio, con miles de almas botando enfervorecidas, y así llegar a la primera retirada de la banda.
Para los bises, solo de batería de Ben Gordon, donde pudimos ver su batería giratoria entre llamas, antesala perfecta de un «Crushed» que sencillamente dejó sin palabras a todo el público, con un Winston elevándose entre las masas en mitad del fuego, para explotar masivamente en una orgía desenfrenada de fuego y explosiones, guiada por esa garganta que rindió sobresaliente durante todo el show.
La barbaridad de @parkwayofficial en Madrid pic.twitter.com/EazEO54pM8
— Max Metal (@maxmetal) November 2, 2025
Y para dejar todo en su sitio, vuelta a los orígenes, abandonando todos los artificios para hacer que todo fluyera con lo básico, una banda, unos acordes, y miles de almas gritando acompasadas a ritmo del «Wild Eyes» que cerró el show.
ES-PEC-TA-CU-LAR
¿Y a la próxima, cómo se supera esto?
Antes de semejante maravilla, había sido el turno de otras dos bandas que no sería justo obviar, aunque posiblemente nadie las recuerde. Los también australianos Thy Art is Murder también presentaron sus contundentes armas, a base de un deathcore mucho más directo, visceral y agresivo.
Se notó a un Tyler Miller mucho más asentado en la banda –algo que no ocurrió en su anterior paso por España-, la banda sonó cohesionada, robusta y muy firme. Los «Blood Throne», «Fur and Claw», «Join Me In Armageddon», «Slaves Beyond Death», «Holy War», «The Purest Strain of Hate», «Keres» o «Puppet Master» ofrecieron la explosividad que demandaba la gente.
Unas barras posteriores de luces, ofreció un puntito efectista a su actuación, donde lo importante fue el buen sonido y la sobredosis de caña que ofrecieron.
THE AMITY AFFLICTION
Esperaba mucho más de esta banda, sin embargo, su actuación resultó algo fría y carente de alma. Quizá fuera cosa de la oscuridad reinante en su reducido escenario, o que la mayoría de temas estuvieron cortados por el mismo patrón, pero el caso es que le faltó algo.
Y ojo, que es una banda que cuenta con buenas composiciones, donde la alternancia de voces de dos muy competentes vocalistas funciona muy bien, y donde muchos de sus estribillos tienen todos los mimbres para convertirse en himnos, sin embargo, al menos en Madrid, no brillaron como debían.
Aún así, estuvo bien poder disfrutar de una banda que no suele prodigarse en exceso por España. Sonaron «Pittsburgh», «Like Love», «Drag The Lake», «All That I Remember», «All My Friends Are Dead», «Death’s Hand», «I See Dead People», «It’s Hell Down Here» y «Soak Me In Bleach».
S.A Sánchez y Juan José Díez
Fotos: Juan José Díez